Mi Dulce Condena

Travis desayuna y deja todo para limpiar se cambia y sale rumbo a la empresa.

Look: al fin regresas?

Travis : si papá

Look: vas a empezar a trabajar como ayudante de mi asistente

Travis :que ?

Look: así lo decidió tu abuelo

Travis : el abuelo. bien

Look llama a su asistente y le dice que Travis será su ayudante

xx: si señor

El horario de la universidad pasó, Any llego a su casa, vio en la cocina todo para limpiar, va a la habitación y toda la ropa de Travis tirada, el baño era un desastre.

Any: hay no

La chica limpia y ordena todo, llega su primer estudiante y, ya estaba cansada.

Sus clases de piano Siguieron, terminando con el último niño, llega Travis.

Travis la mira: llegue

Astrid (Any): la cena estará pronta en un ratito

Leo tu error está acá

leo: gracias señorita nos vemos la próxima clase

Astrid (Any): chao leo y practica tus lecciones

Después va a la cocina y prepara la cena para los dos.

Travis : otra vez cenaremos en la cocina ?

Astrid (Any): voy a preparar el comedor

Ella estaba cansada, pero igual preparo el comedor como era debido, sirvió la cena y cenaron.

Una vez terminado de cenar Travis se levanta y va a la biblioteca.

Any limpia todo y va a darse un baño para acostarse.

Travis sube y ve todo organizado y limpio. (como hará todo sola ,sin quejarse)

Su rutina era la misma solo que con Travis en la casa tenía más para limpiar, él no la ayudaba en nada.

Un día Travis decidió ir a esperarla a la universidad, la ve salir en bicicleta y le causó gracia, se da cuenta que un vehículo la sigue.

Travis (quien la sigue)

Travis se queda en el auto y ve llegar un grupo de niños. Decidió entrar para ver que hacían, Astrid (Any) le daba clases a los niños

Ese día Travis había traído unos documentos que tenía que traducir, pero el traductor no había ido.

Any lo mira con curiosidad: precisas ayuda?

Travis : están en mandarín, acaso lo hablas?

Astrid (Any): dame los documentos y unas hojas te voy a ayudar.

Any tradujo todos los documentos sin dejar ningún detalle.

Travis : oye no sabía que hablas mandarín

Astrid (Any): habló mandarín, español, alemán, francés, el italiano muy poco.

Voy hacer la cena.

Travis queda asombrado su esposa es una cajita de sorpresa.

Travis : Astrid mañana hay una fiesta y tenemos que ir

Astrid (Any): claro, pero no tengo vestido de fiesta

Travis : te llevo mañana y compras uno

Al otro día van los dos al centro comercial, entran en una tienda los atiende una señora muy amable.

Travis : estamos buscando un vestido para mi esposa

vendedora: sigame

Astrid (Any) : señora tiene que ser un vestido discreto y manga larga por favor

Vendedora: con su figura

Astrid (Any); por favor, tengo un problema

La vendedora le sonríe y le muestra un lindo modelo rojo que se amolda a su figura es manga larga

Any se veía hermosa con ese vestido

Astrid (Any): usted cree?

Vendedora : si es perfecto

Astrid (Any) : gracias

Cuando Any se saca el vestido la señora vio el hombro y parte del brazo de la chica, ahí entendió porque el vestido manga larga.

En la casa Any se baña y se pone el vestido se hace un peinado recogido y un maquillaje muy tenue cuando Travis la ve queda boca abierta.

Travis : vamos (está hermosa)

Llegan a la fiesta y todos los miran eran una pareja muy linda.

Los murmullos no cesan y más cuando Gloria aparece, como siempre su vestido no deja nada a la imaginación.

Gloria (esa jamás se compara conmigo)

Travis lleva Any del brazo y se aproxima para decirle algo al oído. : me ayudas hablar con el empresario de China

Astrid (Any): si

Así la pareja se acerca al empresario y su esposa. Any traduce toda la conversación de los hombres.

Emet los mira de lejos y sonríe.

Umberto sabe muy bien las cualidades de su hija y esa noche se ve hermosa.

Un mesero se aproxima con las copas de vino.

Travis le ofrece a Any una copa

Astrid (Any): no tomo alcohol, un juego podrá ser?

Travis: tráigale un juego a mi esposa

El empresario chino y su esposa quedaron encantados con Any, y lo felicitan a Travis por su esposa.

desde lejos son observados por Tomás y Dilan los hombres no dejan de ver a la chica.