Tu Y Yo De Nuevo

Los minutos que Renata tenía en el palacio tratando de que el amor del príncipe y Nyssa triunfará, lo tenía Rainer camino a la frontera, una sonrisa que no podía quitar, era la mejor noche de su vida, el mejor regalo.

Recuerdo.

_Niña tonta, no tienes edad para estar tomando vino._

Le reclamo Rainer.

_No soy una niña, ya tengo 18 años en un cuerpo de 14 casi 15._

Le hablo en su cara señalando con el dedo índice, Rainer frunció el ceño.

La acostó en la cama, quitando sus zapatillas, le puso una sabana y beso su frente, trataba de quitar su brazo, pero Renata se aferró fuerte a su brazo.

_Íker, no te vayas._

Lo aló a ella, pegando sus labios, Rainer quedó en shock, aunque siguió un beso suave, Rainer casi pierde el control hasta recordar lo que acababa de decir y la edad que tenía, recuerdos pasaban por su cabeza.

_¿Qué acabas de decir?_

Pregunto tocando su cabeza que empezaba a doler fuerte.

_Te amo Íker, te extraño, quiero escapar contigo, vámonos mi amor._

Renata solo lloraba como una magdalena, abrazando a Rainer, imaginando que era Íker, quien no podía ya con el dolor de cabeza, llegando recuerdos dolorosos a su vida.

Recuerdo

_Joven de 20 años, accidente de moto, no reacciona._

Hablo una enfermera, Íker podía escuchar un poco, ya sentía como su alma salía de su cuerpo, recuerdos de Fernanda y él, pasaban como un video rápido, fueron minutos los que él no sintió nada.

_Duquesa, el joven amo despertó._

Gritaron las doncellas y el mayordomo, él medicó, estaba sorprendido, el joven duque había llegado muy malherido, no tenía esperanza de vida alguna, Íker, al ver todo a su alrededor, se sintió confundido, sabía que no era de esa época, pero no recordaba su antigua vida.

_Fer._

Salió de él, no él sabía por qué, Un dolor sentía en el pecho, no volvería amar a nadie, que no fuera su Fer, y ese mismo sentimiento lo compartía el personaje de ese cuerpo, quien fue herido por el amor y termino muerto, desde ese día, prometió cambiar la historia sin saber por qué.

Fin del recuerdo.

Lo que nunca pensó, o imagino, era que su Fer, también había reencarnado en la historia que ambos odiaron por su final cruel.

Pero justo en ese momento, recordaba todo claramente, pensó que era un sueño el cual tenía siempre de tanto ver Dramas y leer historias, recordó ese día que despertó en ese cuerpo, al ver entrar a dos señores que lo abrazaban y lo llamaban Rainer, sintió como el corazón latía tan fuerte, que pensaban iba a morir de nuevo, no fue hasta la noche anterior que entró en cuenta que había reencarnado en la historia que su amada y él odiaron por su final cruel, ya entendía por qué ella hacia todo eso.

_¿Me dirás que te hace sonreír?_

Artemio no aguantó y pregunto al joven Amo.

_No lo entenderías._

Respondió serio.

_Ja, ja, ja, ¿me dices que no entendería el amor?_

Bromeó Artemio, Rainer solo deseaba terminar rápido los trabajos que tenía en las fronteras y los negocios con el duque Rose, justo en la mayoría de edad de su prometida, el amor de su vida por segunda vez.

_(Tú y yo de nuevo, no sabes lo feliz que estoy, sé que tú también lo estarás, de eso no me cabe duda, me alegra saber que no te fuiste, ¿pero como terminaste aquí?)_

Rainer pensaba mientras cabalgaba a todo galope.

En el palacio seguía la disputa sobre que harían Con la señorita Rose.

_¡Silencio!_

Grito el príncipe heredero ya molesto por todas las palabras.

_Yo soy un caballero y admito estar enamorado de la señorita Rose, no quiero ser el culpable de una guerra de ambos imperio, no hicimos lo correcto, pero ya pasó y no estoy interesado en tener concubinas._

Sadie hablo molesto, sus palabras salieron con autoridad que nadie fue capas de decir algo.

_El príncipe habló, en un año, en la fiesta de mayoría de edad de las señoritas, anunciaremos el compromiso del príncipe heredero y la señorita Nyssa Rose, mientras tanto, ella demostrará ser digna de ser la princesa heredera._

Los murmullos se escuchaban, Renata seguía de rodilla y aunque le dolían, formó una sonrisa.

_Puede levantarse, señorita Bonnie._

Renata se levantó y se inclinó en agradecimiento.

_Vamos Renata._

Le hablo el Conde molesto._

_Disculpe conde, pero tengo unos asuntos que hablar con la señorita Renata._

Le hablo el duque Rose con una sonrisa fingida, el conde no le quedó de otra que marcharse sin ella, pero sabía que llegaría a casa.

_Gracias duque, pero debe ir a saludar a su hija._

El duque frunció el ceño, viendo como el príncipe tocaba su rostro secando una lágrima.

_No llores, no permitiré que te hagan daño._

_No lloro por eso, mi padre._

Nyssa no sabía cómo decirlo.

_¿Me permite un momento hablar con mi hija, príncipe?_

Interrumpió el duque, Nyssa agachó su cabeza ante su padre, su corazón latía fuerte, solo imaginaba regaños y reclamos.

_No sabía que usarías esa arma para obtener al príncipe._

Bromeó el duque con una sonrisa.

_Padre._

Nyssa se sonrojó ante su padre por sus palabras.

_Te extrañé mucho, hija, no sabes las veces que quise buscarte y pedirte que regresaras, pero mi orgullo pudo más, perdóname._

El duque abrazó a su pequeña hija, quien solo lloraba por el calor que le daba el abrazo de su padre.

_Lo extrañé mucho padre, ¿cómo supo que estaba aquí?_

_Esa niña traviesa que está junto a tu prometido._

Nyssa volteo a ver y Renata estaba sonriendo con Sadie, no podían con tanta felicidad.

_Viajo hasta allá y preparo todo esto, eres perseverante como tu madre, mi niña._

Nyssa abrazo a su padre feliz, Sadie y Renata veían la escena del duque y su hija.

_Gracias, sigues siendo la misma niña dramática, solo que ahora eres más madura._

Renata solo sonrió al príncipe, ya su plan había funcionado, solo debían saber que los problemas y peligros se avecinaban.

_Gracias, ahora deben ser más fuerte y meticulosos, tienes nuevos enemigos y Nyssa aún más._

Sadie asintió viendo a su amor, sin duda las palabras de su amiga eran muy ciertas.