Toda vida enamorada, sufriendo humillaciones, para nada, sin darme cuenta deje que un amor enfermizo, acabará con mi amor propio. hasta que mi verdadero amor me salvo.
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embarazo.
Alejandro.
Ella estaba a la defensiva, su mirada era intensa, había enojo en ella, con toda razón, sentía mis manos sudar, pero no era el momento de dudar.
- Solo serán unos minutos.- le digo casi rogando.
- Bien.- contesta ella.
Salimos del campus, y llegamos a una pequeña fuente que hay en el centro de la universidad, sentía mis manos temblar, hacía mucho tiempo no la tenía tan cerca, y les puedo asegurar que a esta distancia su belleza es más impresionante.
- Lo siento.- es lo primero que suelto.
- Por qué lo sientes.- me pregunta, sin entender.
- Se que me odias, y que ese sentimiento me lo gane a pulso, quiero.- ella me interrumpe.
- Un momento, Alejandro, yo no te odio.- me dice.
Escuchar eso, me alegro el alma, desde que nos conocimos siempre habíamos peleado, pero todo era por mi actitud hacia ella, me molestaba ver cómo miraba a Pablo, cómo sonreía al decir su nombre, quizás eran los celos, los que me llevaban a comportarme con un imbécil.
- No voy a negar, que tu actitud hacia mí era algo irritante.- termina de decir.
- No sabes cómo me alegra escuchar eso, de verdad discúlpame, eres muy importante para mí, crecimos juntos, siempre estaré para ti, no debí permitir que vieras a pablo en esas, pensé en el daño que eso te podía causar.- ella estaba en completo silencio.- quiero que sepas que te quiero, que eres importante y que siempre estaré para ti.- finalizó
- No puedo creer, lo que estoy escuchando, dónde está Alejandro.- me dice mientras simula buscarme.
- He madurado.- saco valor y la tomo de las manos.
Sentí una gran electricidad, recorrer mi espalda, podría jurar que ella sintió lo mismo, lo se por la expresión en su rostro, nuestra mirada se encontraron, un pequeño silencio inundó el momento, solo nos mirábamos.
- Soy sincero cuando te digo, que siempre estaré para ti.- digo para romper la incomodidad.
- Gracias Alejandro, ¿amigos?.- me dice.
- Amigos.- le contesto.
Ella me da un abrazo, quizás ese sea el contacto más cercano que tendremos, pero me conformo con eso, después de terminar nuestra conversación volvemos al campus. Teníamos una última clase y terminaríamos con el día de hoy.
Las siguientes semanas fueron de lo mejor, mi relación con Claudia fue mejorando, al principio fue extraño, estábamos acostumbrados a estar como perro y gatos, que el sentarnos a platicar, era algo nuevo para los dos, con los días esa incomodidad desapareció, ahora parecemos los mejores amigos.
Estábamos a solo un mes de culminar el semestre, y con eso el día de mi graduación estaba cerca, me llenaba de emoción culminar mi carrera, pero a la vez me daba tristeza, puesto que ya no podría verla tan seguido.
Las cosas con Pablo estaban tranquilas, él cada que podía se acercaba a Claudia, pero ella era distante con él, se que pablo tiene sentimientos por ella, que ha tratado de sacarla de su corazón, pero quizás no ha Sido la forma correcta.
Después de terminar la clase, me reúno en la cafetería con Camila y Claudia, estábamos tomando nuestro almuerzo cuando Pablo se acercó a nuestra mesa.
- Hola chicos, puedo sentarme con ustedes.- pregunta.
Mi mirada se dirigió a Claudia, ella estaba sería, era obvio que el tema de Pablo aún le afectaba mucho, y eso me molestaba.
- Si claro, no hay problema.- contesta ella, haciendo un esfuerzo.
Estuvimos en silencio por unos minutos, hasta que Camila rompió la incomodidad, gracias al cielo.
- Bueno, chicos, cómo se siente, en un mes será su graduación y oficialmente serán todos unos profesionales. - nos pregunta.
- A decir verdad, yo estoy feliz, por fin estoy por lograr unas de mis metas.- responde Pablo con una sonrisa.
- Después de eso que harás.- le pregunta, Claudia.
- Me haré cargo de la compañía de mis padres.- responde con una sonrisa.
- Y tu Alejandro.- me pregunta.
- Yo, pues, asumiré la presidencia de la constructora de mis padres.- respondo desanimado.
La constructora de mis padres, es el esfuerzo de años de trabajo, ellos desean que yo asuma la presidencia, pero mi sueño es muy diferente al de ellos, se suponía que armando, mi hermano mayor debía hacerse cargo, pero este se negó, él se dedicó a viajar, hasta que conoció a Luisa su esposa y madre de sus hijos.
Ahora mis padres desean que sea yo que asuma ese papel, la verdad lo acepto para no decepcionarlos.
- Que pasa, no te gusta la idea.- me Pregunta Claudia.
- No es eso, es solo que mi meta es otra.- le digo.
- y cuál es tu meta.- vuelve a preguntar.
Estaba por responder, pero nuestra conversación fue interrumpida por la llegada de lucero, no voy a negar que esa mujer daña el ambiente dónde llaga.
- Pablo, podemos hablar.- dice ella, apenas se acercó.
- No tengo nada que hablar contigo.- le responde Pablo.
- Será que me puedes decir, por qué me tratas así, no me digas que es por esta estúpida.- le grito
Claudia estaba dispuesto a responder, pero la tomé de la mano, ella me miró, pude ver que su rostro se fue relajando.
- No metas a Claudia en esto, simplemente no tengo nada que hablar contigo.- le dice Pablo en un tono molesto.
- Que pasa Pablo, llevas una semana que no contestas mis llamadas, he tratado de hablar contigo, pero te niegas a hacerlo, es urgente que hablemos.- lucero ya estaba más calmada.
- Lo que tengas que decir, dilo aquí y vete.
Lucero se quedó en silencio por un momento, cómo dudando si decirlo delante de todos.
- Estoy embarazada, tengo un mes de embarazo.- soltó lucero sin dudar.
Pablo se levantó de golpe de su silla de un brinco, su mirada se centró en Claudia, quien también lo miro, pero casi al instante desvió la mirada, me puedo imaginar, lo que está sintiendo, así que aprieto con más fuerza su mano, su mirada llega a mí, sé que está luchando para no llorar.
- Ustedes tienen que hablar.- agrega Camila.
Pablo toma a lucero de la mano, y la saca de la cafetería ante la mirada de todos, los que hay se encontraban.
…