Amantes A Través Del Tiempo

Capítulo 23

Los años siguieron pasando, y la familia Gutiérrez se vio enfrentada a nuevos desafíos a medida que Lucas iba creciendo y transitando por diferentes etapas de su vida.

Cuando llegó el momento de la transición a la secundaria, Sofía y Alejandro se aseguraron de que la experiencia de Lucas fuera lo más suave y enriquecedora posible. Trabajaron en conjunto con los maestros y el personal del nuevo colegio para garantizar que su hijo contara con las adaptaciones y el apoyo que necesitaba.

Para Lucas, ingresar a la secundaria significó un gran paso hacia la independencia y la adquisición de nuevas habilidades. Aunque al principio se enfrentó a algunos obstáculos, con el apoyo de sus padres y la dedicación de sus maestros, logró adaptarse rápidamente a los cambios.

En el aula, Lucas continuaba destacando por su inteligencia, su creatividad y su increíble determinación. Participaba activamente en diversos proyectos y actividades, demostrando una vez más que las discapacidades no eran un límite para sus sueños y aspiraciones.

Fuera del colegio, el joven también se mantuvo involucrado en sus actividades favoritas, como el equipo de baloncesto y los talleres de arte. Sofía y Alejandro se aseguraban de brindarle todas las oportunidades posibles para que pudiera explorar sus intereses y desarrollar sus talentos.

Una tarde, mientras la familia disfrutaba de una cálida cena, Lucas se acercó a sus padres con una expresión emocionada.

—Mami, papi —dijo, con una sonrisa radiante—. Tengo algo que contarles.

Sofía y Alejandro intercambiaron una mirada, intrigados por la emoción en el rostro de su hijo.

—¿Qué sucede, mi amor? —preguntó Sofía, con suavidad.

Lucas tomó una profunda respiración, antes de continuar.

—Bueno, el maestro de arte me ha ofrecido una beca para estudiar pintura en una prestigiosa escuela de arte —reveló, con entusiasmo—. ¡Dice que tengo mucho talento y que debo aprovechar esta oportunidad!

Sofía y Alejandro se miraron, sorprendidos y emocionados.

—¡Lucas, eso es maravilloso! —exclamó Alejandro, con orgullo—. ¡Estamos tan orgullosos de ti!

Sofía se acercó a su hijo y lo abrazó con ternura, sintiendo que las lágrimas de alegría acudían a sus ojos.

—Mi amor, eso es increíble —dijo, con la voz temblorosa—. Sabíamos que tus habilidades artísticas eran excepcionales.

Lucas correspondió al abrazo, riendo con emoción.

—¿Puedo aceptar, mami y papi? —preguntó, con esperanza—. ¡Sería mi sueño poder estudiar en esa escuela!

Sofía y Alejandro intercambiaron una mirada, sintiendo que sus corazones rebosaban de alegría y orgullo.

—Por supuesto, mi amor —respondió Alejandro, con una sonrisa radiante—. Es una oportunidad maravillosa que debes aprovechar.

Lucas los miró, con sus ojos brillando de emoción.

—¡Gracias, gracias! —exclamó, abrazándolos con fuerza—. ¡Prometo que daré lo mejor de mí!

Sofía acarició su cabello con ternura, sintiendo que la alegría inundaba cada fibra de su ser.

—Lo sabemos, mi cielo —dijo, con una sonrisa serena—. Estamos seguros de que serás un gran artista.

En los meses siguientes, la familia se sumergió en los preparativos para la nueva aventura de Lucas. Sofía y Alejandro lo apoyaron en cada paso, asegurándose de que contara con todo lo necesario para triunfar en su nueva etapa.

El día de la partida, cuando Lucas se despidió de ellos en la estación de autobuses, Sofía y Alejandro no pudieron evitar que las lágrimas rodaran por sus mejillas. Ver a su hijo crecer y emprender su propio camino les llenaba el corazón de orgullo y nostalgia.

—Cuídate mucho, mi amor —dijo Sofía, abrazándolo con fuerza—. Sabes que siempre estaremos aquí para ti.

Lucas la estrechó con ternura, regalándole una sonrisa tranquilizadora.

—Lo sé, mami —respondió, con suavidad—. Y yo también estaré aquí para ustedes. Los amo.

Alejandro se acercó a ellos y los envolvió en un cálido abrazo, sintiendo que su corazón se llenaba de emociones encontradas.

—Estamos muy orgullosos de ti, campeón —murmuró, con la voz entrecortada—. Disfruta de esta oportunidad y sigue brillando.

Lucas asintió, secando las lágrimas de sus padres con delicadeza.

—Lo haré, papi —afirmó, con determinación—. Y los mantendré informados de todo.

Cuando el autobús partió, llevándose a Lucas hacia su nuevo destino, Sofía y Alejandro se miraron, sintiendo una mezcla de alegría y nostalgia.

—Nuestro hijo lo está logrando, mi amor —dijo Sofía, apretando la mano de Alejandro con cariño.

Alejandro asintió, regalándole una sonrisa serena.

—Sí, Sofi —respondió, con orgullo—. Estoy seguro de que nos llenará de más alegrías y logros.

Mientras observaban el autobús alejarse, Sofía y Alejandro se sintieron profundamente agradecidos por el camino que habían recorrido como familia. A pesar de los desafíos y obstáculos, su amor y dedicación habían forjado un niño fuerte, resiliente y lleno de talento.

Y ahora, al ver a Lucas emprender su propio vuelo, Sofía y Alejandro sabían que su mayor logro había sido brindarle a su hijo todas las herramientas y el apoyo necesarios para que pudiera alcanzar sus sueños y convertirse en la persona que anhelaba ser.