Lágrimas De Cristal

Cédric: *ya hace más de un mes que comenzaron el entrenamiento. Son siete en total los que deberán pasar la prueba. Mi hijo Víctor y su esposa han estado al pendiente al igual que todos, pero a pesar de sus protestas e incredulidad Victoria demostró ser la mejor del grupo. No hay nadie que se le iguale ni en fuerza, ni juicio. A todos les ha quedado claro que está en la cúspide de esta generación. Así que ella es la más apta para liderarlos. Hoy en la noche es la ceremonia pero primero conocerán la historia de nuestra familia.*

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Victoria: *este mes ha sido muy divertido, no es por presumir pero he trapeado el piso con mis primos. Aunque he notado que los adultos parecen preocupados por algo. Nos han monitoreado todo este tiempo. Hoy somos escoltados a una gran sala llena de libros, en medio está el abuelo.*

Cédric: bienvenidos, hoy les contaremos la historia de nuestra familia.

Ederic: ¿en qué se diferencia de lo qué sabemos hasta ahora?

Cédric: en mucho, hoy conocerán la verdadera historia. Para todos la unión de los nuestros y la familia imperial fue la recompensa por darle fin a la guerra y los hijos de esa unión mostraron un inmenso poder, el cuál protegería a todos. Yesa historia es cierta, pero no es todo lo que sucedió.

Victoria: *todos nos sentamos alrededor del abuelo, que tiene un enorme libro en las piernas.* ¿Qué es ese libro?

Cédric: es nuestra historia, este libro recoge todo lo que ha sucedido desde la fundación de la casa Evermont.

Victoria: *se abre ese gran libro y sin duda no es común. No solo cuenta una historia, la muestra. De sus páginas salen imágenes contando el principio de todo. Ninguno de nosotros puede apartar la vista ante tal espectáculo.*

Cédric: cuenta la historia qué había un jóven humilde que aspiraba a la grandeza, una vida mejor para los suyos y demostrar el talento que poseía y lo único con lo que contaba era su apellido. Del cuál se había perdido su origen, ese era Devon Evermont. Pero justo cuando perdía las esperanzas y las oportunidades escaseaban, estalló la guerra. Los demonios abrieron una entrada al mundo humano y atacaron indiscriminadamente. Muchos morían sin remedio en sus garras y pocos magos tenían el poder suficiente para hacerles frente. Por lo que ya no importaba el origen cualquiera con habilidad era reconocido y esa fue su oportunidad de destacar. Pronto la atención del reino se centró en él y eso le permitió conocer la verdadera historia detrás de tanta destrucción. La entrada al mundo demoníaco no fue abierta por los demonios, sino por los humanos. El emperador de esa época Cristopher Rhoswen, era un tirano. Pero el imperio era próspero porque a pesar de su carácter poseía el arte para gobernar y todos pasaban por alto sus excentricidades. Su harén era el más famoso en muchos reinos, poseía cuanta belleza captaban los ojos del emperador. Mujeres de muchos lugares exóticos, niñas cuya belleza deslumbraba a pesar de su corta edad y hasta hombres. Todo por su capricho, por coleccionar la belleza humana. No importaba cuantas vidas y reputaciones arruinara. Nadie estaba a salvo si captaba el interés del emperador y aquellos que se negaban a doblegarse eran su pasatiempo. Disfrutaba romper su espíritu, no importa que método usara y cuando alguno perdía su belleza era mejor morir en silencio que ser descubierto por el emperador. Porque su muerte sería tortuosa, cruel y lo único que quedaría de esa persona sería un gran cuadro en la pared grabando su belleza en su máximo esplendor. Así que los suicidios eran tan comunes y cotidianos que no era sorpresa para nadie y la peligrosidad que se vivía en el harén era como estar en el campo de batalla. Eran criaturas hermosas y así como bellas, peligrosas, insensibles y crueles, utilizando a su favor la furia del emperador. Hasta que un día oyó hablar a cierto ministro del mundo de los demonios y eso despertó su insana curiosidad. Si había alguna belleza que no fuera humana, más allá del límite de su mundo. Alguien que fuera digno de agregar a su colección debía ser suya. Muchos magos murieron tratando de abrir una puerta, pero finalmente lo consiguieron y para su suerte o desgracia encontraron a una criatura que parecía escapar de algo o de alguien. La tomaron y la entrada volvió a cerrarse, fue una incursión sigilosa que no fue notada. El único fallo fue que tomaron a alguien muy importante, a alguien que buscarían por cielo y tierra hasta encontrarla. Cuándo la llevaron ante el emperador este quedo extasiado por su belleza, su piel tan blanca cuál nieve. Escuchar su voz era como oír el canto de una sirena, su carácter era apacible, amable y hasta dulce. Eso hizo pensar a muchos, dudaban si en verdad era un demonio y su poder desprendía una niebla fina que la rodeaba. Ganándose el nombre de la dama de la niebla.

El favoritismo del emperador provocó una guerra total en el harén. Incluso la emperatriz que nunca se habían involucrado, lo hizo y es que ciertamente esa mujer a pesar de su apariencia angelical, era un demonio y los que sintieron la amenaza ante su presencia intentaron eliminarla. Y aquellos que la buscaban le llegaron las noticias de la mujer que se había ganado el favor del emperador y la pidieron de regreso. Pero Cristopher Rhoswen se negó a entregarla y sumió a todo el reino en la guerra. Pero irónicamente esto le dió la oportunidad a Devon de ser reconocido a pesar de su origen desconocido. Su poder era algo nunca antes visto, no había precedentes de alguien que dominará todos los elementos. Por lo que fue natural que liderara a todos ganándose un puesto como general, al ser el y los que estaban bajo su mando los únicos que hacían retroceder a los demonios. Pero la situación no era alentadora, repelían los ataques. Pero si estos continuaban, sí se convertía en una guerra de desgaste definitivamente perderían. La nobleza solo era fachada no aportaban una solución real y él era el eje, la columna vertebral de todo el ejército. No importaba cuan poderoso fuera, eventualmente llegaría a su límite. Debía encontrar una solución. Nadie sabe cómo lo hizo, ni qué dió a cambio, pero un día desapareció y reapareció varios días después. Dijo tener la solución, hizo un despliegue de poder nunca antes visto. Aquellos que lo presenciaron lo describieron como algo imposible, inexplicable, pero real. Podían verlo, sentirlo. El gran velo que se desdobló de la figura de aquel hombre formando una barrera que dividía ambos mundos. Dándole fin a la guerra, muchos rumoreaban que había hecho un trato con una entidad divina. Pero nadie tenía la certeza de como había sucedido y él tampoco lo dijo. Luego de que la guerra terminará era hora de repartir los honores. A la nobleza no le gustó darle un título a alguien desconocido pero no tenían opción. Su seguridad, la del reino y hasta la del mundo dependían de un solo hombre y lo mejor era no provocarlo. Así Devon Evermont fue nombrado duque y el ducado Evermont creció con rapidez convirtiéndose en la familia más rica del reino, sobrepasando incluso a los reyes. Mientras Devon prosperaba la corte era un caos. Amethyst la dama de la niebla había llevado a la locura al emperador. La inseguridad y los celos lo carcomían, quería tener a Devon bajo su absoluto control. Quería convertirlo en su perro guardián, pero el carácter del chico lo haría imposible. Sabía demasiado y lo peor era que no podía hacer nada contra él. Con el simple movimiento de sus manos podía desatar el caos y matarlo silenciosamente tampoco era una solución. Ya que él era la barrera en sí, así que decidió casarlo con una de sus tantas hijas. La menos agraciada, la ignorada y menos favorecida. Ante las presiones de la corte, Devon aceptó convertirla en su esposa y no saben cuánto agradeció haberlo hecho. La boda fue un gran acontecimiento a pesar de lo rumores por la apariencia de su ahora esposa. Ya que el emperador tenía la clara intención de humillarlo. Cuándo ambos estuvieron lejos de la vista de todos la chica le mostró su verdadero rostro y le propuso una alianza.