Reencarnación En Un Personaje Secundario

Pasa el día y la noche se acerca, calmada y serena. La luna brilla intensamente en el cielo, iluminando suavemente el entorno. El momento de la cena ha llegado, envuelto en una atmósfera alegre y divertida.

En el comedor elegante y lujoso, el murmullo de las conversaciones animadas se mezclaba armoniosamente con las risas alegres de los niños. Ericka colocaba con esmero los alimentos en el pequeño plato de Grace, mientras Vicent jugueteaba entre risas, golpeando su cuchara contra la de Víctor para evitar que él también alimentara a su hermana. En medio de esta escena, Erick intentaba discretamente mantener a su hermano alejado para que no interrumpiera a su padre. Jane sostuvo con gracia una botella de vino fino, destacándose en medio de la elegancia del entorno, mientras Fernando había dejado la mesa unos momentos atrás.

Verónica se sentía fuera de lugar en aquel ambiente. Con los dientes apretados por la frustración, no había encontrado el momento adecuado para ejecutar su plan. Tanto Vicent como el perro nunca le habían dado la oportunidad de acercarse a la niña. Fingió sentir la vibración de su celular, lo tomó rápidamente y anunció: "Es un mensaje de mi esposo, algo pasó con mi hija", pronunciando la última palabra con la intención de provocar envidia en su cuñada como lo hacía antes, aunque ahora sus ojos ya no reflejaban lo mismo.

Ericka escuchó atentamente a su cuñada y le respondió con cortesía: "Espero que Valeria esté bien. Si algo llegara a pasar, por favor, avísanos". No entendía del todo por qué a su cuñada no le agradaba que su hija pasara tiempo con ella, lo cual dificultaba formar una conexión más profunda con la sobrina de su esposo. Sin embargo sabía por las pocas veces que la vio que era una niña dulce y educada.

Si Jane conociera sus pensamientos, no podría contener la risa. Valeria, la hija de Verónica, era una niña malcriada, mimada y rebelde, y Verónica lo sabía perfectamente. Por eso, limitaba el tiempo que Ericka pasaba con ella; quería proyectar una imagen ideal de su hija ante su nuera. Supervisaba cada encuentro entre ellas, temiendo que Ericka pudiera encariñarse con la niña, tal vez viendo el afecto como una posible arma en manos de Verónica.

En su opinión, nunca había llegado a considerar a Valeria como su nieta. En cambio, prefería que Grace ocupara ese lugar en su corazón.

Víctor apenas prestó atención, completamente concentrado en ganarle a Vicent por una vez, con la ayuda de su hijo mayor.

Cuando Verónica se dio cuenta de que casi nadie le había prestado atención, excepto Ericka, se enfureció. Asintió con la cabeza y se marchó con la frente en alto. Apretando los puños, se dijo a sí misma que debía mantener la calma, pensando que todo cambiaría mañana. Sentía un profundo pesar por no haber eliminado a la hija de Sarah, pero sabía que no podía ser demasiado obvia; no quería terminar en prisión antes de disfrutar plenamente del patrimonio de su familia.

Jane ni siquiera la miró; continuó disfrutando de su cena y observando la divertida escena que protagonizaban su hijo y sus nietos, sin sospechar que alguien planeaba matarla.

Después de la cena, Ericka llevó a los niños al cuarto de juegos donde se divirtieron un rato antes de darles una ducha. Una vez limpios y secos, Victor los acompañó a cada uno a su habitación mientras Ericka se ocupaba de Grace.

Grace ya estaba acostada en su cama cuando su tía le contó un cuento para dormir. Fingió estar dormida hasta que Ericka salió de la habitación. Entonces, Grace se levantó de nuevo y llamó suavemente: "Shadow, ¿dónde estás?"

"Estoy aquí", respondió desde una cesta cercana, acurrucado en su pelaje gris y suave.

"¿Puedes averiguar a quién están buscando?" preguntó Grace mientras se calzaba unos zapatos turquesa.

Shadow se aproximó a la ventana y aspiró profundamente el aire. "Sí, están tras la señora Jane", declaró con certeza, confiando en su agudo sentido del olfato para identificar al objetivo.

"Lo sabía, tenemos que protegerla a toda costa", afirmó mientras se encaminaba hacia la ventana. Sabía que la trama no iba a cambiar tan fácilmente.

Shadow se interpuso en el camino de Grace. "Me haré cargo. Para mí será pan comido deshacerme de esos asesinos."

Con cierta vacilación, Grace preguntó: "¿Estás seguro?"

"Son solo humanos, no hay nada que temer", respondió Shadow con calma antes de saltar por la ventana al terminar de hablar.

Pasaron unos minutos y Shadow aún no regresaba. Grace comenzó a caminar de un lado a otro, inquieta por la tardanza. Escuchó voces cerca de la puerta y reaccionó rápidamente: metió y cubrió con una manta un gran oso de peluche en la cesta de Shadow, luego corrió hacia su cama y fingió estar dormida.

La puerta se abrió suavemente y entraron dos figuras.

"Te dije que estaba dormida", reiteró Ericka con un tono de leve exasperación hacia su terco marido.

"Quería asegurarme", respondió Víctor en voz baja, ingresando con cuidado a la habitación. Se acercó con delicadeza a la cama de su hija. "Ella es la mejor hija que podríamos desear." Se sintió el padre más alegre del mundo, al saber que Grace se iba a quedar en su casa." Me siento un poco mal por haber rechazado a Verónica "confesó con tristeza, bajando la mirada.

Víctor recordaba la alegría que había sentido al enterarse de que Grace podría quedarse en su casa, a pesar de ser la sobrina de su esposa; la quería como a una hija. Sin embargo, al ver a la niña, en la foto, no experimentó esa misma emoción. No sintió nada. Más bien pensaba que si la adoptaba, podía hacerle daño a su hija, por eso fingió estar apresurado en buscar a sus hijos.

"No te preocupes, me pasó lo mismo que a ti. Es solo que ahora, al recordar la foto, siento como si la hubiera visto en alguna parte", comentó, al recordar que la niña se parecía mucho a una amiga de infancia, una amiga muy querida.

"¿A dónde?" preguntó Víctor, visiblemente confundido.

"¿Recuerdas a Selena?" al ver la mirada de su esposo, supo que él no la recordaba. "Mi amiga, la que no te caía bien en la universidad."

Al recordar a esa mujer, Víctor sintió repulsión. Siempre se le insinuaba, pero desde niño había aprendido de su madre que cuando se está comprometido, no debe involucrarse con otras mujeres. Por eso, cada vez que la veía, huía rápidamente. "Oh... mejor que no la hayamos adoptado", murmuró con desagrado.

Ericka no pudo evitar reír ante su tono de voz. "¡Vamos! Es hora de dormir", exclamó, y salieron juntos del cuarto.

Grace, quien fingía estar dormida, abrió los ojos con una expresión de alegría. "¡Sí! ¡Funcionó!" exclamó mientras juntaba las palmas de las manos y las agitaba en el aire. Sabía que con su presencia sería imposible para Verónica completar su plan.

En la novela, Ericka viajó con Verónica hasta el orfanato, donde conocieron a Kate, una niña muy hábil para fingir ser una niña buena. Ericka decidió llevarla a casa, y nadie pudo resistirse a su acción, especialmente porque todos todavía estaban dolidos por la muerte de Jane.

"¿Qué estás haciendo?" Shadow entró en la habitación con una apariencia de cachorro.

"¡Has vuelto! Me tenías preocupada", respondió, ignorando la pregunta de Shadow mientras le daba un abrazo.

"Para mí fue fácil. Me demoré porque la acompañé hasta la puerta de su casa", añadió. "Cuando uno empieza un trabajo, hay que llegar hasta el final. Eso es lo que dice mi padre". Dijo hinchando el pecho de orgullo, hacia su padre.

Grace negó con la cabeza con suavidad. "Algún día podrás ver de nuevo a tu padre", murmuró mientras acomodaba a Shadow en su cesta. Luego regresó a la cama, decidida a dormir de verdad esta vez.