Alejandro y Cassandra no se conocen, pero cada uno encontró el amor en otra persona y esto los llevó a un mundo de sufrimiento, por lo que se han jurado no volver a sentir amor por nadie más hasta que se encuentran.
¿Podrá haber una segunda oportunidad para el corazón de ambos?
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Capitulo 19 – Espias
-¿Crees que es tu culpa cuando le dijiste una y otra vez que no querías que eso sucediera y que parara? – Cassandra cerró los ojos y no respondió
-¿Cuántas veces le dijiste que parara? – siguió preguntando
-Muchísimas e intenté defenderme, de verdad que si – respondió entre llanto
-Cuando una mujer dice que no es no y tu se lo dijiste muchas veces, el del problema es él y fue él quien se comportó de manera violenta, lo que él te hizo se paga con la cárcel ya que es un delito, no se debe tomar a una mujer por la fuerza – su voz era una mezcla de suavidad y firmeza, no quería que ella se sintiera regañada
-No creo que pueda denunciarlo, me da mucho miedo
--No te preocupes que no te voy a obligar a nada, esto es un proceso lento, aunque es de gran importancia que lo hagas yo no voy a obligar, solo quiero que pienses en que puede hacerle eso mismo a otra chica
-Unas semanas después mi amiga fue a visitarme, ya que estaba preocupada porque tenía días sin verme y empezó a hablarme de Eduardo, contándome que se había casado la noche anterior y que la mujer que ahora era su esposa estaba embarazada o al menos eso decían los periódicos, al parecer tenía unos siete meses de embarazo, lo que me hizo pensar en que había destruido mi vida y se había casado como si nada hubiera pasado
-¿Volviste a saber de él? – preguntó la terapeuta
-Desde ese día mas nunca lo vi y ni siquiera sé dónde vive actualmente – se notaba a Cassandra un poco más tranquila
-Quiero preguntarte algo y no lo vayas a tomar a mal, ¿Por qué contarme eso ahora después de tantos meses de terapia? – le siguió preguntando
-Necesitaba liberarme del dolor que me generan esos recuerdos – en ese momento notó que lo que decía la chica era verdad y ese era el primer paso para poder superar todo eso que le había sucedido
La terapeuta le hizo algunos ejercicios de respiración y logró que se calmara, sabía que ahora si pondría de su parte para que mejorara su situación.
La sesión duró un poco más de lo normal y Cassandra no sabía exactamente cuánto tiempo había estado allí, cuando salió del consultorio pudo ver que su tío la estaba esperando, el hombre le agradeció a la terapeuta por haberle avisado y se llevó a su sobrina.
Cuando llegaron al estacionamiento estaba Alejandro esperándolos mientras se apoyaba en el auto, no dijo una palabra solo le abrió la puerta y ella entró, pudo ver lo abatida que estaba y prefirió darle su espacio.
Durante el camino ninguna de las personas que estaba en el auto emitió palabra alguna, aunque de vez en cuando Alejandro veía a Cassandra por el retrovisor y verla tan mal le partía el alma, cuando llegaron Joaquín se bajó del auto rápidamente para ayudarla a bajar.
Alejandro no sabía qué hacer para ayudarla a sentir mejor y eso lo hacía sentir terriblemente, su tío comenzó a hablarle, le preguntaba si quería comer, si se sentía bien.
-Tío solo quiero descansar y que todo este dolor cese – fue lo único que respondió
-¿Qué rayos le hicieron? – preguntó Alejandro después de que Joaquín la dejara en su habitación
-No lo sé, no me ha querido contar y yo no he querido presionarla – respondió el padre con gran pesar
El sábado siguiente Alejandro se levantó temprano como siempre decidido a realizar su carrera diaria cuando bajó las escaleras y escuchó música en el salón, sabia que era Cassandra quien estaría allí, por lo que decidió acercarse.
La había escuchado llorar por varias noches y su relación había sido solo de jefe – empleada, asi que verla fuera de su cuarto para él era toda una hazaña, se asomó sin hacer ruido y la vio allí bailando de forma tan apasionada como siempre.
De pronto sintió que alguien estaba detrás de él, lo que lo asustó enormemente y vio que era el padre Joaquín quien lo veía divertido.
-¿Las estas espiando?, eso es acoso – hablo bajito entre risas
-No… yo… no…
-Tu no ¿Qué? – siguió burlándose de él
-Baila hermoso ¿verdad? – comentó el padre
-Mi sobrina te gusta ¿cierto? – Alejandro casi se atraganta con esa pregunta
Alejandro negó y se fue a correr antes de que le siguieran haciendo preguntas que no podía contestar.
Unas horas más tarde estaban reunidos el padre Joaquín, Elena y Alejandro, estaban listos para desayunar cuando Cassandra llego y se sentó en la mesa con ellos.
Hacían unos cuantos días qué ella no compartía la mesa con ellos, por lo que se sorprendieron gratamente.
-No sabía que además de hacer ejercicios te gustaba espiar a las personas - Cassandra hablo mientras se servía el desayuno
Alejandro casi se ahoga al escucharla, no sabía que lo había visto esa mañana y al escuchar esto Joaquín comenzó a reírse.
-No te rías que tú también estabas - ella miró a su tío fijamente
La mesa quedó en total silencio y Cassandra comenzó a reírse al verlos tan contrariados, haciendo que todos en la mesa se riera también.
-Qué bien qué hayas vuelto a ser la misma de antes - comentó Elena
Alejandro pensaba en lo hermosa que se veía cuando sonreía, ella se veía tan bien al natural, sin maquillaje, solo siendo ella misma.
La comida transcurrió de manera tranquila y al terminar el padre Joaquín fue a realizar sus labores del día, Elena también fue a realizar algunas cosas que tenia pendientes, quedando Alejandro y Cassandra a solas.
-Quiero pedirte disculpas por mi actitud el día que llegaste, no quería hacerte sentir mal - Cassandra rompió el silencio que se había instaurado entre ellos
Porque están en ese estado tan depresivo??
Un comienzo distinto, me gusta.
veamos que sigue.