Por Mis Malditos Tacones

...XAVIER AMERY...

Decidí que tal vez podía darme la oportunidad de enamorarme de nuevo aunque al ver a una mujer y tenerla cerca mis inseguridades del pasado me golpean y atacan sin la menor compasión.

Soy un hombre con necesidades como todos pero muchas veces la mente es quien domina el corazón y los instintos del cuerpo tal como es mi caso en particular. Mi mente ha tomado el control de todo.

Después de mi ex mujer no volví a amar, a ella la amaba con mi alma, podría haberle donado hasta uno de mis órganos si le hiciera falta. Me preocupaba por ella y se que intenté salvar el matrimonio, intenté hacerla feliz. Se que hice todo y más, ¿Que hombre va a terapia de parejas cuando se lleva tan poco de matrimonio? Uno que ama con locura a su esposa y tiene miedo de perderla.

Aún así mi vida no volvió a ser la misma desde que ella se fue de aquí. Se que sigo aferrandome a su recuerdo para que jamás ninguna mujer vuelva a jugar con mi persona. Cuando quiero confiar en alguien recuerdo lo vivido y desisto.

Ahora soy más frío, más amargado, más malhumorado. Dónde antes mis empleados sonreían ahora solo me ven con cierto temor.

Lo único malo es que Chris es quien presencia y vive todo aunque delante de él respeto mucho. Jamás le hablé mal de su madre ni tampoco lo haré. Cuando crezca si lo desea le contaré la historia de una forma que no le haga daño. Su madre no estaba preparada para ser madre, amaba demasiado su carrera como modelo y tenía muchas ambiciones para crecer profesionalmente así que lo dejó todo para ir por sus sueños. Es mejor decirle algo así antes que contarle que era pésima, que él jamás le interesó un ápice, que en vez de estar con nosotros se iba a revolcar con quiénes debían ponerla en forma.

La única persona capaz de hacerme cambiar de parecer es mi hijo y si él se siente solo tal vez sea momento de tener una relación seria.

He intentado que Chloe y Chris se conozcan y compartan tiempo juntos pero mi hijo se resiste a la situación. Él no desea que ella puntualmente entre a su vida y no sé cómo cambiar eso. Salimos juntos pero él no se despega de mi y a todo lo que ella le ofrece simplemente el hace una mueca y la ignora olímpicamente.

-Tienes que disciplinarlo, yo soy tu novia y tiene que respetarme- me reclamó por vigésima vez o tal vez más, no pude evitar poner mis ojos en blanco porque ya me de memoria todo lo que va a decir

-¿Quieres que obligue a un niño de tres años a quererte?- la miré con absoluta seriedad, es ilógico y no puedo hacer eso, sería incluso ridículo

-Entonces deberías mandarlo a algún internado para niños... especiales- dijo por lo bajo pero la escuché

Ella iba a irse, una actitud muy clásica suya. Tal como el refrán dice, tira la piedra y esconde la mano. En éste caso se desubica con un comentario y luego se retira pero ésta vez no podía dejárselo pasar.

-Quiero que te quede clara una sola cosa, primero está mi hijo en mi lista de prioridades y no pienso deshacerme de él para que seas feliz. Hasta aquí llegamos, no vuelvas a buscarme- la tomé del brazo y la miré a los ojos para que sepa que no estaba jugando

-Pero Xavi mi amor- comenzó a derramar lágrimas que no eran más que intentos de manipulación sin sentido

-Pero nada, esto se acabó, vete y no regreses- su semblante cambió y mostró su furia secando con enojo sus lágrimas falsas

-Por ese mocoso y por ser un inútil y aburrido en la cama acabarás quedándote solo- azotando la puerta con furia se fue

Otro comentario sobre mi desempeño en la cama, otra mujer que me dice algo que ya se hace costumbre. Así sean distintas siempre es el mismo comentario al final.

Me encerré en mi trabajo para desahogar mi frustración, no puedo comenzar a beber porque sería un mal ejemplo para mi hijo y está en una edad dónde luego repetirá patrones de conducta.

Una semana después solo éramos mi hijo y yo para todo.

-¿Chloe no vendrá más?- el disgusto que sentía por ella era imposible de disimular

-No hijo, ¿Quieres que venga?- pregunté curioso para ver su reacción

-NO PAPI- gritó

-¿Por qué no la quieres hijo?- medí su reacción para saber cuáles eran los motivos por los cuales la despreciaba

-Porque ella es mala, me decía que ibas a enviarme lejos de ti y yo no quiero irme. Ella no es buena y no me quería- sus ojos parecían inundados de lágrimas

-No campeón, no te irás, a ella no la volverás a ver pero si alguien te trata mal tienes que decírmelo para poder cuidarte

¿Que clase de mujer puede decirle algo así a un niño? Alguien como la madre de él pero así también como quien elegí como pareja por tiempo limitado. No sé si soy yo quien escoge mal o si quizás estoy únicamente rodeado por un tipo de mujer. Tal vez me siento atraído por las incorrectas.