EL MAFIOSO SE ADUEÑÓ DE MI CUERPO

Sahara se le quedó mirando con miedo sin saber que responderle, en ese momento Nil presiono con más fuerza su barco y furioso le dice.

• Mujer, maldición, habla, responde mi pregunta, ¿yo fui tu primera vez?

• Señor, por favor suélteme, me está lastimando, me duele mucho.

Nil al escucharla se da cuenta de la fuerza con la que la sostenía, suspira profundamente para calmarse, la suelta y mira como su mano había quedado marcada en su brazo, algo que seguro le provocaría un hematoma muy grande; trata de calmarse y con su voz severa le dice.

• No quise lastimarte, pero necesito que me digas, ¿qué sígnica esa mancha roja en las sábanas?

Sahara mira la mancha en las sábanas y se sintió algo avergonzada, agacha su cabeza dejando que su cabello cubriera su rostro; ella no sabía cómo responderle, le hacía sentir vergüenza su pregunta y con un susurro de voz le dice.

• Señor, creo que lo que se mira es lógico y yo no tendría por qué contestar una pregunta sin sentido, de todas maneras, esto no cambia nada de lo que ya paso, yo cumplí a hora usted tiene que cumplir con su promesa.

• Realmente eres una mujer muy tonta, ingenua, mira que entregarle tu primera vez a un hombre como yo; si lo hubiera sabido, nunca te hubiera tocado, no me gusta estar con mujeres así, odio lidiar con sus emociones que seguro debes de tener en este momento y quiero dejarte claro, yo no me pienso hacer responsable de ti, lo…

(Sahara no lo deja terminar y con su voz avergonzada, desesperada, le grita)

• Cállese por favor, yo sé muy bien todo eso, no necesito que responda por nada, lo nuestro fue un acuerdo y solo eso; esto ya término a hora será mejor que me vaya y que usted se olvide de mi hermanita, cumpla con su palabra, como yo cumplí con la mía.

Sahara se da media vuelta y se baja de la cama, en el momento que se puso de pie, se quedó sin fuerzas y cayó al suelo, en ese momento que sus rodillas golpearon con el suelo y quedo sentada en sus pies, ya no pudo soportarlo más, sus ojos tercamente dejaron salir sus lágrimas, ella solo agacha su cabeza dejando que su cabello tapara su rostro para que él o la mirara, ya no podía con más de sus reproches u ofensas, para que continuara reclamándole cosas.

Nil la miro caer al suelo, quiso pararse rápido para ayudarla, pero en eso mira antes que su cabello cubriera su rostro, como sus lágrimas empezaban a salir; se empezó a maldecir, eso no podía estarle pasando a él, siempre era cuidadoso de no destrozarle la vida a las jóvenes como ella, estar con mujeres con experiencia era fácil, pero con chicas que no, era para él algo cruel, porque él sentía que eran jóvenes soñadoras, nobles, que aún creían en su príncipe azul y eso nunca podría llegar hacer. Estaba tan molesto, furioso, pero consigo mismo por no darse cuenta antes de eso, se para y la levanta en sus brazos, sorprendiéndola.

Nil la sentó en la orilla de la cama, miro sus rodillas, que las tenía un poco coloradas por el golpe, pero estaba bien; después de eso se para, le da la espalada y con su voz seria le dice.

• Mujer, será mejor que pases el día aquí, tu cuerpo está agotado, báñate, come y duerme todo el día; le diré a alguien que te traiga ropa, para que te cambies, dejaré pagada la habitación hasta mañana, así que no tienes que preocuparte, nadie te va a molestar.

• Señor, no tiene que ser amable conmigo, no hace falta, nada va a cambiar lo que me hizo.

• Qué tonta eres, quien te dijo que yo me siento mal por lo que paso o que quiero compensarte; recuerda esto, yo no te obligue, fue tu decisión estar conmigo, si fuiste tan tonta para vender tu primera vez, esa no es mi culpa, sino tuya. Yo solo estoy tratando de que no te lastimes más, lo que te hice anoche fue demasiado para tu cuerpo, se supone que eres médico, deberías saberlo, después de lo que hicimos es normal que te sientas agitada y lastimada; pero a mí que me importa has lo que quieras, la habitación estará pagada hasta mañana, en un rato te traerán ropa, tú sabes qué hacer.

• Señor, gracias, usted tiene razón, aceptaré quedarme aquí y la ropa que me mande, si no es mucho pedir, que sea un pantalón flojo y una playera de manga larga, sería grato algo así.

• Sahara, te voy a dar un consejo, aunque no me lo pidas, no vuelvas hacer algo así por nadie, respeta tu cuerpo y tus sueños; también aléjate de esa mujer, de tu familia, si te vendieron a mí, por dinero, créeme lo volverán hacer y la próxima vez, no creo que te vaya tan bien como te fue conmigo, hay peores hombres que yo, que te van a lastimar mucho más que yo. Como consejo, sé inteligente y aléjate de tu familia, antes que te pierdas a ti misma, antes que tus sueños se vuelvan en tu peor pesadilla.

Sahara se quedó sorprendida al escuchar lo que le decía, pero más le sorprendió escuchar su nombre, insegura le dice.

• Señor, ¿Cómo sabe mi nombre?

• Eso no importa, solo piensa en lo que te dije.

• Gracias, señor, lo voy a pensar.

Después de eso Nil se metió a bañar, dejándola sola, dejo que el agua fresca callera sobre su cuerpo estaba molesta, por haber caído en semejante trampa; tomo un muy largo baño, después lleno la tina con agua tibia para ella, miro a lado algunos frascos, tomo uno era para el agua, había uno con olor a rosas, lo vertió en el agua y después jabón para hacer burbujas en el agua, cuando estuvo listo, se puso una bata de baño. Al salir del baño, la mira totalmente cubierta con la sabana, sentada en la cama en posición fetal, con su rostro en sus rodillas, escondiéndolo; se acercó a ella, la tomo en sus brazos y le dijo.

• Prepare la tina para ti, el agua te va a caer bien, cuando salgas, tendré tu ropa lista y tu desayuno; trata de relajarte, de no hacer más complicado este día para ti.

Sahara por un momento estaba sorprendida de sentir con la facilidad que la levantaba en sus brazos, se sentía incómoda de sentirlo tan cerca de ella y más estado desnuda; no se atrevía a mirarlo a la cara, no se atrevía a decirle nada, solo lo dejo ser, en el momento que entro al baño, la sentó en un banco que estaba ahí y en el momento que quiso quitarle la sabana ella se aferra a ella con fuerza, avergonzada de volver a quedar expuesta frente a él.

Nil se dio cuenta de lo que pasaba y eso lo frustraba, molesto le dice.

• No tienes que sentir vergüenza de mí, ya te miré completamente, te toqué de pies a cabeza y te hice de todo; yo solo quiero ayudarte, tengo que quitarte la sabana para meterte a la tina y te prometo que te dejo sola.

Sahara no se atrevió a verlo a la cara y sin nada de ganas, ella misma se quita la sabana, dejando su cuerpo totalmente desnudo; Nil, al verla muerde sus labios, era tan bella y ver sus pómulos enrojecidos era mucho más excitante. Suspiro profundamente y la volvió a tomar en sus brazos, pero esta vez completamente desnuda, la llevo a la tina, la metió en el agua; ella al sentir como el agua iba tocando su piel, la hizo sentir bien, la empezó a sentirse relajada y después de que él la dejo en la tina mira cómo se da media vuelta y sale del baño dejándola sola.

Nil toma su celular, le marca a Penny, le ordena que traiga un cambio de ropa para ella, que fuera un pantalón flojo y una playera como ropa interior; después de decir eso cuelga la llamada, se sienta un momento en la cama y después solo toma su maleta, saca un pantalón casual de color blanco, una playera de color negro y se empieza a vestir, después se pone unos tenis color blancos, toma una cachucha, que se pone, unos lentes negros de sol; después prepara su maleta, guarda sus cosas, listo para irse de ahí.

Nil estaba listo para irse de ese lugar, volver a su vida, olvidarse de ese gran momento que tuvo con ella, dejándolo como un recuerdo junto con tantos más que había tenido; se quedó parada viendo su maleta, pensando si sería bueno despedirse de ella o simplemente irse. Él tomó la decisión de despedirse, verla por última vez y quien sabe tal vez un último beso; se acercó a la puerta del baño, la abre y en ese momento la escucha, sollozando y llorando, desconsolada, se podía sentir su dolor con solo escucharla.

Nil, al escuchar su llanto, sintió un dolor tan fuerte que penetraba su alma, en ese momento pensó "¿qué demonios le hice?, este no es un llanto cualquiera, no es el llanto de una mujer cualquiera como las que he tenido, este es el llanto de un ser puro, al cual yo le robe su inocencia; soy un maldito miserable, espero un día puedas superar esto y sigas con tu vida, que logres perdonarme, si no es mucho pedirte hermosa mujer" cerró la puerta, se dio media vuelta y solo se marchó.