La Bailarina Y El Mafioso

Cora:

--- No quiero ser grosera pero, quiero salir de este lugar--- dije

Ella hizo una mueca --- lo sé, sé lo que mi hermano te hizo y no estoy de acuerdo...----

La esperanza surgió en mí, tomé las manos de Valeria y dije en súplica --- por favor ayúdame---

Ella niega ---A pesar de que no es correcto lo que hizo Alejandro, no puedo ayudarte a escapar e ir en contra de mi hermano --- dijo y me aleje extrañada de que ella lo apoyara --- Cora, sabes que en la mafia estás cosas suceden, pero te prometo que mi familia te protegerá...---

La miré asustada ---¿Mafia?--- dije a punto de desmayarme, Dios en que me había metido.

--- Creí que lo sabías,... ¿Cora?--- dice Valeria preocupada --- estás demasiado pálida, ven siéntate--- me posiciona en una silla ---quédate aquí te traeré algo de comer, ese idiota...--- dice Valeria y sale de la habitación.

Me quede en shock un momento y una frialdad cubrió mi cuerpo, no sabía que era peor bailar sin ningún tipo de respeto para hombres asquerosos para pagar una deuda o ser raptada por un mafioso.

Lo primero que me venía a la mente cuándo pensaba en mafia, era muertes, drogas, prostitución. Mierda tenía que salir de aquí, que estúpida fui al creer que Alejandro era bueno.

Me levanté de la silla en la que Valeria me había dejado e inspeccione nuevamente el lugar. Las ventanas no eran una opción estaban selladas, el baño no tenía acceso, lo único era la puerta, y en ese momento pensé, y sí, Valeria la hubiera dejado sin seguro. No sabía cuáles era las probabilidades, pero me acerqué con confianza. Gire el pomo y el clip de la cerradura cedió, la puerta estaba desbloqueada y no podía creerlo.

"Cora enfócate" me dije a mi misma y reaccioné, no podía distraerme en este momento. Salí del cuarto y no había nadie en el pasillo. Corrí por él, hasta el otro extremo encontrándome con una escalera de mármol negro, que iba supongo a la planta baja. Sin pensarlo corrí por los escalones y me encontré con un hermoso y lujoso vestíbulo, los pisos aquí también eran negros.

Hagan de cuenta que son pisos negros y también la escalera.

¿Pero qué, acaso eran los mafiosos aficionados al color negro?, no lo sabía, lo dejaría como pregunta de reserva en mi mente, para responder después, junto con esta otra pregunta. ¿Por qué carajos un mafioso como Alejandro me secuestró, habiendo tantas mujeres?, ¿qué quería de mí?.

Dejando mis divagaciones a un lado, me concentré en buscar una salida y bingo. Vi una puerta y me acerqué a ella, la abrí y esta cedió fácilmente.

No lo pensé y corrí como sí mi vida dependiera de ello, aunque así lo era. Me encontré en un jardín hermoso, lo atravesé y luego vino una serie de arbustos, que parecían más un laberinto.

Caminé por esta travesía, hasta que me detuve por unos gemidos tortuosos que me molestaban, mierda quién sabe que tipo de cosas hacían en este lugar.

Sabía que no debía mirar, "detente Cora, huye" decía mi mente, pero eso no fue lo que hice. En cambio, al llegar al final de la pasarela de arbustos...

.... Me encontré con algo espantoso, sacado de una película de terror. Vi a un hombre amarrado a una columna, lleno de cortes y sangrando. Me cubrí la boca para no hacer ruido. Alejandro estaba allí cortándolo y golpeándolo.

No podía creer lo que veía, ¿cómo fue que termine en un lugar así?, ¿con un hombre como Alejandro, que en cualquier momento podría matarme sino hacia lo que me pedía?.

Mis pasos dieron marcha atrás, y como estaba distraída golpeé una maceta de piedra y esta cayó al suelo rompiéndose, atrayendo la mirada de los hombres que estaban allí y también de Alejandro.

--- ¿Cora?--- pregunta extrañado por encontrarme allí. Él sé iba a acercar y no tuve tiempo de pensar. Corrí nuevamente, demasiado rápido y escuché a lo lejos la voz de Alejandro gritando "sellen las salidas".

Mi marcha era tan rápida y tan fuerte, que mis músculos dolían y las lágrimas surcaban mi rostro. Un terror puro se instaló en mi interior, tal vez me mataría por ver algo que no debía ver, no lo sabía.

Salí del laberinto de arbustos y por fin estaba en espacio libre y fue cuando noté al ver mi entorno, que había salido por la parte trasera de la casa en lugar del frente.

Aleje este pensamiento y seguí. Era muy consciente de que alguien me seguía, pero no me atreví a mirar, no perdería mi concentración. Corrí y no me detuve, las hojas secas del lugar mordían mis pies, estaba descalza y esperaba que no saliera malherida de esto.

Pero justo esto fue lo que paso, una piedra cortó a través de mi pie y caí al suelo ---Cora--- grita la voz de Alejandro, a pesar de mi dolor me levanté y seguí corriendo esta vez estaba cojeando, pero no me importo.

Llegué hasta un lugar en específico y fui sorprendida por un perro negro que no sé dé donde salió, pero qué comenzó a ladrarme totalmente furioso, grité del susto y caí de nuevo. Odiaba todo esto.

--- Zeus alto --- grita Alejandro acercándose, intenté levantarme y alejarme, pero Alejandro me apresó con sus gruesos y fuertes brazos.

---- Suéltame--- grité intentando zafarme

---Detente, Cora--- decía él con calma, su cálido aliento soplaba en mi oreja.

Aun así no me tranquilicé, estaba al borde del colapso --- No por favor no me mates --- dije desesperada

Eso pareció hacer que Alejandro aflojara un poco sus brazos, tomé la oportunidad y lo golpeé fuerte en sus costillas, él se quejó y me soltó.