Melanie fue llevada a la guillotina, junto con su familia, gracias al descubrimiento de sus crímenes. Sin embargo, se arrepentía del ser que fue, ¿tendrá una segunda oportunidad para cambiar sus decisiones?....
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Capítulo 23
Comencé a caminar para el lado más alejado del pueblo, sin rumbo alguno, me metia en callejones, en lugares donde pasaba poca gente
-Señorita por lo menos ¿sabe dónde estamos yendo? Cada vez se está alejándose más del centro-
-No se preocupe, mi querido maestro, usted prometió protegerme-
Pobre mi acompañante, pero dudo que me deje ir si le decía que buscaba la zona más desfavorecida del pueblo, hasta que vi unos niños en un callejón que molestaban a una pequeña, los muchachos debían tener cerca de 11 años, mientras que la chiquilla no tendría más de seis, la niña estaba llorando, aunque se tapaba la cara, las lágrimas se veían caer como una catarata.
En ese instante me freno lo miro a mi compañero
-Lo encontré-
Solamente me observaba, seguro no comprendía a que me refería.
Me acerque a los chicos, escuchaba a los mocosos como le hablaban a la niña
-Deja de malgastar dinero, tu madre no sobrevivirá por más que compres medicina, nadie sabe que tiene-
-Es verdad no seas idiota, toma el dinero y guárdalo, por lo menos sobrevivirás un tiempo, después que ella muera-
Intervine antes estas palabras, mientras me acercaba a la pequeña y le extendía un pañuelo
-Calma niña, ¿quieres decirme que sucede? Tal vez pueda ayudarte, ustedes no digan cosas tan crueles-
Los niños no me contestaron pero no sé fueron, parece que más que molestarla, querían ayudarla a su forma. La niña duda un poco pero me cuenta
-Mi madre está muy enferma, nadie pudo curarla, hasta ahora, solo me venden medicina para calmar su dolor, pero está cada día peor-
-Mira tú suerte, soy una doctora que quiere ayudar, sin cobrarte nada, ¿quieres que pruebe si puedo sanar a tú mami?-
-¿No me está mintiendo?-
-Claro que no, soy una de las hijas del duque Liberto, debes saber quién es él-
-Sí, lo sé ¿usted puede sanar a mi mami?-
-Todavía no lo sé, pero si puedo lo haré con gusto, ¿me llevan donde está tu mami?-
Uno de los muchachos se pone frente mío, parecía querer amenazarme, es tan tierno
-Espere un segundo, tiene fachas de noble, no confío en usted, además solo conocemos a la hija mayor de duque, a veces va al centro a llevar provisiones y medicina, en épocas duras. Pero a usted nunca la vimos-
El que se coloca frente a mi es mi maestro
-Mocoso más respeto a la señorita-
Antes que pudiera seguir, intervengo saliendo de detrás de él y agachándome un poco a la altura del niño
-Admiro tu valentía pequeño, si tienes tantas dudas ¿por qué no vienes con nosotros y ves tú mismo mi buena voluntad?-
-Entonces no te importará que mi amigo vaya a buscar a mi hermano mientras ¿No? Para asegurar no estar en peligro…-
Me rio un poco y le respondo
-Está bien, me agradas pequeño, hombre precavido vale por dos… vamos mientras tu amigo busca a tú hermano-
Cuando llegamos a la casa de la niña, entramos y observé el ambiente del lugar, se notaba que solo vivían dos personas allí, era un sitio muy humilde. Al entrar se veía una cocina con lo básico, muy básico, casi no había comida, me acerque a la cocina, había una sopa en el fuego, si se puede decir sopa a ello, la niña mi miraba con un poco de vergüenza, a lo que yo solo sonreí, seguí recorriendo la habitación hasta llegar donde estaba la mujer, se veía una mujer de unos treinta y algo, muy descuidada y desnutrida, a duras penas consciente, estaba recostada en una cama amplia, se ve que allí duermen ambas
-Fani, te dije que no busques doctores, no podemos pagarlos, ya mejoraré, solo necesito reposo. Disculpen a mí hija, pero ¿podrían retirarse?-
La miré y suspiré, cómo se pondría bien esta mujer por si sola.
-No se preocupe no cobramos, somos del ducado Liberto, vinimos a ayudar
-¿Del ducado? ¿Cómo llegaron aquí, no me digas que mi hija los obligo a venir?-
-Relájese señora, su hija no obligo a nadie a hacer nada, me ofrecí por voluntad propia a venir. Ahora me dejará revisarla, veré si puedo ayudarla-
-Se lo agradezco señorita-
Antes que ponga manos a la obra, abro mi maleta, saco una moneda de plata y le digo al mago que allí estaba parado
-Hazme un favor, compra algunas cosas para hacer una sopa más nutritiva, para todos aquí-
-¿Estarás bien sola?-
-Si, no te preocupes, este jovencito que está aquí puede acompañarte a comprar, mientras yo reviso a esta señora-
El joven un poco dudoso terminó aceptado ir junto a mi maestro, a comprar víveres para la familia.
La traté de inmediato, al momento que los jóvenes salieron de la casa, resultó que tenía una infección en los riñones, bastante problemática para este momento, la medicina no está muy avanzada, decir que recién comenzaba, si no sería fatal. Preparé la medicina para que la tome, debería volver al siguiente día a ver cómo sigue.
Cuando finalicé mi atención, justo llegaba mi maestro, junto al joven, entraron con unas cuantas bolsas de alimentos, sirve bastante una moneda de plata, menos mal que cambie algunas de oro por plata, tendrían problema si van con monedas de oro por allí. Van a la mesa que estaba cerca de nosotras y colocan las bolsas, la mujer no sabía cómo agradecer. Comencé a sacar lo que compraron, consiguió de todo mi maestro, pedí a la niña que traiga una tabla que prepararía la cena. Mi maestro me quedó observando escéptico, en realidad los cuatro me miraban igual, pero el único que se animó a hablar fue Rodolfo Blas, mi maestro
-¿Tú cocinaras? ¿Acaso sabes de lo que hablas?-
-Sigue subestimándome-
Lo miré un poco ofendida, me arremangué, me coloqué un delantal que la niña me alcanzó y puse manos a la obra, en el momento que tenía un martillo en la mano y golpeaba la carne para ablandarla, mientras Rodolfo gritaba que deje de salpicar sangre que lo mancharía. Se escucha como se abre de un golpe la puerta, e ingresa un muchacho de unos veinte años aproximadamente, era de tez clara, su pelo al igual que sus ojos eran color café.
Cuando entró grito
-¿Qué les haces ricachona?-
Todos nos quedamos quieto observándolo, se quiso lanzar donde yo estaba, pero mi maestro uso su bastón y se lo puso entre sus pies, haciendo que el joven caiga, cuando estaba en el suelo, mi maestro le puso el pie en la espalda
-¿Quién eres?-
-¿Ustedes quiénes son y qué le hacen a esta familia?-
El niño que había venido con nosotros, se para y grita
-Hermano espera, no son malas personas, realmente están ayudando-
-¿Eh? ¿Pero y la sangre?-
Lo miré y comencé a reír
-Solo estoy ablandando la carne para la sopa que les estoy preparando. Profesor Blas déjalo ya-
Mi maestro lo liberó y volvió a su sitio, el muchacho se veía avergonzado
-Disculpe señorita, pensé que eran estafadores o algún ricachón con malas intenciones-
-Está bien, lo correcto es cuidarse entre ustedes, no hagan mucho ruido que la paciente descansa-
La mujer dormía, ya que por fin le bajo la fiebre y la medicina cooperaba a que se sienta somnolienta
-¿Cómo te llamas muchacho?-
-Soy Gabriel, a veces ayudo a la señora y a Fani, mi hermano Gonzalo es muy amigo de la niña-
-Un gusto Gabriel, soy Melanie Liberto y este es Rodolfo Blas, mi maestro de magia-
Se notó como tragó saliva y puso cara de asustado
-¿Usted es la hija menor del duque?-
Mi maestro comienza a reír
-Sí que eres popular niña-
Maldita reputación
-Si soy yo, lamento lo que hayas oído de mí, puedo asegurar que trabajaré duro para que ya no tengan dudas de ningún miembro de mi familia-
Al tiempo que lo decía, hacia una reverencia hacia donde estaba el chico, este se apuró a decir
-No se incline ante este plebeyo, por favor señorita-
-Es lo que corresponde, me disculpo si me malinterpreto, solo quiero ayudar-
Luego charlamos durante un largo rato, gracias a la mala cosecha, estas zonas que son las más carenciadas, se veían afectadas en mayor medida, ya que el trabajo en los campos disminuía, como así cualquier cosa que pudieran hacer para ganar dinero.
Mientras me contaba de la situación, seguía realizando la cena.
Una vez que finalicé la comida, serví un plato para cada uno y le serví uno a la señora, a quien tuve que despertar para que comiera.
Todos miraban dudosos mi creación, hasta que me siento y tomo la cuchara para comer el primer bocado, luego de eso comenzaron todos a comer, qué pensaron que los envenene…. Tengo que mejor rápido mi reputación.
Todos se mostraron demasiados sorprendidos por la sabrosa cena, ya no sé si ofenderme...
Cuando finalizamos la comida, me retiré, avisando que al día siguiente volvería. El muchacho nos acompañó, junto con su pequeño hermano, hasta la zona más céntrica, ya había caído el sol, espero que mi hermana no se moleste, al llegar al centro saludo a Gabriel y le pido que al día siguiente nos haga de guía, ya que él conocía mejor que nosotros el lugar, aceptó muy entusiasmado.
Cuando me estoy alejando, escucho que Rodolfo le susurra a joven
-Deja de mirarla así, no es alguien que este a tu alcance, si no lo harás enojar-
-No la miraba de ninguna forma… Únicamente es admiración-
-Si tú lo dices… Solamente te doy un consejo para mantenerte vivo… nos vemos mañana muchacho-
Cuando subimos al carruaje, lo miré a mi maestro
-¿Qué tanto le decías a Gabriel?-
-Nada, solo le daba un consejo y tú tendrías que ser más cuidadosa por donde te metes-
-¿Por qué si mi gran maestro con su gran bastón me protegerá?-
Mientras lo decía sonreía y hacia el movimiento con los brazos como si estuviera mostrando mis músculos, pude ver una leve sonrisa, es divertido ver como trata de ocultar la sonrisa de mí, me está cayendo bien mi maestro.
-Me sorprendes niña, nunca conocí ninguna noble como tú, ahora me explico muchas cosas-
-¿De qué hablas?-
-Nada importante, si finalizaste el último libro, mañana te enseño como activar tu poder mágico-
-¿De verdad?-
-Sí, yo no miento-
De la emoción comencé a aplaudir, hasta lo abracé, cuando lo solté estaba sorprendido y un poco sonrojado, mientras yo seguía aplaudiendo y venerándolo
-Gracias mi maestro, eres el mejor-
-Sí, sí muchacha como digas…-
Pude escuchar en un susurro lo que decía… pero lo ignoré porque estaba demasiado feliz
-Solamente espero que no me maten por tu culpa-