El Viudo

Respondí el beso, lo deseaba tanto que se me nubló el juicio, así que sin dejar de besarlo abrí la puerta de mi habitación como pude y entramos los dos en ella dando tumbos entre besos, caricias y sobre todo deseo, besaba su boca, su cuello, estaba embriagada con su olor, su tacto suave certero hacía estremecer cada fibra de mi ser como jamás otro lo había conseguido y eso que eran besos nada más, sentí cómo comenzó a desvestirme, mientras besaba mi cuerpo haciendo que mi deseo por él aumentara con cada beso.

Comenzó por mi cuello, mientras me quitaba el abrigo, luego mi pullover solo quedé en sujetador, el besó mi hombro mientras lo desabrochaba, quedando mis pechos al descubierto, los miro con lujuria y siguió besando, recurriendo con su lengua mi abdomen, se detuvo en la cremallera de mi pantalón, lo ayude a bajarlo y siguió besando mi cuerpo, varios gemidos incontrolables salían de boca, luego comenzó a desvestirse él también, yo igualmente besaba cada rincón de su cuerpo, podía ver cómo se excitaba.

Estábamos completamente desnudos ya, de pie, besándonos, comencé a sentir su erección y me subió hasta su cintura, entrelace mis piernas a su cuerpo y me llevó hacia la cama, dejándome boca arriba ardiendo de deseo por sentir su cuerpo fundido al mío nuevamente, se coloca justo encima de mí, estoy tan lista para recibirlo que creo que voy a estallar de deseo en cuanto roce mi cuerpo, me besa el cuello y comienza a penetrar mi ser, entro en un letargo de deseo cuando sin previo aviso se detiene, dejándome un gran vacío en mi interior. Veo como se aleja de mí, dejándome deseosa.

- Perdón, me dice mientras toma asiento en la cama, perdón.

No entiendo que ocurre, pero me incorporo y me siento a su lado, aún estoy sin respiración por lo ocurrido.

- Qué ocurre, hice algo que te molestara, le digo.

- No, la culpa es mía, pensaba que podía, pero no puedo.

- Qué ocurre, puedes contarme, te ayudaré, tienes algún problema, puedes decirme, prometo no juzgarte.

- Muchas gracias, tal vez en otra ocasión, perdóname de verdad, lo siento mucho, soy yo, no es por ti de verdad.

Ví como recogió sus ropas, se vistió como pudo y se fue a su habitación, dejándome preocupada por lo sucedido, que problema tendrá que lo hizo ponerse así de momento, tan bien que iba todo, seguro se arrepintió en último momento, tal vez no estoy a la altura de él, no soy lo suficientemente linda, no sé.

Gabriel

Llegué a mi habitación lleno de coraje, temía que algo así ocurriese, pero por qué mi mente me había jugado está mala pasada justo en ese instante, sí deseo a Jimena y mucho, creo que puedo ser feliz con ella, pero no pude evitar pensar en Rachel, Rachel era la única mujer con la que había tenido intimidad en toda mi vida y verme ahí deseando con todas mis fuerzas a otra mujer me echo para atrás, me dió la culpa, era como si Rachel estuviese allí en ese cuarto de hotel mirando lo que estaba a punto de ocurrir.

No sé como mirar a Jimena mañana, seguro se sentirá lo peor luego de esto, no querrá saber más de mí y lo entiendo, tal vez deba explicarle lo que me ocurre y por qué actuó así, pero si lo hago seguro que piensa que es por su parecido a Rachel que me gusta y en parte lo es, o lo fue, ya no ahora veo si persona independiente, pero ya no tiene que ver con mi ex, ya de verdad siento por ella, solo debo concentrarme más.

Al final decido no contar que se parece a mí ex esposa fallecida, sería muy turbio saberlo y de aceptarme, estaría constantemente comparando o dudando de lo que siento por ella, en cuanto regrese seguiré con mí psicóloga, recibiré terapia, dejé de ir hace mucho, pero retomaré las citas tal vez así logré estabilizar mi mente, ya que mi corazón si desea intentarlo con Jimena.

Me quedo más tranquilo con mis reflexiones, aún es muy temprano, no son ni las ocho, aprovecho y empaco todo, mañana regresamos temprano, sólo espero que este incidente no cambie el interés de ella hacía mí, ya ví que tengo competencia en la empresa y un empleado mío que ni el nombre recuerdo está muy cercano a ella, espero me de tiempo para sanar e intentarlo con ella, realmente lo deseo y no me cambié por él.