Ana tuvo que empezar de nuevo después de que su esposo desapareció y su hijo falleciera, su única hija Samara contrajo matrimonio y para no truncar la felicidad de ella, tuvo que perder todo lo que tenía, así es como ella termina viviendo en Panamá 6 años después, con ganas de iniciar una nueva vida, su ex compañera de colegio fue la encargada de ayudarla.
Comienza a trabajar en una casa de familia como niñera, allí conoce a su jefe, que es nada más y nada menos que su esposo desaparecido, pero el tiene amnesia y no recuerda nada, así que ella decide que con pequeños detalles lo ayudara a que traiga a su presente su memoria borrada.
(Temática de Noveltoon: Amor en la madurez)
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Capitulo 13
- wow, te ves preciosa-- me dijo
- tu igual, la edad es solo un número, estamos en nuestros segundos veintes-- le dije y ambas reímos.
- bueno, ven te pongo un poco de maquillaje y salimos-- me tomó de la mano y me llevó a su habitación.
Alli hizo que me sentara enfrente del tocador, ella me hizo un maquillaje rápido, lindo y sencillo, aplicó fijador y quede lista, ella ya se había maquillado con anterioridad, así que solo tomamos lo más importante, la cartera con documentos, dinero y las llaves de la casa y salimos.
Pamela había solicitado un Uber por la aplicación, el llegó justo a tiempo y nos fuimos, me llevó a un club, se veía muy lindo y acordé a nuestra edad, incluso puedo decir que la mayoría de los asistentes pasaban los 35 años, eso me hizo sentir muy cómoda, nos acomodamos en una de las mesas que estaban en el fondo, desde allí podíamos ver todo.
Pamela fue la encargada de pedir lo que íbamos a tomar, ella eligió un cosmopolitan para cada una, realmente nunca había bebido algo diferente a vino, champaña e incluso cerveza, pero estaba dispuesta a probar algo nuevo.
En breves minutos ya estaba el mesero de vuelta con el pedido, nos entregó las bebidas, lo probé y no sabía mal, incluso no sentí lo fuerte del vodka porque su sabor era dulce, realmente delicioso, me lo estaba bebiendo demasiado rápido.
- ey chica, bebe despacio, te vas a embriagar muy rápido -- me dijo.
- no lo siento tan fuerte, no creo que me emborrache, creo que puedo manejarlo -- le respondí muy segura.
- no te confíes, es un cóctel, el dulce te hace querer beber más rápido porque es fácil de digerir pero las consecuencias las sientes cuando te levantes de esta silla, así que te recomiendo que no lo tomes como si fuera agua -- me advirtió, aún así seguí bebiendo aunque un poco más pausado.
Ya eran las 9 de la noche, el ambiente del lugar había empezado a escalar, algunas parejas estaban en la pista, incluso Pamela había sido invitada a bailar, aunque al principio se negó para no dejarme sola, yo le insistí para que aceptara, y desde aquí la veo como disfruta, yo pedí otra copa con el delicioso cóctel, mientras lo traian quise ir al baño, tan pronto me puse de pie las luces se hicieron más tenues y un mareo golpeó mi cabeza.
Entendí las palabras de Pamela al advertirme que fuera prudente al beber, me alcance a agarrar de la mesa y de alguien que en ese momento chocó conmigo, supe que era un hombre por la fragancia y por sus manos grandes que me agarraban fuerte de mi cadera.
- Lo siento, estoy un poco mareada-- logré decir usando un tono alto por la música.
- No te preocupes, ¿quieres que te ayude con algo?-- me preguntó elevando el tono.
Gire mi rostro para verlo pero las luces del lugar no me permitió apreciar sus fracciones, aún así no tenía a quien más acudir, mi amiga estaba demasiado lejos y estaba disfrutando, decidí confiar en el desconocido, mi cuerpo no iba a aguantar más y debía ir urgente al baño.
- me...¿me puedes ayudar a llegar al baño?-- dije avergonzada, escuché una risita suave.
- claro que sí, agarrate bien -- me dijo.
Paso uno de sus brazos por mi espalda para afirmar mejor su agarre, yo subí mi brazo sobre el hombro y comenzamos a avanzar, cuando por fin ví el letrero del baño, me agarre de la pared, le agradecí y entré en el.
Me hubiera tardado un poco más y me había hecho pis encima, además creo que me pasé con los cócteles..... Después de liberar la presión en mi vejiga salí del cubículo y lave mis manos, al salir del baño, mi sorpresa fue que ahí de espaldas a mi seguía aquel hombre que me ayudó hace un momento.
- ¿Me estabas esperando?-- pregunté valientemente, el se giró sorprendido y ahí pude ver su rostro por la iluminación del bañó.
Era Felipe....o más bien Gonzalo Vernet, al parecer el también me miró un poco confundido, escaneo mi cuerpo de pies a cabeza, luego negó y finalmente habló, al parecer tuvo una lucha con sus pensamientos.
- ¿Se siente bien?- le pregunté.
- si... Si, estoy bien, te acompaño a tu mesa-- me dijo y yo asentí, preferí no indagar más, el no se veía cómodo.
Volvió a repetir el agarré en mi cintura y puedo jurar que sentí su respiración cerca a mi cuello, mis piernas perdieron fuerza y se me doblaron un poco, el fue muy ágil y me sostuvo poniendo su otra mano por accidente debajo de mis senos, el se dió cuenta donde había tocado y recobro la compostura.
- discúlpame, no vayas a pensar mal, te ibas a caer y como pude te sostuve -- me dijo y yo lo mire a los ojos.
- Está bien, somos personas adultas, podemos manejarlo ¿O me equivoco?-- indague.
- si, por supuesto -- respondió con decisión.
- perfecto, ¿Puedes dejarme en mi mesa?-- le dije al ver que nos quedamos en esa misma posición sin dar un paso más.
Retomamos el trayecto hasta llegar a la mesa, Pamela aún estaba bailando con aquel hombre, yo sonreí al verla tan feliz.
- ¿Quieres bailar?- me preguntó Gonzalo, ahí me di cuenta que quizás el no me habia reconocido como su empleada.
- podría caerme y crear un gran accidente -- le respondí.
- prometo que te agarraré fuerte-- insistió.
- Está bien, solo, no me dejes caer--
- por supuesto que no lo haré -- me recalcó.
Fuimos a la pista y en ese momento el Dj puso <
lo crio
Beatriz viste que cuando uno quiere puede por eso hay que ser humilde en esta vida hoy estás arriba mañana no se sabe menos que no demolieron la casa y por fin Pamela puede ver a sus padres.