Brenda Sanches es una mujer de 29 años que después de descubrir a su enamorado con quien pensaba ser madre decidí irse y hacerse madre mediante inseminación artificial lo que no sabe que el donante no es humano por error a ella le llegó su donación y el reclamara a sus hijos que pasara entre ellos ? estarán juntos por amor oh llegarán a un acuerdo por sus hijos ven a leer esta historia facinante
NovelToon tiene autorización de Aye Simbron para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
capitulo 13
Secretos y revelaciones
Estábamos con mi amiga en el lugar de siempre, comiendo, cuando me mira con una expresión seria.
Alexa: —Sé que Santiago te ama y te cuida, pero no me gusta que lo haga tanto. Solo estás esperando un bebé, y el tacto no la va a lastimar. Yo jamás sería capaz de hacerte daño.
Yo: —Lo sé, amiga. Ya le dije que sos mi amiga, que no hay nada de qué preocuparse… Pero está así por unos problemas que no me quiere contar. Dice que es por mi bien. Igual me da ansiedad. Aunque… hoy me enteré de algo —digo, observándola. Noto que se tensa.
Alexa: —¿Oh, sí? —intenta sonar casual, pero algo en su voz cambia—. ¿Qué te enteraste, amiga?
Le sonrío, tratando de no sonar acusadora.
Yo: —No es mucha información, pero Norma, la cocinera, me dijo que el que está causando problemas es un tal Ariel.
La cara de Alexa cambia por completo. Por un momento, parece incómoda. Le pregunto directamente:
Yo: —¿Sabés quién es Ariel?
Ella guarda silencio unos segundos. Luego responde con calma, aunque sé que está fingiendo.
Alexa: —Mi familia me ha contado sobre Ariel Mon… Es un hombre lobo de la manada Luna Creciente. Es cruel, capaz de todo por poder. Incluso… hizo un pacto con un mago oscuro. Nadie bueno se mete con ellos. Se dice que quien lo hace, condena su alma a la eternidad del tormento.
La veo perdida en sus recuerdos, así que le tomo la mano. Ella pega un pequeño salto y me mira, sonriendo con nerviosismo.
Brenda (yo): —¿Estás bien, amiga?
Alexa: —Oh, perdón. Me distraje. Pensaba en que dentro de poco vas a tener a tu bebé… y me lo imaginé vestido de abejita —dice con una sonrisa, tratando de disimular.
Pero yo no me dejo engañar.
Brenda: —Amiga, estás rara hoy. Si sabés algo sobre ese tal Ariel, decímelo. Yo no se lo diré a nadie. Confía en mí.
Duda un momento. La veo debatirse internamente. Entonces le aprieto la mano, animándola.
Brenda: —Vamos, somos amigas. Confía en mí.
Suspira, rinde su resistencia y finalmente dice:
Alexa: —Bueno… Te contaré sobre Ariel, pero prometeme que no te vas a alejar de mí cuando lo haga.
Brenda: —Te lo prometo. No tengo por qué alejarme por lo que digas sobre ese sujeto.
Alexa: —Ariel Mon es un hombre lobo muy poderoso. Como te dije, hizo tratos con un mago oscuro, y eso lo volvió aún más cruel. Nadie en su sano juicio hace pactos con esos magos. Solo usan a las personas y, si se niegan, los matan sin piedad. Ariel lo hizo… y su poder es aterrador. Mi familia… tuvo que huir. Recibimos ataques. Para protegernos, decidimos dividirnos por el mundo, por si nos encontraban. Así no podrían destruirnos a todos.
Brenda: —¿Pero por qué tu familia? ¿Qué tienen que ver con él? Si buscan poder, y ustedes son humanos, no debería interesarles… ¿o sí?
Alexa baja la mirada. Sabe que esta es la parte difícil.
Alexa: —Te pedí que no te alejaras… porque sabía que llegaríamos a esto. Mi familia y yo no somos humanos. Somos brujos blancos. Nuestra tarea es curar a criaturas mágicas, ya sea por heridas o maldiciones. Por eso te toqué el vientre… quería saber…
Brenda: —¡¿Querías maldecir a mi bebé?! —le grito, alterada. El lugar queda en silencio por un segundo.
Alexa: —¡No, no! Tranquila —dice bajando la voz, nerviosa—. No levantes la voz, por favor. No quería hacerle daño. Yo… solo quería asegurarme de que estuviera bien. No somos como los magos oscuros. Usamos la magia para sanar, no para lastimar. Tu bebé está bien. Pude sentirlo. Y… sé que es una niña. Pero también sé… que no es humana. Igual que Santiago.
Mis ojos se abren con sorpresa. Siento una mezcla de miedo, alivio y asombro. Me relajo un poco.
Brenda: —Perdón, amiga. Si quisieras hacernos daño ya lo habrías hecho. Así que… sos una maga buena. Y Santiago… no es humano. Empiezo a entender… Aún me falta mucho por aprender, pero gracias por contarme.
Alexa: —Sos una persona increíble, Brenda. No quería perderte por lo que soy. Me alegra que lo entiendas.
Brenda: —Nada va a cambiar entre nosotras. Siempre estuviste para mí, incluso cuando estaba destrozada por mi ex… Esperá… ¿usaste magia en ese momento?
Alexa: —Perdón, amiga —dice sonriendo—. Estabas tan mal por ese infeliz… y decidí usar un hechizo suave para que puedas dormir y calmarte un poco.
Brenda: —¡Con razón dormí tan bien esa noche! Qué suerte tengo de tenerte a vos y a Santiago. Ningún hombre me va a dañar de nuevo.
Alexa: —Mientras estemos contigo, nadie lo hará —dice con firmeza y cariño.
Luego de terminar nuestra charla, volvemos al trabajo. Estoy ordenando unos papeles, aún procesando todo lo que acabo de descubrir.
Brenda (narración):
Es increíble cómo todo cambió tan rápido. Me pregunto qué otras cosas descubriré pronto… Pero lo más importante es que a mi bebé no le hagan daño.
Acaricio mi vientre con una sonrisa.
Todo estará bien, lo presiento.