La Novia Sustituta

Cuando Petra desabrocha los pantalones de Bryan, respira hondo mientras baja la cremallera y sujeta el dobladillo de los pantalones para bajarlos.

— Vamos cariño, ¿tienes miedo? — dice Bryan. — No muerdo.

— Muy gracioso. — dice Petra, bajándose los pantalones de una vez.

Petra intenta no mirar, pero era imposible, Bryan estaba en ropa interior blanca y su gran volumen se notaba muy bien. Ella abre mucho los ojos y se aleja.

— ¿Qué pasó? — pregunta Bryan. — no te asustes, se hace aún más grande.

— Para de chistes. — dice Petra tirándose en la cama y dándose la espalda.

— Todavía me falta mi camisa. — él dice.

Petra resopla irritada y se sienta en la cama, donde toma el dobladillo de su camisa y la levanta, dejando al descubierto todo su cuerpo. Ella mira fijamente los abdominales definidos de Bryan y luego mira todo su cuerpo, y por mucho que trate de no hacerlo, su mirada siempre va en dirección a su polla.

— ¿Te gusta lo que ves? — pregunta Bryan. — Puedes tomarlo si quieres.

— Convencido. — dice Petra tomando la sábana y cubriendo a Bryan, luego se acuesta a su lado luego de apagar la lámpara y jala la sábana para taparla a ella también.

Estaban en completo silencio, Petra mirando al techo, evitando mirar a Bryan. Petra siente una mano sobre la suya y recupera el aliento, siente mariposas en el estómago y termina girando la cara hacia un lado para mirar a Bryan, y se sorprende al darse cuenta de que él ya la estaba mirando.

La habitación estaba lo suficientemente iluminada para que ella pudiera ver perfectamente cada rasgo de su rostro, así como él para analizar los delicados rasgos de Petra, todo mientras se tomaban de la mano debajo de las sábanas.

— Ven aquí. — dice Bryan, tirando de la mano de Petra.

— ¿Para qué? — ella pregunta.

— Quiero que te acuestes en mi pecho, quiero dormir abrazado a ti. — él dice.

— Todo bien. — Petra sonrió mientras se acurrucaba en su pecho, Bryan le acariciaba el cabello y ella cerraba los ojos.

— Buenas noches, Bryan. — dice Petra.

— Buenas noches, Petra. — dice Bryan besando su cabello, antes de entregarse al sueño.

. . .

A la mañana siguiente, cuando Petra despertó, intentó moverse, sin embargo, quedó atrapada por unos fuertes brazos que sujetaban su cintura.

Levantando la mirada, se quedó mirando el rostro sereno de Bryan, dormía plácidamente. Petra lleva su mano a la mejilla de Bryan y acaricia su mejilla mientras admira sus rasgos.

Cuando Petra hizo el movimiento de retirar su mano del rostro de Bryan, su mano agarró su muñeca y la acercó a su rostro para que pudiera continuar con la caricia.

— Continuará. — dice con los ojos aún cerrados.

— ¿Estuviste despierto todo este tiempo? —pregunta Petra.

— Sí. — murmura.

Así que Petra volvió a acariciarle la cara, él le acarició el vientre y la acercó aún más, haciendo que ella pusiera su pierna sobre su cadera.

— Necesito ir a mi habitación y arreglarme, tengo clase. — dice Petra.

— Solo un poco más. — dice con voz ronca. — es tan bueno.

Petra acerca su rostro al de él y le roba un beso, Bryan rápidamente abre los ojos y encara a Petra quien sonríe avergonzada.

— Quiero un beso apropiado. —dice antes de atacar la boca de Petra en un beso caliente. Petra se sube al regazo de Bryan mientras todavía se están besando, las manos de Bryan recorren el trasero de Petra y suben por su espalda, luego hasta su cabello donde las sujeta con fuerza.

Petra gime entre los labios de Bryan, mientras se alejan por falta de aire, se enfrentan con intensidad.

— Estás emocionado. — dice Petra sintiendo el miembro duro debajo de ella, sus mejillas se enrojecen cuando intenta quitarse de encima, pero se lo impide.

— Vos me dejas loco. Bryan dijo en voz baja.

— Hijo ... — Los dos miraron hacia la puerta donde Rebekah estaba parada, mirándolos a los dos, con la boca abierta.

Petra rápidamente se alejó de Bryan y sonrió tímidamente.

— Me voy a preparar para mi clase. — dice Petra, levantándose de la cama y saliendo corriendo de la habitación.

Rebekah miró a su hijo que yacía allí mientras él se subía la sábana para cubrir su cuerpo y su erección.

— Madre, nos has molestado. —dice Bryan enojado. — No puedes entrar a mi habitación así.

— Lo siento, no sabía que estabas… Ni siquiera sabía que ella estaba aquí. — dice Rebekah. — ¿están juntos?

— Mamá, no empieces. — dice Bryan.

— Dile a tu madre, ¿te cae bien? — pregunta.

— Sí. — dice bryan. — y realmente quería hacerte una petición, trata de no molestarla, podrías arruinar lo que estamos construyendo.

La mujer se queda en silencio y acepta.

— ¿Quieres ayuda para subirte a la silla? — ella pregunta.

— Mamá, yo estoy... — dice, pero ella lo interrumpe.

— Bryan, yo te cambiaba el pañal cuando eras niño, no tienes que avergonzarte de mami. — ella dice.

— Ya no soy un niño, madre. — dice Bryan.

— Pero sigue siendo mi hijo. — dice ella acercándose. — vamos, todavía tengo que ir al centro comercial a comprar un vestido para ir a la boda de tu prima Alice.

— ¿Cuándo será la boda? — pregunta Bryan.

— En dos semanas. — Dice Rebekah mientras tira de las sábanas que cubrían a su hijo y lo ayuda a sentarse en la cama.

— No me mires. — dice Bryan avergonzado.

— Mamá no está mirando. — dice Rebekah. — ¡Oh! Deberías ir con Petra a la boda.

— Yo la invito, si ella quiere ir, vamos. — dice Bryan, se sujeta de la barra de apoyo y su madre al otro lado le dio apoyo, así que está sentado en su silla.

— Está bien, elegiré su atuendo. — dice Rebekah.

— Madre, Petra elegirá su propio atuendo ella misma. — dice Bryan.

— Está bien, entonces no te quejes cuando te avergüences de su ropa. — dice empujando la silla de su hijo hacia el baño.

— No empieces, mamá. — dice regañándola.

Rebekah sigue empujando a su hijo, mientras atraviesa la puerta, termina golpeando la pierna de Bryan, quien gime de dolor.

— ¿Tú sentiste? — pregunta Rebekah emocionada, parándose frente a su hijo y pasando su mano por su pierna.

— Mis movimientos están volviendo poco a poco, Malcon es un gran fisioterapeuta. — dice Bryan.

— ¿Por qué no dijiste antes que ya estabas empezando a sentir tus piernas? — dice emocionada. — Caminarás de nuevo, hijo.

— Mamá, no le he dicho a nadie porque podría no recuperar todos mis movimientos. — dice Bryan.

— Pero lo harás, sé que lo harás. — ella dice besando su mejilla y mirándolo con cariño. — Vamos, mami te ayudará.