Entre Las Estrellas... TU

Sally...

Amaneció y mi organismo está acostumbrado a levantarse temprano. Pero logré descansar un poco más en esta cama tan deliciosa. A las 7 estoy lista, pero me quedé chequeando unos pendientes de unos datos de la investigación que estamos haciendo Felipe y yo. Siiiii, sé que estamos de permiso, pero odio sentirme sin nada que hacer. Ya había hecho mi cama, organizado mis cosas dentro del closet y pues no tenía nada más que hacer.

7:30 creo que ya es una buena hora para salir y más después que escuché un bullicio cerca de la habitación. Al salir, veo a los 2 hermanitos de Felipe compitiendo y me da nostalgia. ¿Qué se sentirá tener tanta familia? Debe ser espectacular tener con quién hablar de cosas personales o solamente chismear, pero tener un aliado. Sonrío porque me parece muy bonito eso. Voy descuidada cuando siento que choqué contra un muro de concreto.

Aaauuuuchhh... Perdón, lo siento... ¡Por Dios! Me va a dar algo aqui. Ver a Felipe así, sin camiseta y esos músculos hace que me dé calor. Quisiera tocarlo, quisiera que me besara y sentir esa sensación. Comienza a bajar a mi mismo nivel, con una sonrisa que hace que me derrita... Me está mirando con una intensidad que me hace sentir que el corazón me palpita a mil, que el mundo por una milésima de nanosegundo se detenía.

Finalmente, el momento llegó, el roce de sus labios es electrizante, peeeeeero como todo lo emocionante tiene algo que lo puede matar en cuestión de segundos, así pasó conmigo. Papá me llamó y de inmediato me separo de él. Volví a mirarlo, miré el piso sintiendo como una humedad se apodera de mi ropa interior. JAMÁS había sentido necesidad de que alguien me tocara, pero ahora con Felipe todo está hecho un caos. Me comienzo a sonreír porque estoy hecha toda una pervertida, pero es que ¿quién podría juzgarme? Con semejante hombre frente a mí que me mira y me sonríe de esa forma, más de una se le hubiese abalanzado, ¿pero yo? Yo soy demasiado cobarde como para hacerlo aunque me muera de ganas de hacerlo.

Me voy casi corriendo donde papá. Ven hija, vayamos todos juntos con la señora Natalia. Pensé que era algo más importante, pero bueno... Miro a ver si veo a Felipe, pero no, ninguno de los varones de la familia están acá abajo. Señora Natalia, buen día ¿cómo amaneció? ¿Y el Señor Chad y sus hijos? Primero que nada, nada de señora Natalia o señor Chad. Somos Chad y Natalia, si vamos a ser familia, nada de eso de estar tratándome como si fuésemos socios comerciales. Cuando dices señora Natalia, imagino que así hubiesen llamado a mi madre, claro si tuviese una. Dijo riendo. Mis padres y yo nos miramos sin entender de que hablaba. Aaaah... Imagino que Felipe no les ha hablado a usted tanto de mí como nos ha hablado de ustedes, pero sobre todo de ti. Dijo tomando mis manos entre las suyas.

Aprovechando que todavía falta parte de su familia, aprovechó para contarnos un poco de su historia. Y esta es inspiradora. Definitivamente, querer es poder y ponerle todas las ganas del mundo a tu deseo, te lleva a grandes lugares. A ella no le importo que su mamá la abandonara y la dejara en el orfanato, estudió y llegó a ser una fisioterapeuta de buen nombre en Brasil. Luego, todo el odio de su suegra y el engaño de su primer marido, la llevó a ponerla en el sitio correcto, y a casarse con el hombre de los sueños de cualquier mujer. El señor... Perdón, Chad es un hombre supremamente apuesto, con una historia también bastante motivadora. Esta familia podría muy bien ser un asco de gente, pero por todo lo que han pasado y por la naturaleza de la familia como tal, por el contrario, se mantienen humildes, son trabajadores, si derrochan dinero en ciertas cosas, pero casi siempre, por no decir siempre, los gastos son en familia.

Nos comentó que es 10 años mayor que Chad y que su hija mayor, Felipe y Paola no son hijos de sangre de Chad, pero que aquí los han amado como ni su propia familia por parte de padre lo hizo. Chad y su familia adoptaron a los hijos de Natalia hace bastantes años ya. Y por lo que ella misma dice, Mis hijos no tienen otro padre que Chad y no porque yo se los haya impuesto, sino porque él se los ganó a pulso. Con cada uno de ellos es especial y su relación individual es única.

Que hermosura. Ahora veo por qué Felipe habla con tanta admiración de sus padres, de sus abuelos, tíos y tías. Él los ama no solo con amor, sino que también los ama con gratitud. Yo estoy conmovida hasta las lágrimas y al mirar a mis padres, pues ellos están igual que yo. Si antes tenía dudas de Felipe, ya ahora no tengo ni una duda de él y de la sinceridad de sus palabras.

Finalmente, entraron unos hombres y Felipe los saludó con un amor único. Aaaaaa es que son sus abuelos, esos de los que no deja de hablar nunca. Verlo como los ama es hermoso. Pero ante la personalidad tan avasallante de los abuelos, me vuelvo a esconder entre mis padres, pero fue inútil. El famosísimo Tito Brandon es un teso. Me fue sacando poco a poco de mi zona de confort. Y me encantó como amenazó a Felipe de sí me llegaba a hacer algo, le da su merecido.

Fue demasiado cómico. Luego pasamos y tuvimos un mega desayuno. Por Dios, siento que jamás había visto una mesa tan llena de comida como el desayuno de esta casa. Ni siquiera en acción de gracias de mi familia. Entiendo que son muchos en esta familia, pero es que de verdad hay demasiada comida. Los hermanitos de Felipe comen como si no hubiese un mañana, Nathalie ahí como se ve, también come muy bien. Hay una algarabía en el ambiente y me gusta. Esto es bonito.

Estoy mirando a todos mientras ríen, incluso a mis padres, pero de pronto me encuentro con la mirada más hermosa... La de Felipe. Me mira con un brillo en los ojos tan hermoso que me da hasta pena seguir mirando. Terminamos el desayuno entre miradas deseantes y sonrisas pícaras.

Natalia nos dijo a mamá y a mí que iríamos de compras. Nosotras nos miramos y las vamos a acompañar, pero no tenemos dinero para comprar, pero tampoco les vamos a decir. Nos fuimos y papá y Chad se quedaron en el despacho de Chad hablando de quien sabe que cosas. Felipe vino con nosotros en calidad de chofer, aunque en realidad no se necesitaba. Tienen cientos de personas bajo su mando, pero hay cosas que aún prefieren hacerlo por ellos mismos.

Estuvimos todo el día con Natalia y Nathalie de compras y no está de más comentarles que mientras estábamos en esas, Natalia, Nathalie y Felipe nos hicieron comprar ropa nueva y sin derecho a objetar nada. No habíamos traído vestidos de baño y nos hicieron también comprar porque el sábado y el domingo se hace días de piscinas en la casa de los Johnson y luego en la de los Volkov quienes nos explicaron, fueron la familia fundadora de todas las demas.