Todos amamos de distintas maneras.
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Capítulo 19
Christopher se dejó caer en el sofá, y tomó una lata de refresco, sus amigos lo imitaron acomodándose alrededor de la consola de juegos.
—Hacía mucho que no nos reuníamos. —Soltó uno de sus amigos, prendiendo la consola.
—Yo he estado bastante ocupado con la escuela. —Respondió Alejandro. —Saben cómo se pone mi madre pesada en estas fechas.
—Si, Yo también he estado bastante ocupado. —Añadió Christopher, dándole un gran sorbo a su refresco.
—¿Con la mesera?— Preguntó uno de los chicos, soltando una risita. Todos se rieron y comenzaron a molestarlo al instante.
—Algunos días. —Respondió Christopher con una sonrisa, sin tomarse en serio las bromas.
—¿Cómo era que se llamaba?— Preguntó otro de sus amigos. —¿Luna?
—¿Luna?— Alejandro miró en dirección a Christopher. —La mesera de la que hablan es mi prima ¿No?
—Sí, la misma. —Respondió Christopher con naturalidad, sin percatarse del cambio en la atmósfera. —Hace un tiempo que vamos a el café donde ella trabaja, te lo había dicho ya un par de veces.
La conversación se tornó más tensa de lo que Christopher esperaba. Alejandro se quedó en silencio, y aunque no parecía molesto, tampoco parecía estar muy contento con la situación.
—¿Y te has vuelto cercano con ella?— Todos los demás hicieron silencio de repente, escuchando con atención cada palabra que los dos chicos decían.
—Si, tal vez un poco. —Contestó sincero Christopher. — ¿No te agrada que sea así?
—No sé… —El ambiente se volvió aún más incómodo. Los demás chicos se miraban entre ellos, sin saber que tenían que decir o hacer. La risas y las bromas se habían desvanecido rápidamente y Christopher sentía como si algo se estuviera rompiendo en ese instante.
—¿Qué estás insinuando, Alejandro?—Preguntó, bajando el tono, pero con algo de incomodidad en su voz. —Solo pasamos el rato, y vamos a ir a la fiesta de esta noche juntos ¿qué tiene de malo eso?
—Lo que pasa, Chris, es que Luna es mi prima, es mi familia, y perdoname si no te gusta lo que pienso, pero no quiero que estés con ella sabiendo que tienes novia, o lo que sea que Mar y tú sean. —Alejandro habló con una firmeza que hizo que Christopher se tensara. —Y no solo eso, me molesta que no seas honesto con nadie, ni con ella, ni con Mar, ni contigo mismo.
El golpe fue directo. Las palabras de Alejandro hicieron que Christopher se sintiera muy incómodo por un momento, y le costaba un poco procesar lo que acababa de escuchar.
—¿Honesto con mi novia? —Miró a todos sus amigos. —Si yo no tengo novia, estoy soltero, por lo tanto, puedo salir y conocer gente.
—Lo que pasa. —Continuó Alejandro, su voz ahora más grave.— Es que te estás aprovechando de la situación, sabe que tienes Mar, y a la pobre la puedes usar a tu antojo cuando lo desees, pero no me gusta que estés jugando a eso, porque me hace pensar que vas a hacer lo mismo con Luna, y ella no es como Mar, ella va a sufrir, y mucho.
—No estoy jugando con Luna. —Dijo Christopher, con la voz más calmada que pudo, pero, se podía notar algo de rabia en esta. —Solo estoy saliendo con Luna, Mar no es nadie para mí.
Alejandro se levantó, acercándose hacia Christopher.
—No mientas, Christopher no mientas que hace no sé, dos o tres días estabas en casa de Mar ¿Qué hacías ahí?. —Soltó una risotada. —No te lo voy a permitir.
La tensión entre ambos amigos llegó a su punto máximo. Los demás presentes se seguían mirando entre sí, aún sin saber si intervenir o quedarse en silencio.
—¿No lo vas a permitir? —Dijo Christopher, ahora con sarcasmo.—¿Desde cuándo tienes derecho a decirme con quién puedo estar? No te metas en mi vida, Alejandro, yo decido con quien salgo, y tú prima, creo que puede tomar sus propias decisiones también, trata de no meterte.
—No respondiste ¿Qué hacías entonces en casa de Mar? —insistió Alejandro, ahora mirando a Christopher directamente a los ojos. —¿No te importa? ¿Te parece justo lo que estás haciendo?
Christopher sintió un golpe de realidad al escuchar esas palabras. Por un momento, la situación lo descolocó. ¿Estaba jugando con Luna? ¿Realmente estaba siendo injusto con Mar? Sabía que las cosas no eran tan simples como las estaba pintando, pero tampoco creía que fueran tan exageradas como Alejandro las quería hacer ver.
—¡No te pongas moralista conmigo! —Respondió, su voz más alta y con una mezcla de rabia y frustración. —Yo no estoy haciendo nada malo, solo estoy divirtiéndome, y si a ti te molesta, entonces no sé qué esperas que haga.
Alejandro lo miró, su rostro hervía de la rabia.
—Haz lo que quieras, Christopher. —Dijo con voz baja, pero firme. —Pero no cuentes conmigo para apoyarte en nada más a partir de ahora, no me gusta lo que estás haciendo, y solo espero que Luna, no sea la unica perjudicada con todo esto.
Christopher se paró del sofá, y caminó hacia donde había dejado sus pertenencias.
—Voy a la fiesta con Luna hoy. —Dijo finalmente, antes de ponerse su chaqueta. —Y si tienes un problema con eso, no hay nada que yo pueda hacer, solo finge que no estoy ahí o no sé, no me importa.
Christopher salió de la sala sin mirar atrás. Alejandro se quedó allí, con los ojos fijos en el lugar donde su amigo había estado ocupando segundos antes. La decepción era inevitable para él en esos momentos.