Cautiva Por Tu Deseo

9 DE DICIEMBRE DE 2.022

• MANSIÓN LEONE •

...****************...

RENZO

Estoy en medio de una horrible oscuridad, una habitación cerrada y apestosa. La recuerdo enseguida... Aquí es donde mí padre me encerraba cuando me castigaba.

–. ¡BAMPAS! (¡PADRE!) –gritaba con desesperación–. ¡THA EIMAI KALOS! ¡SYNCHORES! (¡ME PORTARE BIEN! ¡PERDÓN!).

¿Perdón? ¿Por qué pedía perdón?. No hacia nada pero aún así me castigaba... ¿Quizás lo hacía para hacerme más fuerte? ¿O más hombre?.

De repente cai como en un vacío oscuro y sin fin, hasta que choque contra el suelo, pero esta vez si vi algo, con horror al darme cuenta de lo que era... Eran cuatro hombres torturando a Melina de la misma forma que a mí hermana.

Ella me miro y extiendo su mano hacia mí.

–. Ayudame... –murmuro–. Renzo, ayudame.

Intento correr hacia ella pero una mano me detiene, me giro hacia el dueño de esta... Mí padre.

–. Den boroúses na prostatépseis tin aderfí sou (No pudiste proteger a tu hermana) –solto fríamente–. Eísai adynamos (Eres débil)

Me giro de nuevo hacia Melina pero ya no hay nadie solo un gran charco de sangre. Miro de nuevo a mí padre.

–. Kai tha eísai panta (Y siempre lo serás) –me mira.

...****************...

–. ¿Renzo? –escucho una voz–. ¡Renzo, despierta!.

Me sobresalto en la cama y tomo los dos brazos que me sacudían. Veo a Melina frente a mí.

–. Tenías una pesadilla –dice–. Quise desper...

No la dejo terminar la jalo hacia mí pecho y entierro mí rostro en su cabello, huelo su perfume. Ese sueño me dejó desesperada.

–. ¿Estás mejor? –me pregunta–. Perdón si te asuste.

–. Mucho mejor –suspiro–. Verte al despertar es lo mejor que me pasó en la vida.

–. Renzo –se acurruca más a mí–. ¿Que es "Bampas"? –pregunta curiosa–. Murmurabas eso dormido.

–. Aaamm... Es "Padre" en griego –suspiro.

–. ¿Soñabas con tu padre? –me mira–. ¿Lo extrañas?.

–. No, claro que no... Jamás lo hago –digo–. Melina... Yo mate a mí padre.

Melina se tensa y se levanta un poco, apoyándose sobre su codo mirándome.

–. Espera... –dice confundida–. ¿Cómo que...? ¿Cómo que mataste a tu padre?.

–. Lo que escuchaste –afirmo–. Yo lo mate, le dispare justo en el corazón.

–. ¿Por qué? –me interroga–. ¿Por qué lo hiciste?.

–. Por mí hermana –le confieso.

La tristeza y melancolía me invaden, miles de recuerdos de ella a mí lado, todas las sonrisas que me sacaba con sus pésimas bromas.

–. Lo mate para proteger a mí hermana de su maldad –digo–. Creí que con mí padre muerto todo estaría bien y no pensé en otros riegos...

Siento como las lágrimas se asoman a mis ojos. Me siento sobre la cama.

–. No lo hice, claro: "¿Quien le haría daño al "Ángel de la Muerte?" ¡QUE ESTÚPIDO! –digo–. Todo fue mí culpa... Su muerte... No la cuide lo suficientemente bien y me la quitaron. Le falle a ella y a mí madre.

–. Renzo... –dice tristemente.

Sus pequeños brazos me rodean y me atraen hacia ella, se acuesta en la cama llevándome con ella.

Apoyo mí cabeza en su pecho mientras acaricia mí cabello lenta y tiernamente. Cierro los ojos, es tan reconfortante.

–. Nada fue tu culpa –me dice–. Tuvo al hermano más bueno de la vida a su lado.

–. Cuando murió ya no me quedaba nada... –trago saliva–. Solo su venganza. Pero le dije también... Que si había algo más por lo que vivir que apareciera pronto. ¿Sabes que fue lo curioso?.

–. ¿Que cosa? –pregunta.

–. Que a la semana te conocí –levanto la vista hacia ella–. No tienes idea de cuanto te necesitaba en mí vida, Melina.

–. Renzo... –me acaricia la mejilla–. Yo también te necesitaba tanto, estaba tan pérdida.

La abrazo más fuerte, hablamos unos minutos más sobre el pasado y algunas cosas sobre el futuro. Cómo son las 03:00am es normal que nos volvamos a dormir.

...****************...

Me despierto de nuevo muy bien descansado, en el último mes y medio jamás había dormido tan bien.

Al sentarme me doy cuenta que Melina no está en la cama. Me levanto y me visto, la busco por toda la mansión hasta que me encuentro con Edna.

–. ¿Cómo estás, cariño? –me pregunta–. Te ves muy bien.

–. Estoy bien, Edna –le respondo con una sonrisa–. ¿Has visto a Melina?.

–. Oh, si –afirma–. Salió al jardín, dijo que iba a hacer unos arreglos.

–. Si, lo haremos –respondo–. Iré con ella.

Nos despedimos y salgo por la puerta corrediza que da al jardín, hay sol y no hace tanto frío, es un día hermoso.

Veo a Melina a lo lejos bajo un árbol con flores rosas. Tiene la mirada pérdida, entonces me mira.

¿Donde hay mujer más bella en el planeta que ella?.

Bajo los escalones y voy hacia ella.

–. Es muy raro ver árboles con flores en esta temporada –me sonríe–. Es hermoso.

La abrazo y le doy un beso.

–. No tan hermoso como tu pero si es lindo –le digo–. Buenos días.

–. Buenos días –me abraza–. ¿Cómo estás?.

–. Bien, muy bien –beso su nariz–. Gracias a ti jamás había dormido tan bien.

–. No hice nada especial –me sonríe–. Solo te contuve. Es lo que hacen las novias...

Se queda congelada con esas palabras, se aleja un poco de mí nerviosa.

–. Lo siento, no quise decir eso –se aclara la garganta–. ¿Quieres ayudarme con el jardín?.

–. Por supuesto –le sonrío–. Anda vamos.