Maldita Sea Mi Suerte

La boda de Paloma y Melquiades se iba realizar en seis meses así que Julio no se iba a dejar intimidar si ellos en seis meses si iban a casar el lo haría en un máximo de dos meses, fue por ese motivo que le pidió a su madre que le comprará una esposa, él no está a para romanticismo, lo más importante eres obtener la gerencia de su abuelo por lo que su padre había luchado, él no iba a permitir que sus tíos se apoderarán de todo lo que su abuelo, ladre y el habían logrado. Nadia se había congelado al escuchar las palabras de su hijo pero sabía que no había forma de hacerlo cambiar de opinión, además ella sabía muy bien el motivo de su hijo aunque desde que conoció a Romina algo en ella decía que no era buena persona, sin embargo eso no importaba después de todo la haría firmar un contrato, Nadia fue al siguiente día a la hacienda de Joaquín Hidalgo el enseguida la recibió.

—¿A qué se debe tu visita?, Hace mucho tiempo que no venías para ser más exactos desde que murió Marina —

—Es cierto, pero tú sabes muy bien que desde la muerte de Mariana como la de mi marido mi vida cambio —

—Por cierto ¿Cómo se encuentra tu hijo?—

—No te voy a mentir, él se encuentra muy mal los pronósticos de que vuelva a caminar don reservados, es por ese motivo que me atrevo a ofrecerte este trato,— Nadia le mostró el contrato de matrimonio, Joaquín sabía que el contrato los beneficiaria basta esa era una oportunidad que no debía dejar de pasar.

—No tienes que darme la respuesta hoy vendré en cinco días — dijo Nadia, dejo el contrato y salió del lugar, Joaquín fue hablar con Isabel, pero está se negó pues no iba a permitir que su hija atara su vida a un paralítico además Isabel ya tenía el candidato perfecto para su hija y este era Genaro el tío de Julio, pero Joaquín sabía que no podía desaprovechar esa oportunidad y fue Isabel la que le propuso.

—Y que tal si le ofreces a Fátima ya es tiempo que pague todo lo que has hecho por ella — a Joaquín le pareció una buena idea, además esa no era su hija y como dijo Isabel ya era tiempo de que pagará todo lo que él había hecho por ella.

Fátima se encontraba en el internado ya había terminado sus estudios ella en muy pocos días iba a cumplir su mayoría de edad, ella estaba convencida en iniciar su noviciado, sin embargo la madre superiora la había mandado llamar para informarle que antes que comenzará su noviciado tendría que pasar dos meses con su familia, Fátima se sentía muy triste pues desde hace mucho tiempo Fátima se sentía muy sola pues desde que murió su madre, su padre solo la rechazo, Fátima sabía que nada haría cambiar de opinión a la madre superiora así que no le quedó más remedio que acomodar sus cosas, al día siguiente la madre superiora volvió a llamar a Fátima.

—Dígame madre superiora en que puedo servirla —

Pero antes que ella volviera hablar se dio cuenta que su padre estaba ahí, aún no lo entendía pues faltaban cinco días para dar por terminado sus estudios o al menos la clausura que era el único pendiente, la madre superiora le explicó que su padre había venido para llevársela que no había el porque preocuparse que ya estaba lista el certificado de que termino sus estudios Fátima no entendía lo que estaba pasando pues la última vez que hablo con su padre fue para pedirle consentimiento para iniciar su noviciado y el no se había negado sin embargo el día de hoy el se había aparecido argumentado que eso ya no podría ser que se habían presentado algunos problemas familiares, la madre superiora le había dicho a Fátima que si todo se resolvía ella podía regresar sin ningún problema además ya estaba programada la visita con sus padres para poder iniciar el noviciado, Fátima lo único que hizo fue obedecer, durante el trayecto su padre no dijo ni una palabra, cuando llegaron a la hacienda su padre la instalo en una habitación de huéspedes aún así Fátima no dijo nada lo normal era que ella protestará, Fátima aún no sabía el motivo por el cual su padre la había traído de vuelta, esa noche ordenó su padre que le llevarán de cenar a su habitación pues no quería verla era tan parecida a su madre era tanto el rencor que le tenía. Mientras Fátima cenaba se dio cuenta que ya la hacienda no era la misma, los empleados eran distintos, la decoración había cambiado así como el color de las paredes, Fátima en su inocencia creyó que su Nana aún estaría así que le pregunto a la empleada que había llevado los alimentos, la empleada le dijo que todo el personal tenía pocos años al parecer desde que el señor se había vuelto a casar la señora se había encargado de despedir a todos. Fátima sentía una gran tristeza al parecer todos los recuerdos tristes se habían apoderado de ella, aún recordaba el día que su padre la apartó de él por más que ella le suplico el ignoró sus peticiones, ella había perdido todo en un día, Fátima lloro en silencio por más que quería gritar no podía sus palabras estaban atascadas en su garganta.