Para los que les gusta leer novelas de mucho erotismo, s*xo liberal.
Todo empieza cuando en un día con lluvia un rayo le quita la vida a la madre de Paola, desde ese día comienza su miedo a la lluvia.
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REECUENTRO
DANIEL: ¿En dónde estoy?
— Estás en el Hospital General, Sufriste un accidente hace más de una semana, sobreviviste gracias a un milagro.
DANIEL: ¿Podré volver a caminar? No puedo moverme.
— Sí, la mayor parte del daño la sufriste en la cabeza, tu columna y tus extremidades están bien en su mayoría, solo hematomas, realmente tuviste suerte.
DANIEL: ¿Y por qué no puedo mover ni un músculo?
— Hemos administrado una gran cantidad de sedantes para evitar el dolor, esto no te permite sentir la mayoría de tus músculos, créeme, es mejor así.
La enfermera le dijo que afuera estaban sus amigos, el sonrió porque sabía quienes eran, la enfermera salió y los dejó entrar, Seida al verlo le dijo.
SEIDA: Vaya que si quieres a tu mujer, te dio fuerzas para luchar.
DANIEL: Si, ella y mi hijo, otro no iba a ocupar mi lugar.
CARLOS: ja ja ja ja que bueno, porque yo estaba pensando hacerme cargo de ellos.
DANIEL: Ni lo sueñes.
Daniel sonrío enormemente, como si por un momento hubiese olvidado absolutamente todo por lo que estaba pasando. Sus heridas y las condiciones de salud en la que se encontraba perdieron importancia ante la posibilidad de volverse a encontrar con Paola.
Daniel agradeció a sus amigos por estar con él en ese momento, les sonrió antes de cerrar los ojos e intentar descansar nuevamente.
Paola veía que pasaban los días y Daniel no se comunicaba con ella, decidió esperar y confiar que todo estaba bien, ella por su embarazo tenía que estar tranquila.
Después de varios días Daniel dejó el hospital, sus amigos lo llevaron al apartamento para que descansara, pero el quería viajar ese mismo día, Seida y Carlos no pudieron hacer más que ayudarlo y llevarlo al aeropuerto.
Daniel llegó a Cartagena y no fue a su casa, desde que llegó prefirio quedarse en un hotel para organizar bien una sorpresa para su mujer, y también para darle tiempo a sus moretones de desaparecer de su rostro, Daniel quería demostrarle un ángulo diferente del mundo al que ella estaba acostumbrada a vivir, quería que se sintiera segura junto a el.
El domingo Paola estaba de descanso, eran las 3 de la tarde, ella estaba en la habitación disfrutando de una película, la puerta de la habitación sonó un par de veces. Paola se levantó de la cama para dirigirse hacia la puerta ya que estaba asegurada, al abrir, encontró en el piso un ramo de flores que tenía una gran cantidad de rosas rojas, el arreglo floral tenía una pequeña tarjeta, y ante la magnitud de esa sorpresa, ella sabía que eso solo podía provenir de una sola persona.
Ella emocionada tomó la pequeña tarjeta que tenía un mensaje escrito con puño letra por el mismo Daniel, quien le daba indicaciones con una hora y un lugar. El conductor de Paola era el cómplice de Daniel, ella miró su reloj y se dió cuenta que solo faltaban 50 minutos para la llegada de la hora pautada en la tarjeta, ella sintió como salía un peso de su cuerpo, agradeció a Dios porque su marido dio señales de vida, su ausencia la tenía muy preocupada.
Paola moría de curiosidad por saber con que la esperaba Daniel. Ella al no tener demasiado tiempo para alistarse, puso el arreglo floral en la cama, corrió hacia el baño para tomar una ducha rápida, salió y tomó el primer vestido y se vistió en tiempo récord. Puso poco maquillaje en su rostro y su cabello lo dejó de forma natural, rápidamente salió de su habitación y se subió al auto para que el cómplice de Daniel la llevara hacia el punto de encuentro.
Paola llegó hasta un restaurante en las murallas de Cartagena
Ella al ver a su marido corrió a sus brazos, ella no se esperaba su llegada repentina, se abrazaron fuertemente y el le dio muchos besos.
Ella se dio cuenta de los moretones en su rostro, pero el no la dejó preocuparse mucho y le dijo que estaba bien, pero ella quería saber que le había pasado, el le dijo que después pero ella no aceptó, Daniel se acercó a ella y tocó su vientre saludando a su hijo, después le contó todo, Paola lloró porque en esos días ella lloraba sin motivo y entendió que era porque el estaba luchando por su vida, el la calmó y le dijo que ya no se iban a separar así.
La feliz pareja comieron entre charlas, Daniel al terminar de comer junto a Paola le dijo que mirara el lindo atardecer, los dos miraron hacia el mar los lindos colores que dejaba el sol al ocultarse, en ese momento se encendieron unas hermosas luces con unas palabras que decían.
Paola se asustó cuando las personas que estaban en el lugar comenzaron aplaudir, ella miró a Daniel y lo vio arrodillado frente a ella, Paola volvió a mirar hacia la playa pudo leer con claridad <
Ella llorando de la emoción se arrodilló junto a el, lo besó y le dijo que si, él le puso el anillo y en ese momento empezaron a cantar unos mariachis, las personas que se encontraban en el lugar felicitaron a la feliz pareja, Paola era la única mujer que Daniel más amaba en el mundo, de hecho era la única que había robado su corazón.
A las 7 de la noche Daniel se llevo a Paola para el hotel, el la llevó a una lujosa suite, al entrar la dirigió directamente hacia la cama, los dos dabian a lo que iban, ella arrebataba la ropa de Daniel de una manera casi desesperada, mientras este hacía lo mismo con ella. Hicieron el amor en múltiples oportunidades, pero aquella noche había una sensación diferente en sus cuerpos, ya que se habían expuesto sus intenciones absolutas de permanecer juntos el resto de sus vidas.
También lo hicieron en el jacuzzi, era la primera vez que Paola hacía el amor dentro de uno, por lo que, lo disfrutaria al máximo mientras se comportaba como una mujer sin límites ni restricciones.
La feliz pareja quería disfrutar de su tiempo, por lo que, volver a encontrarse después de tanto tiempo, Paola se dió la oportunidad de comportarse como una verdadera mujer, haciéndole saber a su hombre, que su corazón y su cuerpo únicamente le pertenecían a él, a nadie más.