Seré Feliz En Este Mundo.

Al ver aquella acción, Noil prácticamente corrió para verificar que Sophia estuviera bien, ya que no sabía las verdaderas intenciones de aquella mujer.

—Lo lamento, no se quién es— le susurró al oído, mientras la abrazaba

—Está bien, se que sabrás resolverlo— lo tranquilizó

—No sabía que alguien más nos acompañaría, pero supongo que es una de sus empleadas marqués, ¿la lleva para que le sirva en el palacio?— eran claras sus intenciones, por eso actuaba así.

—Se equivoca, ella es..—

—Mi nombre lo sabrá en el baile y también quien soy en realidad, además usted no se ha presentado aún, ¿por qué debería decirle el marqués, quién soy?— interceptó aquella pregunta con astucia

—Al parecer no eres una simple sirvienta, ¿debería disculparme?— sarcásticamente preguntó

—Continuemos para así llegar lo más pronto posible— lo dijo con voz fuerte para que el cochero escuchara.

Noil no quiso intervenir más, pues en sus planes no estaba permitir que Sophia sufriera de ninguna forma, aunque por esa razón sería capaz de incluso alzarle la mano a una mujer como aquella que se interpuso en su camino.

El camino fue silencioso y lleno de miradas, nada amistosos por parte de todos. Pasado un tiempo, por fin llegaron al palacio y en las puertas ya los esperaban.

—Marqués, señorita Brunet, bienvenidos. Adelante por favor— era Sonet el que los recibía, claro que no se percató de la presencia de aquella mujer entrometida.

—Su majestad lo espera en el salón de invitados, marqués— informó otro secretario.

Noil se disculpó con Sophia y fue a dónde estaba su primo.

—¿Cómo va todo hasta ahora primo?— se burlaba del marqués

—No entiendo a qué te refieres, ¿podrías explicarte?—

—Me imagino que ya fuiste rechazado por la señorita Brunet. Estoy seguro que no fuiste lo suficiente para ella, a pesar de ello no debes estar triste, te he encontrado una buena candidata a prometida, hoy mismo daré esa noticia— bebiendo una copa de vino, le informaba.

—Es verdad, me rechazó un par de veces. Sin embargo no puedo permitir que intervengas en mi vida de esta manera— su rostro estaba lleno de ira

—Se lo que es mejor para ti, me lo agradecerás más adelante— se veía reacio a cambiar de opinión.

—¿Cómo es la supuesta candidata?— dudoso preguntó, solo quería corroborar sus suposiciones.

—Es lady Colin, su padre es un duque muy importante, estoy seguro que se entenderán— parecía muy seguro, pero nunca esperó la reacción de Noil

—Veo que heredaste los dotes de tu madre querido primo, ahora dices saber lo que es mejor para mí, así como ella supo que lo mejor para mis padres era que yo muriera, ¿verdad?— aquellas palabras hicieron que el emperador sintiera como si dagas ardientes atravesaran su corazón

—No me compares con ese monstruo— gritó y rompió la copa que tenía en su mano. —No soy tan cruel como ella, sabes que a mí familia no le haría daño— reflejaba dolor

—Estoy enamorado de Sophia Brunet y no pienso dejarla por nada ni por nadie, si solo el emperador puede decidir con quién me casaré, está bien. En mis planes no estaba pelear por el trono, pero creo que al final el miedo de tu difunta madre se hará realidad, pelearé con todo si es necesario— sus palabras no eran mentiras, el estaba dispuesto a lo que fuera para que no lo separaran de su amor.

—Dijiste que te rechazó, ¿qué más quieres?—seguía muy enojado

—Si. Me rechazó dos veces, pero después correspondió a mis sentimientos, ella es la mujer que decidí tener a mi lado, nos queremos y estoy seguro que nuestro amor puede crecer con el paso del tiempo, así que decide muy bien lo que harás majestad, pues ella me dará su apoyo a mi, a nadie mas—

—Dejaré que entiendas las cosas por tu cuenta. Solo quiero que seas feliz, sabes que desde que mi padre murió, tu seguridad y felicidad han estado en mis manos, no quiero que sufras, además no dejaría que pelearas por el trono, si algún día lo quieres, yo mismo te lo daré, es lo menos que puedo hacer por ti—

Era claro el cariño que ambos sentían el uno por el otro, pero en definitiva la manera de demostrarlo por parte del emperador, no era la correcta.

—Te darás cuenta que Sophia es alguien digna de confianza, deberías intentar convivir con ella, sabrías lo increíble que es— suspiró, —mi decisión es definitiva y no voy a cambiarla, así que lamento desobedecer está vez— dijo esto y salió del salón.

De detrás de una puerta salió Sonet. —¿Qué hará ahora majestad?— le preocupaba lo que pudiera pasar.

—No daremos la noticia del compromiso, el marqués se hará cargó de su propia felicidad, tal vez tenga razón y fui yo el que se equivocó, además vi que aquella mujer llegó con él, en el mismo carruaje—

—Me dijeron que ella se atravesó en el camino del marqués, si me permite opinar. Una mujer así, no le conviene al marqués, contrario a la señorita Brunet, que siempre le da su espacio y es muy respetuosa— le echaba sal a la herida

—Confirmas que mi primo tiene razón, ¿no se supone que deberías estar de mi parte?— lo miraba con enojo

—Solo digo la verdad— a pesar de todo sabía que su emperador estaba equivocado, aunque el único que podía hacerlo entrar en razón, era el mismo marqués.

Por otro lado, Sophia fue llevada a una sala de espera, pues el baile tardaría un poco en comenzar y al ser la invitada de honor, tenía que llegar al final.

—Dime quién eres y que hacías con mi prometido— exigía la pelirroja, después de entrar a la sala sin permiso.

—Quien soy lo sabrás cuando su majestad lo diga y realmente no entiendo lo de tu prometido— indiferente aclaró

—El marqués Laroux será nombrado mi prometido por su majestad está noche, entonces ¿qué hace una mujer con un hombre apartado?— acercándose un poco más a Sophia, la chica seguía cuestionando

—No sabía esa información, pero si quieres saber porque estaba con Noil, deberías preguntarle directamente a su majestad, el sabe la razón— respondió con tono de burla.

Aquella joven estaba a punto de darle un golpe a Sophia por como le estaba respondiendo, pero aquel brazo fue detenido por un tercero.