EL AMOR DESCUIDADO

Gibran desayunó abundantemente en compañía de Arumi. Gibran prometió terminar su relación con Joana esa misma noche.

"Rumi, ¿qué tal si me acompañas a ver a Joana esta noche?"

"Ve tú solo, confío en ti."

"Para que sea más fácil y no haya más sospechas entre nosotros."

"Si yo estoy entre tú y Joana, seguro que será incómodo para ustedes hablar."

"Para convencer más a Joana."

"Mas, yo soy mujer igual que Joana. Entiendo sus sentimientos, seguro que estará decepcionada y triste cuando termines la relación."

"Mas y Joana han estado juntos por más de ocho años. No será fácil para ella aceptar la decisión que vas a tomar."

"Mas tiene miedo de que Joana no acepte la ruptura, si estás tú, podrá ser más fuerte."

"¿Estás seguro de que podrás hablar cómodamente si estoy yo?"

"Por supuesto."

"Está bien, Mas. También quiero conocer a Joana."

"Me voy ya."

Arumi besó la mano de Gibran y lo acompañó hasta el coche. Antes de entrar al coche, Gibran besó la frente, las mejillas y, por último, los labios de Arumi.

Gibran condujo lentamente su coche hacia la empresa. Arumi entró en la casa después de que el coche desapareciera de su vista.

Al llegar a la empresa, Gibran llamó directamente a Joana. Hacía casi una semana que no veía a la mujer.

Gibran se sentó y marcó el número de teléfono de Joana. La mujer contestó de inmediato. Se escuchó el tono de llamada. Al poco tiempo, la voz de Joana respondió.

"¿Qué pasa, Gibran? ¿Dónde has estado toda la semana? ¡No he sabido nada de ti! No contestas el teléfono, no respondes los mensajes."

"Estoy ocupado, Joana. Quiero hablar contigo esta noche. ¿Tienes tiempo?"

"¿Desde cuándo un Gibran pregunta antes de querer reunirse?"

"Pero no puedo recogerte. Puedes ir sola al restaurante X."

"Claro que puedo. ¡Qué raro que no puedas recogerme! Normalmente no me dejas ir sola."

"Todavía no he terminado la reunión, por eso te pido que vengas sola. O te envío un chofer para que te recoja."

"No te preocupes, puedo venir sola. No soy Arumi, tu esposa consentida."

"Está bien, nos vemos en el restaurante X esta noche."

Gibran colgó el teléfono y continuó con su trabajo. En realidad, Gibran no estaba concentrado en lo que estaba haciendo. Gibran pensaba en lo que pasaría más tarde cuando Arumi y Joana se conocieran.

A las cinco de la tarde, Gibran salió de la oficina y vio a Arumi arreglándose. Su esposa siempre hacía eso para recibirlo.

Gibran abrazó a Arumi por la espalda y besó la mejilla de su esposa. Arumi respondió con una sonrisa.

"Siempre te ves hermosa."

"¿No te gustan las mujeres que se maquillan?"

"¿A qué te refieres?"

"Escuché cuando llamaste a Joana. Dijiste que nunca me amaste desde que nos casamos porque soy consentida, solo sé maquillarme."

"Perdóname, Mas. Tal vez sea tarde para reconocerlo todo, Mas empezó a sentir la pérdida cuando desapareciste la semana pasada. Recién ahí Mas se dio cuenta de los sentimientos en su interior."

"¿Debo creer tus palabras? Te doy una oportunidad, pero eso no significa que confíe plenamente."

"Mas entiende, no es fácil para ti poder confiar en alguien que te ha engañado y traicionado. Mas demostrará que no te equivocas al dar una segunda oportunidad."

"No solo te doy una segunda oportunidad, sino la última. Si se demuestra que Mas miente, nunca te perdonaré. Mi venganza será más dolorosa de lo que Mas hizo", murmuró Arumi, pero Gibran pudo oírlo.

Lo sé, Arumi, en este momento no solo me das una segunda oportunidad, sino que me pones a prueba. Solo quieres comprobar la verdad de mis palabras. ¿Realmente he cambiado, o solo son promesas?

Continuará