Prestando Mis Alas

Alana:

No lo iba a negar me sentía demasiado nerviosa, Siara estaba afuera viendo si algo le había pasado a su auto después que se la llevaron los oficiales, esperaba sentadita a que me llamara la asistente, desde afuera estaba Javier con Siara, ella golpeaba con fuerza el pie con la mano en la cintura, otro compañero de ellos se acercó, la saludó de beso mientras que a él parecía que apenas se lo estaba presentando.

Asistente: Señorita Alana Cavalli.

Miré hacia el frente levantándome, caminé hacia la chica, con una sonrisa amable.

Asistente: El Señor Weston Moretti se encuentra esperando. Piso 6 es el piso de las oficinas, la puerta principal está en frente, rápido ubicará la oficina. Solo que ahora está en una video conferencia, no se debe demorar mucho.

Siara: hola… ya se desocupó.

Asistente: Está en una video conferencia.

Siara: Vamos esperemos a que termine.

Asentí con la cabeza hacia la asistente, Siara me jalaba de la mano, vi a Javier y ese otro hombre caminando hacia el otro lado. Ella oprimió el botón abriéndose las puertas, las dos entramos, negó con la cabeza oprimiendo el botón del piso 6.

Alana: Molesta.

Siara: tiene un terrible rayón mi auto, te juro que le pediré las grabaciones a los de seguridad y tomar las placas de los oficiales y las matriculas de sus patrullas.

Alana: Javier.. ¿Dónde fue?

Siara: él entra del otro lado, al menos llegó mi amigo el abogado, espero que queden en algo.

Las puertas se abrieron, Siara salió caminando como si nada, había otra asistente que estaba enfrente de una de las oficinas y otra de asistente quiero pensar de la oficina de ella, el lugar era demasiado amplio para ser solo oficinas, mi corazón latía tan fuerte al ver esa puerta principal enorme que cubría todo la pared. Para que tanta puerta si solo una persona pasa.

Me senté quedando frente a Siara. Levantó la tapa de la portátil.

Siara: (susurrando) debes mantenerte tranquila y segura… no dejes que te intime por que él te probará de esa manera.

Alana: ¿Es buen jefe?

Siara: Si, solo que últimamente anda de malas, tiene una hija que se llama Savanna de 10 años, es demasiado especial esa niña, muy pocas veces cruza palabras con los empleados, fue crecida en cuna de oro. Ultima mente ha venido con una mujer llamada Clarisse, ni idea de quien sea, me imagino que de alguna de sus mujeres de turno.

Reí negando con la cabeza, ella estaba concentrada en lo que estaba escribiendo, la chica que estaba en el escritorio de la entrada entró dejando unas anotaciones sobre la mesa, Siara como toda una ejecutiva las tomó recostando su espalda en el asiento. Pasaba una por una, las iba separando. Extendió su mano entregando algunas de las notas a la chica.

Siara: Esas puedes confirmarlas, tengo que fijar la cita. Ve como está la agenda, hay que pasar a los bancos.

Asistente: Si jefa.

Siara: Estas necesito saber que hará el Señor Weston para la conferencia.

La asistente salió de la oficina. El comutador de Siara empezó a sonar. Ella sonrió haciendo juego con sus cejas.

- ¿si?

- Tienes los informes de la conferencia pasada.

- Si.

- Los necesito.

- Señor Weston… ya llegó la que puede ser vacante del puesto de su asistente.

- Trae los informes y dile que pase.

Dejó el auricular haciendo seña que me levantara, me puse de pie casi de un tremendo salto, ella revisaba unos separadores tomando unas cuantas carpetas. Me tomó de la mano saliendo de su oficina, me estaban hasta sudando en no poder controlarme de los nervios.

Alana: estoy nerviosa.

Me soltó mirándome fijamente, pasó su mano suavemente sobre mi cabello sonriendo.

Siara: Sé que este no es tu mundo y el medio en que te mueves, pero vas aprender y demostrar que puedes levantarte como siempre lo has hecho.

Asentí con la cabeza, mi corazón se me iba a salir en cualquier momento, ella se apartó abriendo la puerta empujó un poco más cediendo el paso, di unos pasos todos temblorosos, el hombre estaba escribiendo en la portátil que a su vez firmaba algunos documentos… Levantó la mirada bajando de nuevo volviendo a subirla dejando el lapicero en la mesa.

Tragué saliva, un hombre que solo con su mirada se estaba imponiendo, levantó una ceja reposando su espalda en el respaldo del asiento, Siara se acercó entregando los documentos que creo que era lo que le había pedido, no apartaba la mirada de mi, sonreí ligeramente, sostuvo las carpetas dejando hacia un lado.

Siara: Los reportes están en orden.

Levantó la mano evitando que siguiera hablando, pasó su mirada hacia ella, levantándose, abracé mi carpeta de mis documentos, la distancia entre Siara y ese hombre era muy corta. No sé que se estaban diciendo pero ella negó con la cabeza.

Siara: Lamento que lo hayan molestado.

Weston: No era ninguna molestia, pero acudí.

Siara: Lo lamento señor.

Weston: Luego me dirás que sucedió, ahora entrevisto a la señorita.

Asintió con la cabeza caminando de regreso hacia la puerta, me miró sonriendo abriendo la puerta, la seguí con la mirada viendo que cerró la puerta. Mordí mi labio inferior mirando hacia el hombre, reposó su cuerpo en el escritorio cruzando los brazos, con la mirada hizo gesto que me sentara en una de las sillas. Di un primer paso, llegando hacia la silla, me senté sin apartar la mirada de él. Extendió su mano, me levanté entregando mis documentos, extendió su mano haciendo seña que me volviera a sentar. La abrió, entreabrí los labios al ver que la cerró sin leer nada, me imagino que después va tomarse todo el tiempo para leerlos. Es aquí donde pensaba que al leer que soy Psicóloga no me daría el empleo.

Weston: ¿tienes experiencia en la bolsa de valores?

Alana: Si, poca, pero conozco.

Weston: El puesto requiere de conocimiento, es mantener el balance entre si sube o baja y estar en contacto siempre con los de Gestión que son los que invierten en el momento que hay el alza. Tendrás un permiso para entrar a la red oficial que solo en esta empresa se maneja. Somos demasiados los inversionistas, todos los que vengan y acudan con cita, se les trata con respeto.

Abrió la carpeta, dio una pasada rápida a los datos que había puesto en mi curriculum, la cerró mirándome.

Weston: Tu nombre.

Alana: Alana Cavalli.

Weston: Edad.

Alana: (mordiendo su labio inferior) 26.

Rodé los ojos al escuchar lo que había dicho, pero por los estudios que pedían era lógico que entraría en conflicto en decir que tengo la universidad a los 23 y no coincidirían para tener algún posgrado o alguna especialidad.

Entrecerró los ojos mirándome.

Weston: te ves más joven.

Alana: Las apariencias señor.

Weston: tus últimos trabajos.

Alana: amm, fui, gestora en cobranza, Javier Joslin me conoce y claro Siara, nunca he trabajado en empresas tan grandes como esta. Pero aprendo rápido.

Weston: Disponibilidad de horario.

Alana: Por supuesto.

Weston: De viajar.

Alana: Igual.

Weston: serás mi asistente personal, eso quiere decir que te mueves donde lo hago, conferencias, eventos y presentaciones de algún nuevo cliente, los viajes se programan y conmigo se confirman las personas que asisten para las reservas. Es todo.

Alana: ¿Tengo el empleo?

Sostuvo mi carpeta entregándomela, me miraba fijamente, sus ojos parecían tener una pena profunda, si supiera que estaba de la misma manera, pero por lo que me dijo Siara, ese pesar debe ser por la hija o la mujer.

Weston: Pasa a recursos humanos, el gafette te lo entregan en el mismo momento, tendrás que hacer la biometría para registrar tu huella y checar tu entrada… tienes el horario de 8:00 am a las 5:00 pm, si por alguna razón te necesito así sea en los días de descanso, tendrás que asistir.

Alana: Gracias, sin problema.

Sostuve mi carpeta, la jaló un poco quedando de pie.

Weston: Es dinero lo que se maneja aquí, todo lo que se manera es confidencial así como la identidad de nuestros clientes. Firmarás un acta de confidencialidad. Mañana empiezas.

Asentí con la cabeza, me entregó mis documentos. Humedecí mis labios saliendo de la oficina, cerré la puerta llevando mi mano hacia mi pecho, por fin mi corazón pudo tranquilizarse, allí venía una mujer rubia hermosa y una pequeña de la mano, me aparté al ver que la mujer iba entrar.

La niña abrió la puerta entró…

Weston: hoy temprano.

Savanna: Iré otra vez a la casa de verano. Allí me la paso muy bien, el recuerdo de mamá se pronuncia más allí.

Weston: claro, mientras te aguante Clarisse.

La mujer me sonrió mirándome de abajo hacia arriba, bajé la mirada yendo hacia la oficina de Siara, ella abría y cerraba carpetas, levantó la mirada hacia la entrada.

Siara: ¿Qué te dijo?

Alana: Me dio el empleo. Mañana empiezo.

Siara se levantó abrazando, hasta mis lagrimas cayeron al saber que un empleo me ayudaría los suficiente, no tendría que depender de mis amigos del todo.

Siara: Vamos a recursos humanos, es mejor hacer todo el proceso y ya mañana podrás venir y te mostraré todo lo que tienes que hacer.

Alana: La verdad que si.

Las dos salimos de la oficina, avisó a su asistente que cualquier cosa estaría en recursos humanos. Así la ubicarían a la primera.

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