Vamos a ver qué nos prepara el mundo, lean a ver qué nos lleva la vida de Makoto con su pequeña y querida.....
Autor: La inspiración fluye en su detenido tiempo , subiré capítulos cuando pueda 😅☺️
Datos:
Silencio En La Oscuridad, es una historia recién creada por mí Contiene suspensión, LGBT y entre otros géneros.
Novela Original 😉🖤😘😊 No copiar la historia, Los plagios son totalmente ilegales.
Está novela es original, creada con paciencia y dedicación. Porfavor no copiar.
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Sueño o Realidad? parte 2
Makoto estaba sentado en una esquina del espacio de trabajo, esperando ansiosamente que llegara la hora de salida. Su día había sido caótico; se había distraído constantemente, sumido en pensamientos sobre lo que había ocurrido la noche anterior. La preocupación y el miedo lo habían acompañado durante toda la jornada, nublando su mente.
Cuando finalmente sonó el timbre de salida, Makoto se levantó de un salto. La sensación de alivio lo invadió mientras se dirigía a la salida. Corría con prisa, con la esperanza de llegar a casa y encontrar un refugio en la normalidad de su hogar.
Al llegar a casa, se despojó rápidamente de sus prendas de trabajo, sintiendo una necesidad urgente de deshacerse de cualquier rastro del día estresante. Se dirigió al baño, se duchó con agua caliente, y el vapor del agua comenzó a relajar sus tensiones acumuladas. Rápidamente preparó una cena sencilla, apenas saboreando la comida mientras su mente seguía ocupada con los eventos recientes.
Con la cena terminada, se metió en la cama, buscando desesperadamente el consuelo del sueño. Miró su teléfono durante unos momentos, pero el cansancio le obligó a cerrar los ojos. Sin embargo, al volver a abrirlos, se encontró en medio de un bosque oscuro y desconocido.
El bosque estaba envuelto en una penumbra inquietante, y Makoto avanzó por los senderos sombríos, sintiendo la presión de la oscuridad que lo rodeaba. Finalmente llegó a un pequeño claro, donde vio a Vane y Danny a lo lejos. Ellos caminaban hacia una dirección, con la luz de la luna iluminando su camino.
Vane y Danny no parecían notar que Makoto los seguía. Su andar era despreocupado, como si nada pudiera perturbar su marcha. Makoto intentó acercarse más, sintiendo la luz de la luna como su única guía.
Llegaron a un pequeño pueblo que, a primera vista, parecía animado y lleno de vida. La gente se movía con una energía alegre, y la escena parecía normal. Sin embargo, a medida que Makoto se acercaba, notó un cambio en la atmósfera. La luz de la luna comenzó a desvanecerse lentamente.
Las personas en el pueblo se detuvieron en seco, como estatuas congeladas. Observaban a su alrededor con una calma inquietante, sus expresiones vacías y sus cuerpos inmóviles. La luz de la luna se extinguió, sumiendo todo en una oscuridad total.
—No deberías estar aquí, esa cosa te tragó por completo —susurró Danny, su voz cargada de preocupación.
—A veces, las cosas no son lo que parecen —respondió Makoto, intentando mantener la compostura mientras su mente se llenaba de confusión.
—¡Cállense! —exclamó Vane en un susurro agitado, su voz temblando de tensión.
Makoto y Danny intercambiaron miradas nerviosas, pero la oscuridad era tan intensa que apenas podían distinguirse entre sí. La presión del silencio y la inquietante calma del entorno creaban una atmósfera opresiva.
De repente, unos ojos rojos aparecieron de la nada. Brillaban con una intensidad perturbadora en la penumbra, y parecían observar a todos desde una corta distancia. La gente alrededor de ellos parecía no darse cuenta, demasiado distraída para notar la presencia amenazante.
Makoto giró lentamente la cabeza hacia un lado y escuchó una voz suave, casi etérea, que le provocó un leve dolor de cabeza.
—¡Makoto, no te acerques!
La voz parecía familiar y, a la vez, completamente desconocida. Cerró los ojos brevemente para intentar procesar la situación, y al abrirlos de nuevo, se encontró cara a cara con una presencia aterradora. Los ojos y una risa siniestra flotaban sobre él, y aunque estaba asustado, no parpadeó. En lugar de eso, le ofreció una sonrisa vacía y sin emoción, que dejaba un sabor amargo en el aire.
—¡Te encontraré al fin! —dijo la voz con un tono amenazante.
—¿En serio? Qué bien por ti —respondió Makoto, tratando de mantener una actitud desconcertante, como si conociera a la entidad.
No estaba sorprendido ni asustado, pero la situación seguía siendo inquietante. Nadie más parecía escuchar lo que se decía, y la presencia amenazante se intensificaba.
—¡No! ¡No te acerques a él! ¡Makoto, aléjate! —volvió a decir la voz, ahora con una profunda desesperación y nostalgia.
El corazón de Makoto latía desbocado, acelerándose con cada momento que pasaba. Cerró los ojos para tratar de calmarse, y cuando los volvió a abrir, se encontró de regreso en su habitación. La sensación de inquietud y nostalgia persistía, y la voz de la mujer seguía resonando en su mente.
Miró el espejo, notando un cambio en su reflejo que nunca había visto antes. La diferencia era sutil pero evidente, como si algo hubiera cambiado profundamente en él.
—¿Qué es esto? —murmuró, observando detenidamente el reflejo en el espejo.
Se levantó de la cama, desconcertado y sorprendido. La visión ante sus ojos era casi incomprensible. Estaba en medio de una sensación abrumadora de incertidumbre y asombro.
—¡Al fin! ¡Por fin has regresado! ¡Te extrañamos tanto! ¡Regresa!
Makoto escuchó la voz de nuevo, esta vez más clara y llena de emoción. La sorpresa y la conmoción lo inundaron.
—¡Hermana! ¡Hikari! —exclamó Makoto, con lágrimas en los ojos.
Todo comenzó a desvanecerse lentamente, y el entorno se volvió una habitación en blanco. La voz de Hikari seguía resonando, pero el espacio se vaciaba.
—¡Abre los ojos, hermano!
Makoto sonrió mientras cerraba los ojos lentamente, dejando que todo desapareciera. La sensación de alivio y el deseo de volver a la realidad lo envolvieron por completo.
Solo quedó un grito resonando en su oído.
—¡DESPIERTA!
Makoto abrió los ojos y se encontró en una habitación de hospital, rodeado de aparatos médicos. Su pequeña y hermosa hermana estaba a su lado, sujetándole la mano y llorando desconsoladamente.
—¡Hermano! —exclamó Hikari, con la voz temblando de emoción y preocupación.
—¡Hikari! —dijo Makoto, con voz débil pero llena de alivio y gratitud.
Makoto sonrió al ver a su hermana y, aunque estaba exhausto, cerró los ojos lentamente. Cuando los volvió a abrir, era un día espléndido para despertar de un sueño profundo y angustiante.
—Al fin, pensé que no iba a salir de ese lugar —dijo Makoto, con voz baja pero sincera.
—Sabía que no lo ibas a hacer, así que tuve que hacer todo lo posible para traerte de regreso. ¡Finalmente lo logré! Regresaste al mundo al que perteneces —dijo Hikari, con un tono dramático pero lleno de cariño y alivio.
Makoto sintió una profunda gratitud hacia su hermana. Aunque todavía estaba procesando lo que había vivido, sabía que el regreso a la realidad era un regalo invaluable. La presencia de Hikari le proporcionaba una sensación de seguridad y esperanza mientras se enfrentaba a la recuperación.
hará*