Hilos Del Pasado: Entre Recuerdos Y Sacrificios

William se sumergió en sus pensamientos mientras observaba la pluma reposar sobre el papel. La preocupación lo invadía mientras reflexionaba sobre el incidente reciente.

Necesitaba respuestas y, para obtenerlas, requeriría la ayuda de los recursos disponibles. Dirigiéndose a Letio con determinación, William ordenó que se investigara el incidente. Letio hizo una reverencia y asintió. — Investigaré de inmediato, mi señor. Trabajaré con los espías oscuros para obtener información relevante. —.

Estos espías, designados directamente por el Emperador, eran una fuerza clandestina, expertos en el arte del sigilo y la observación. Su lealtad era inquebrantable, y su presencia era imperceptible para aquellos que no conocían su verdadera naturaleza. William entendía que necesitaba todo el apoyo disponible para proteger el mapa, y estos espías serían una herramienta invaluable en su búsqueda de respuestas.

Su obligación principal era salvaguardar el mapa, pero sabía que también era crucial mantener la seguridad del palacio. Los espías oscuros cumplían esta función al vigilar cada rincón y cada sombra, garantizando que ninguna amenaza pasara desapercibida.

Letio se disponía a retirarse, pero justo cuando estaba en la puerta, dio media vuelta y regresó hacia William. Antes de que pudiera decir nada, Cassian irrumpió en la habitación con su característica alegría.

— ¡William, Letio! ¿Cómo están hoy? —

William le devolvió el saludo con un gesto de la cabeza, mientras que Letio permanecía en silencio, observando la interacción entre William y Cassian.

— ¿Dónde está Zaida? —. preguntó Cassian, notando la ausencia de su amiga.

William respondió que no se sentía bien. Cassian insistió en verla, pero William se negó. La preocupación en Cassian aumentó, y comenzó a dudar de la explicación de William. Sin embargo, recordó que la noche anterior, William y Zaida habían ido juntos a la feria. Al recordar esto, una sombra de molestia cruzó el rostro de Cassian.

Cassian pareció dudar por un momento, pero al final hablo. — ¿No estaban juntos en la feria la anoche pasada? Es probable que comiera algo en mal estado —.

La pregunta de Cassian hizo que William detuviera su escritura abruptamente, sorprendido. ¿Cómo sabía Cassian sobre su visita a la feria con Zaida?

William miró a Letio buscando una explicación, Letio se hizo pequeño por qué se le había pasado informar ese detalle.

Cassian, preocupado por la ausencia de Zaida, decidió verificar por sí mismo si estaba bien. Salió del estudio de William y se dirigió hacia la habitación de Zaida, pero al llegar, se dio cuenta de que ella no estaba allí. Una corazonada lo llevó a pensar en la habitación de William. Aunque dudaba un poco, decidió dirigirse hacia allí.

Mientras tanto, desde su estudio, William observó cómo Cassian se encaminaba hacia su habitación. Intrigado, se levantó de su silla y lo siguió con paso tranquilo.

Justo cuando Cassian estaba a punto de entrar a la habitación de William, las hermanas de Zaida salieron de la habitación, confirmándole que Zaida se encontraba adentro. Hicieron una reverencia ante Cassian antes de retirarse.

Cassian, con el ceño fruncido por la preocupación, les preguntó por su hermana. Las hermanas intercambiaron miradas antes de señalar hacia la habitación del Príncipe. Cassian apretó el puño con determinación antes de entrar.

En el interior de la habitación, Zaida estaba costada en la cama, con evidentes signos de ampollas que se asemejaban a quemaduras. Cassian sintió un nudo en el estómago al ver a Zaida, preocupado por lo que podría haberle ocurrido.

Cassian tomó la mano de Zaida con preocupación y le preguntó qué le había sucedido. En ese momento, William llegó a la habitación y exclamó.

— Cassian, ¿cómo te atreves? —

Sin prestar atención a William, Cassian volvió a preguntarle a Zaida.

— ¿Cómo te hiciste esto? —

William se quedó en la puerta, observando la escena con cautela, esperando que la situación no se saliera de control.

Zaida comenzó a contar lo sucedido, explicando que se quemó con un polvo que encontró. Antes de que pudiera terminar, Cassian la interrumpió, volviéndose hacia William acusándolo.

— No dejes cosas como esas por ahí —.

William, con una expresión de sorpresa, respondió.

— No hice tal cosa —.

Ante la tensión creciente entre los dos Príncipes, Zaida tomó la manga de Cassian y dijo:

— El Principe William no tiene la culpa —.

Cassian se apartó, frustrado, y le reprochó — No lo defiendas solo porque es tu amo —.

Zaida negó con la cabeza, contradiciéndolo, — Eso no es verdad —.

Decidiendo centrarse en lo importante, Zaida dio un rápido resumen de lo sucedido:

— La noche que no estuvimos, al parecer entraron desconocidos al palacio. Es probable que lo hayan olvidado —.

Anika, que estaba presente, miró a Zaida y negó con la cabeza, indicando que eso no era del todo cierto. Zaida se desconcertó ante ese gesto, ¿no era eso lo que había sucedido? Anika explicó que el frasco pertenecía a un espía, y como tal, los espías no lo dejaron accidentalmente. Zaida era la única que podía escuchar a Anika, quien continuó diciendo que la responsable de sus quemaduras era Indes. Zaida se sorprendió por esta revelación, pero Cassian, obviamente, no escuchó nada de eso.

— Mañana traeré hombres para ayudarte a cuidar el palacio —.

— No es necesario, Cassian —.

— Zaida estuvo involucrada en este incidente. Es mejor estar preparados —.

— No necesito tu ayuda para cuidar de mi propio palacio —.

— Puede que hayas tenido suerte esta vez, pero no sabemos qué más podría suceder —.

William guardó silencio por un momento, conociendo en parte la veracidad de sus palabras — Confío en que puedo manejar la situación, Cassian —.

Zaida le aseguró a Cassian que estaba bien, pero él notó las ampollas en su cara y sus manos, sintiendo tristeza por ella. Le prometió que la visitaría al día siguiente. Al escuchar esto, William se sintió molesto, pero decidió no decir nada.

Cassian salió de la habitación seguido de cerca por William, quien se detuvo un momento para dirigir unas palabras de consuelo a Zaida. Mientras observaba cómo se alejaban, Zaida se sumió en sus pensamientos, intentando comprender la situación.

Anika notó la confusión en el rostro de Zaida y se acercó para explicarle lo que había descubierto. — Parece que Indes está involucrado en todo esto —, dijo en voz baja, con una mirada de determinación en sus ojos.

Zaida frunció el ceño, asimilando la información. — ¿Cómo es posible? —, preguntó con incredulidad. — Pero si el frasco contenía el olor del espía, ¿cómo pudo Indes estar relacionada? —.

Anika suspiró, reflexionando sobre la complejidad de la situación. — No podemos permitir que esto continúe. Debemos actuar con rapidez, antes de que Indes intente algo otra vez —. Anika sabía que Indes haría lo que sea por deshacerse de Zaida, así que "tendremos que deshacernos de ella primero" pensó.

Zaida asintió, consciente de la gravedad de la situación. Sabía que debía tomar medidas para deshacerse de Indes sin levantar sospechas. Pero esta vez sin que William sospeche, ya que por la muerte del otro esclavo, William sospechó de Zaida, ya que el esclavo también atormentaba a sus hermanas de vez en cuando, pero lo dejó pasar porque era Zaida.