Rosas Amarillas: El Contrato Es Solo La Excusa

-Señor, es lo que intente informar, la señora estaba preparando con el personal la cena, para sorprenderlo.

Los ojos de Lion se abrieron y su rostro tomo un color rojo intenso, dejo la sala para caminar

apresuradamente hasta la habitación ubicada en el ala sur de la gran casa.

Los constantes golpes en la madera refinada no lograban el efecto esperado por el empresario. La voz

ahora calmada de Lion se hace escuchar.

-Alma abre por favor.

“…”

-Necesitamos hablar

“…”

El silencio que provenía del otro lado de la puerta, enfureció nuevamente al, que renunció a su orgullo

en vano, tratando de arreglar el asunto.

-¡Prepárate para cenar, en diez minutos quiero a mi esposa en el comedor! Antes de que Lion de unos pasos,

el sonido de la puerta abriéndose, hizo que voltee para encontrarse con la hermosa figura de su esposa.

-Vamos a cenar- las palabras en un tono autoritario salen de la boca de Lion mientras su mano se

extiende en dirección a la joven mujer que lo observa sin expresión alguna.

Alma esquiva la mano frente a ella y camina en dirección al comedor, Lion la sigue

detrás con la mirada, suspirando fuertemente.

Tiene la certeza que sus acciones, lo llevaron nuevamente al principio, el paso que dio la noche

anterior hoy tan solo es un recuerdo.

La cena fue incómoda, el silencio entre las dos personas que se encontraban en cada extremo de la larga

mesa, solo permitía escuchar el sonido producido por los cubiertos.

Lion echo un vistazo a Alma que durante la cena mantuvo la vista sobre el plato, aunque no había

tocado una sola pieza del manjar frente a ella.

La voz del hombre ubicado en el otro extremo, irrumpió los pensamientos de Alma

-El viernes por la tarde iremos a lo de mis padres, quieren conocerte.

Alma levantó la cabeza para encontrarse nuevamente con el rostro de su guapo esposo, sin expresión

alguna.

-Ese día debo realizar un trabajo en la biblioteca central

-No pregunte, solo arréglate. Lion soltó esas palabras y se retiró de la mesa caminando hacia su

despacho.

Unos minutos después apareció en el comedor un personal de la casa-Señora puedo retirar las cosas-

la voz dulce de la encargada de cocina llamo la atención de Alma que tenía una

mirada perdida.

-Si, por favor.

La amable señora colocó con sumo cuidado los utensilios en una bandeja y cuando se estaba retirando fue

detenida por las palabras de la joven.

-Ema,

-Si señora

-Gracias por tu ayuda,

-Oh señora fue un placer cocinar con usted, espero que la sorpresa haya sido del agrado del señor, usted

estuvo muchas horas trabajando.

Alma solo asintió con una sonrisa forzada, la mujer frente a ella continuo con su trabajo.

Pasaron unos pocos minutos cuando el cuerpo abatido por la tristeza, se levantó y camino a la habitación sin

percatarse de la sombra masculina detrás que presencio toda la escena.

-Bien hecho Lion. El susurro triste desde las sombras.

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Como todas las mañanas Alma sale de la habitación para dirigirse a la entrada donde el chofer la espera

para llevarla a la Universidad, hoy su rostro no muestra la sonrisa agradable que disfruta el personal de la casa, sin embargo, presenta ojos enrojecidos como quien hubiera llorado hasta dormir.

-Buenos días Señora -dijo el mayordomo abriendo la puerta principal para despedir a la joven mujer.

-Buenos días, -  Alma saluda, y sale de la casa.

Los rayos de sol ciegan por unos segundos sus ojos color miel, hasta que sus manos cubren la luz, y

estos se vuelven abrir para encontrase con la figura alta, robusta y elegante de su esposo que la espera recostado contra el coche importado negro.

Alma detiene sus pasos y busca desesperadamente el coche que habitualmente la lleva a la universidad.

Lion ve la actitud de la joven, un tanto irritado camina hacia ella, toma las frías manos de Alma y la jala

hasta el coche estacionado.

-¿Qué haces? Un grito provoca que el hombre detenga su acción y voltea para acercar su rostro al de

la joven, que baja la mirada al notar la cercanía.

Lion toma del mentón de Alma y lo levanta para encontrarse con los ojos enrojecidos de su esposa que lo

desconciertan por un momento, el rostro alzado de la joven mujer se muestra molesto, pero no salen palabras de su boca. El hombre frente a ella baja lentamente apoyando su frente sobre la de ella que es unos centímetros más baja.

-Hoy seré tu chofer, la voz casi susurrando de Lion y la cercanía de sus labios, enfada a Alma que se

ve obligada a retirarse apoyando sus manos en el pecho de su esposo como si

quisiera delimitar el espacio entre ambos.

-Acaso no tienes que trabajar – exclamo Alma.

-No, hoy quiero agasajar a mi hermosa esposa, considerando las molestias que tuvo que pasar anoche para

regalarme tan deliciosa cena-  Lion curvo sus labios.

“…” Alma no hablo. Solo observó fijamente al hombre que abrió la puerta del acompañante y la invitaba a

sentarse. Esta se adelantó unos pasos y finalmente se sentó.

Lion cerró la puerta y luego rodeo el coche para subir del lado del conductor e iniciar el viaje.

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En las puertas de la Universidad se detiene el coche importado atrayendo las miradas de los

estudiantes que transitaban por el lugar, Alma tomo sus apuntes y se dispone

abrir la puerta, pero el brazo de Lion impide su salida.

-¿Qué sucede?  Los ojos encendidos de Alma se dirigen al hombre que aun la sostiene impidiendo su descenso.

-Oh mi esposa habla, me estaba preocupando. Lion hablo en un tono burlón inclinando sutilmente sus

labios.

 Durante todo el recorrido hasta la universidad la joven mujer solo observaba el cristal sin emitir palabra.

-Quiero un beso de despedida.  El hombre se acercó lentamente, pero la mano de Alma bloqueo los labios de este rápidamente, antes de que Lion pudiera protestar en contra, la joven deposito un dulce beso en la

frente y descendió del vehículo.

Lion apoyo su espalda en el asiento su mano recorrió la zona donde los labios cálidos descansaron, no

fue lo que esperaba, pero por alguna extrañan razón su corazón se agito y la felicidad se asomó en su rostro.