Todo cambia en la Vida de Roisin cuando la obligaban a contraer matrimonio con el hombre que desde pequeños le había hecho la vida imposible, pero el destino tenía más obstáculos para ella. El amor y la traición hacen que surja un cambio, aunque no esté segura de que ese sea el correcto.
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Cap 19
—Buenos, Papi. —Miro al castaño de ojos marrones frente a mí. Y le doy un simple asentimiento en forma de saludo. Peter se sienta junto a mí y por debajo de la mesa pone su mano izquierda sobre mi muslo, aprieta suavemente calmando mis nervios por lo que sabemos que va a pasar. — ¿Cómo estás tú?
William Russo no me quita los ojos de encima, es un hombre alto, fornido y tiene una presencia que impone respeto. Es muy apuesto, y a simple vista, se deja ver que es muy meticuloso con su aspecto físico y estético. Sus manos están perfectamente cuidadas, su cara es perfecta, marcada y angulosa. Su barbilla partida le da un aire sensual, pero la frialdad de sus ojos, lo calculador que está siendo en este momento mata todo lo bonito que puede mostrar. La sonrisa que me ofrece es, en cierta forma delicada y agradable. Solo que se, que no lo es.
"Entre diablos nos vemos los demonios." Se me vino a la mente la frase de una excelente autora latina y cuánta razón tiene.
—Buenos días, Bella Roisin. Te ves preciosa esta mañana. —Dice son la voz gruesa pero sin sonar extraño. —Me gustaría hablar contigo después del desayuno, pensaba quedarme unos días aquí pero tú padre me ha resuelto el problema con mi mudanza. Claro, si me lo permites, no quiero parecer atrevido.
Peter, ejerce un poco más de presión sobre mi muslo sin llegar a lastimarme. Lo hace inconscientemente porque está que se muere por enterrarle el tenedor que tiene al costado de su plato con huevos revueltos en uno de los ojos de William. Discretamente tomo la servilleta y la pongo sobre mi regazo y acaricio su mano de Peter para que ponga los pies sobre la tierra y se calme.
—¿Por qué esperar hasta después del desayuno? Si tienes algo que decirme puedes hacerlo aquí y ahora. .Sea lo que sea que me digas, mi padre y Peter lo sabrán luego. No existen los secretos entre nosotros.
William no mueve un musculo de su cara después de lo que le dije con la voz suave y despreocupada. Si, buscaba ver una reacción y no encontré nada en él hasta que la empleada me sirvió mi café, cuando me sonrió con amabilidad.
—No creo que quieras que el desayuno de tu acompañante se atore en su garganta después de que escuche lo que quiero decirte. Pero, no tengo problema en que lo sepa, tu padre ya está al tanto desde anoche cuando nos reunimos después de la cena. Roisin, quiero pretenderte. Me gustas y quiero que nuestras familias se unan para ser la familia más poderosa de todas las mafias. ¿Qué dices? Tu padre, ha decidido que seas tú la que determine la unión. Si eres realmente inteligente, si tienes tanta ambición de poder como mi familia y yo, aceptarás mi propuesta de matrimonio.
La expresión de su rostro cambio totalmente. Hablar de matrimonio de esa manera, como si intercambiáramos una gallina no es de mi agrado, pensé que tal vez, buscaría palabras más adecuadas a la hora de hacerme semejante propuesta.
Es un trozo de queso.
No se me ocurre otra cosa para describirlo. Es hora de declinar su insana oferta.
—Lo siento William, pero Peter ha estado cortejándome desde que llegue a Irlanda y no me parece justo que acepte tu propuesta cuando la de él, es igual o mejor que la tuya. Tengo la obligación de declinar tu oferta de matrimonio y dejar que ustedes dos me demuestren quien es el hombre que realmente merezca mi mano y el imperio de mi familia. Tienen quince días —Los miro a ambos y William pone muy mala cara. — para demostrarme cuál de los dos es un verdadero hombre y digno de ser mi esposo.
Peter sonríe como si se hubiera ganado la lotería y William parece que está en Shock. ¿No se esperaba mi rechazo?
Al parecer no. Mi padre suelta una carcajada que nos saca a todos de nuestros propios pensamientos.
—No puedo estar más orgulloso de mi hija, señores. No esperaba menos, si la quieren luchen por ella. Después de todo, su mano no está totalmente garantizada. Si no le gusta el ganador, está en todo su derecho de rechazarlos. ¿Podemos continuar con el desayuno? — Dice el muy descarado con la sonrisa marcada en el rostro. — sea cual sea su decisión, yo la apoyare. ¿Está claro?
Ambos asienten y el duelo de miradas entre los dos da miedo.
—Exacto, no habrá cortejo. Solo seré una espectadora en su pequeña lucha. Solo espero que jueguen limpio, porque de lo contrario, no habrá ganador. No quiero intermediarios, solo será entre ustedes dos y si me entero que uno embosca al otro con su personal los mandare a volar. ¿Se entendió, señores? De lo contrario, los eliminare con mis propias manos, o mi gente. No piensen por un segundo que soy ignorante a las reglas. —Los miro a los dos, pero le hago un guiño a William. — que sea una recién llegada, no quiere decir que yo no investigue y defienda mi propia mano. Jueguen limpio y que gane el mejor.
Ninguno de los tres termino su desayuno. Yo por mi parte, sí. Estaba muerta de hambre y los huevos con jamón que prepara cada mañana la cocinera de la casa son una maravilla. Antes de que me levante de la mesa, William rompió el silencio con sus palabras cargadas de amenaza y desafío.
—Roisin, solo espero que después no te arrepientas de esto. Yo atacare con todo lo que tengo por tu mano. Estoy enterado de tu relación cercana con Peter y es una lástima que una vida tan importante como la de él, se pierda. Aun estas a tiempo de cambiar de opinión y dejar que ambos luchen de forma pacífica por tu amor, después de todo es el heredero del territorio más importante de américa y sería una pena que no tome su puesto después de haberse preparado toda la vida para eso.
Sentí un escalofrío recorrer mi espalda mientras las palabras de William resonaban en mi cabeza. Su confianza en su propia victoria me irritaba muchísimo, y su manipulación descarada me enfurecía aún más. ¿Cómo se atreve a asumir que ya había ganado mi mano sin siquiera haber comenzado el duelo? Soy yo la que ahora quiere enterrarle el tenedor en su precioso ojo derecho.
Mis puños se apretaron con furia bajo la mesa, pero mantuve mi expresión imperturbable mientras lo miraba fijamente. No permitiré que su arrogancia me intimide.
—Tu confianza es impresionante, William —respondí con calma, pero con una nota de sarcasmo en mi voz—. Pero recuerda que las apariencias pueden ser engañosas. No subestimes a Peter ni a sus habilidades hasta que se termine esto que ustedes mismos han decidido enfrentar.
Mi mirada se desvió hacia Peter, quien permanecía en silencio a mi lado. Podía ver la determinación en sus ojos, la misma determinación que había visto en él tantas veces antes. No dejaría que William lo intimidara, ni a mí.
Con un gesto decidido, me levanté de la mesa y dejé la habitación, dejando atrás a los dos hombres que se enfrentarían por mi mano y la batalla que se avecinaba y a mi padre, quien se mantuvo en silencio con su sonrisa plasmada desde que comencé a hablar.
Me dirigí hasta los jardines para despejar la mente y calmar mis nervios. Si, había hablado con la determinación que debería tener la hija de un líder de la mafia, pero por dentro estaba asustada como nunca antes. Hablar sobre como dos personas deben matarse entre sí, no es agradable, al menos para mí no lo es, mi vida era una mierda pero estas cosas no las veía.
Cierro los ojos e inhalo el fresco aroma del campo, reteniéndolo en mis pulmones por un momento y exhalo, intentando de esa forma tranquilizar a mi corazón que late errático. Mi cabello se agita con la brisa y comienzo a caminar sin saber a donde me llevaran mis pies.
Me alejo lo suficiente de la enorme mansión de piedra, los hombres que vigilan el perímetro me saludan con un simple asentimiento de cabeza y vuelven a lo suyo. El sol brilla elevando la temperatura pero se siente que el invierno se acerca. Es agradable ver tanto verde, el aire fresco y puro hacen que no extrañe para nada la ciudad, que no extrañe Londres, que me sienta en casa.
Unas flores amarillas llaman mi atención y camino unos cuantos pasos más hasta alcanzarlas.
Narcisos.
Me siento frente a la planta silvestre y acaricio la delicada flor. Es lo único delicado que puedo valorar sobre el pequeño arbusto. Las hojas alargadas, lo apretado de los tallos ahuecados que muestran una única flor por cada uno de ellos. Es una planta creada para sobrevivir solitariamente el frio, el viento y las inclementes lluvias.
Sola, sobreviviendo cada una de las adversidades, contra todo pronóstico.
Sonrio acariciando las flores mientras una gran sombra detras de mí, tapa todo el sol cálido que me cubria.
Sin más escritora muchas felicidades por su excelente trabajo
Felicitaciones escritora me Muy linda tu historia!! 🌹🤗🫶👏👏👏👏👏⭐