Celeste es una chica que fue entregada a Esteban para sustituir a Sonia su prima. Celeste queda embarazada y casada con un hombre que solamente la humilla... Sin embargo, al saber todo, Esteban busca a Celeste.
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A punto de saber la verdad
Esteban se encontraba sentado detrás del lujoso escritorio de su oficina, su mirada dominante se encontraba puesta en su laptop.
Únicamente tenía menos de una hora, para terminar con su trabajo, e ir a la mansión Slod, para cambiarse de ropa.
En el momento en que su secretaria entró, Esteban no se molestó ni en levantar la mirada. La chica se detuvo a un paso de la puerta, esperando la autorización de Esteban para ingresar hasta donde estaba él.
_ Buenos días, señor Slod. _ Saludo la chica al entrar.
Esteban levantó su mirada por algunos segundos, únicamente, para indicarle que se acercará con un gesto.
La chica caminó lentamente hasta donde Esteban se encontraba... Al llegar hasta él, la chica dejó unos documentos al lado derecho de Esteban, para que él los firmara antes de irse.
Esteban miró los documentos por el costado de su ojo, al ver que se trataban... Solamente volvió a poner toda su atención en la pantalla delante de él...
_ Ya te puedes retirar... _ Una voz fría salió de los labios de Esteban.
La chica se dio la vuelta, sin embargo, recordó que afuera había un hombre que desean hablar con Esteban.
El hombre había insistido mucho en hablar con Esteban, no obstante, por la manera en que iba vestido, Susana no había permitido que lograra hablar con Esteban...
El hombre se llamaba, Mario, era el mesero que había dudado a Marcela a drogar a Esteban y llevarlo a la habitación del hotel... También miró todo lo que Marcela había hecho con Celeste.
El hombre astutamente grabó todo, para así poder obtener mucho dinero sin esfuerzos... Marcela le había prometido mucho dinero por su ayuda, y hasta el momento no le había dado ni un solo dólar.
Así que el hombre estaba dispuesto a contarle todo a Esteban, y que sea Esteban quién le dé el dinero...
_ Señor Slod, afuera hay un hombre, que desea hablar con usted... Insiste en que tiene que decirle algo muy importante...
_ ¿Cuál es su nombre?... _ Le preguntó Esteban fundiendo el ceño.
__ Dice, llamarse Mario... _ Contestó la chica.
Esteban volvió a levantar la mirada, después miró la hora en el reloj en su mano. Al ver que ya era algo tarde, y solamente le daba tiempo para firmar todos los documentos.
Esteban bajó la mirada, dándole entender a su secretaria que no iba a recibir a nadie. La chica salió de la oficina de Esteban, al ver a la chica salir, el hombre se acercó a ella.
_ ¿El señor Slod, aceptó verme?... _ Le pregunto el hombre.
_ No, el señor, está demasiado ocupado. Así que regresa en otra ocasión... _ Respondió Susana tomando asiento en su lugar de trabajo.
_ Voy a esperar hasta que él se desocupe... _ Mencionó Mario, dando la vuelta para tomar asiento de nuevo en el sillón.
_ Es mejor que regrese en otra ocasión, el señor Slod, no lo va a recibir por lo menos en dos semanas. _ Dijo Susana al ver la insistencia del hombre.
Mario no quería perder mucho tiempo sin hablar con Esteban... Ya que, antes había hablado con Marcela y ella lo amenazo con cortarle la lengua si él se atrevía a decir lo que sucedió aquella noche.
_ En verdad, señorita ... Lo qué debo hablar con el señor es muy importante... Es de vida o muerte... _ Volvió a decir Mario, terminando de convencer a Susana.
__ Ok, tienes menos de cinco minutos, para hablar con el Señor Slod... Espero que los sepas aprovechar...
Susana se levantó de su silla, caminó a donde estaba el baño. Dejando el camino libre para que Mario entrara a la oficina de Esteban.
Mario entró a la oficina de Esteban, con toda la intención de contarle todo lo que Sonia y su madre habían hecho en su contra...
__ ¡Quién eres tú!..._ Levantó la voz Esteban al mirar a un hombre extraño dentro de su oficina.
Por un momento, Mario quedó hechizado con la belleza y todos los lujos que había al interior de la oficina de Esteban, claramente se podía notar que era un hombre sumamente multimillonario.
_ Mi nombre es Mario Chlo. Quizás no se acuerde de mí, pero yo a usted lo recuerdo perfectamente... _ Dijo el hombre con una enorme sonrisa entre sus labios.
Esteban se levantó de su silla, con una mueca de desagrado en contra de Mario. Esteban estiró su mano, señalando con furia la puerta de su oficina...
__ ¡Lárgate de aquí, o mandaré llamar a seguridad!... _ Le ordenó Esteban realmente furioso.
Mario rápidamente fue hasta Esteban, por lo que se podía dar cuenta, Esteban no le iba a dar mucho tiempo, para que hablara.
__ Señor, yo sé que fue lo que sucedió realmente la noche en que se acostó con la chica de cabello rojo... _ Gritó Mario, con la esperanza de que Estaban no llamara a los guardias.
Esteban fundió el ceño, no recordaba realmente lo que había sucedido esa noche, solamente recordaba que al despertar estaba en la cama con Sonia.
La chica era muy hermosa, sin embargo, no sentía nada por ella... Solamente se comprometió con ella, porque sus padres lo obligaron. Y no porque él haya querido...
_ Habla... _ Le ordenó Esteban al hombre con frialdad.
A Esteban le interesaba mucho escuchar al hombre delante de él, ya que pudiera ser, la oportunidad perfecta, para echar abajo su boda con Sonia.
Mario estaba muy nervioso, su cuerpo no dejaba de temblar, no obstante, necesitaba mucho el dinero, que le iba a perder a Esteban.
_ Antes de contarle todo, debe darme una cierta cantidad de dinero, por mi información...
_ Está bien, si la información que me tienes, es buena, sabré como compensarte, pero si solo me quieres ver la cara de estúpido. ¡Te enviaré a la cárcel por el resto de tu vida!... No soy un hombre con el que puedas jugar, y mucho menos querer quitarle el tiempo... _ Contestó Esteban con una voz muy seria...
El cuerpo de Mario tembló violentamente al mirar, la manera en que Esteban lo miraba, era cómo si lo quisiera devorar con los ojos.
Pero creo que le faltó algo
o va aver una segunda parte