Soy Gabriela y está es mi Historia:
"El nudo en mi garganta se hace cada vez más fuerte. Dejar a mi familia es una herida que nunca sanará por completo, pero la esperanza de un futuro mejor me impulsa hacia adelante. El Nuevo Mundo me ofrece un lienzo en blanco, una oportunidad para reinventarme. Sin embargo, el miedo a lo desconocido me acecha. ¿Podré adaptarme a una nueva cultura, construir una nueva vida? Y ¿qué lugar habrá en mi corazón para el amor cuando Edward, con su mundo de éxito y poder, se cruce en mi camino?"
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Capitulo XVI Desesperado
Edward estaba en su oficina. Ya habían pasado casi tres semanas y no sabía nada de Gabriela. Había tratado de cumplir su promesa de no molestarla, pero nunca había dejado de pensar en ella. La veía como una mujer diferente, tan distinta a las demás mujeres que conocía, que eran tan interesadas y materialistas. Gabriela no. Ella no se quiso aprovechar de él, no se deslumbró por quién era él. No sabía qué hacer, si buscarla o dejarla tranquila como prometió. Ella no era una mujer que quería una aventura o un romance fugaz. Era valiente, de fuerza de voluntad, determinada. Su belleza tan natural la hacía tan diferente. No dejaba de pensar en ella, pero no podía entender cómo en tan poco tiempo lo había cautivado, como si le hubiera lanzado un hechizo.
De repente, a Edward se le ocurrió una idea. Llamó a su amigo Marcos.
Edward: Marcos, por favor, toma un contrato listo para Gabriela. ¿Tienes el cargo?
Marcos: Sí, ya tengo el cargo. Edward: ¿Y le colocaste un buen sueldo?
Marcos: Casi que se lo doblé.
Edward: ¿Me puedes hacer llegar ese contrato?
Marcos: Te aseguro que lo haré. ¿Qué vas a hacer, Edward?
Edward: No estoy seguro, pero necesito estar con ella.
Marcos: ¿Qué te lo impide? ¿Los prejuicios o el miedo a comprometerte?
Edward: No sé, Marcos. Es poco tiempo de conocerla. No puedo creer que esto me esté pasando a mí. Quiero verla, saber que está en casa de mi madre. Cada noche he querido ir a verla, como ese día en el jardín, abrazarla, besarla.
Marcos: Edward, estás enamorado. No pierdas más tiempo.
Edward: ¿Y si solo es un capricho? Porque desde el principio ella no se lanzó encima de ti, se resistió, no le importo mi status, mi dinero, nada. Mantuvo su posición.
Marcos: No te lo puso fácil, si puedes estár encaprichado. Pero eso no lo puedes averiguar si no lo vives. No sé si eso se te pase rápido, pero tienes que tomar una decisión.
Edward cuelga la llamada. Al cabo de 15 minutos, su secretaria le entrega el contrato que Marcos envió. Entonces, empieza a llamar a Gabriela, pero el teléfono está apagado. Espera un rato sin respuesta y decide ir a la cafetería. Se sube a su auto y arranca, sin saber exactamente qué le va a decir, aunque lleva el contrato como excusa.
Cuando llega a la cafetería, todo el mundo voltea a verlo, como siempre le pasa cuando llega a un lugar. Una chica le da la bienvenida y lo invita a sentarse a una mesa.
Edward: Señorita, por favor, quisiera hablar con Gabriela.
Chica: Señor, ella tiene casi un mes que renunció.
Edward: ¿Renunció? No lo sabía. Muchas gracias.
Sale de la cafetería, ahora desesperado. ¿Será que se fue a su país? Decide ir directo a casa de su madre. Beatriz debe saber algo. Edward llega a casa de su madre llamando a Beatriz.
Edward: (Entrando a la cocina) Beatriz, ¿pasó algo? .
Beatriz, ¿Donde está Gabriela? .
La cara de Beatriz cambia.
Beatriz: ¿Para qué la quieres?
Edward: ¿Fui a su trabajo y ya renunció?(El desespero se notaba en su voz)
Beatriz piensa: “¿Qué le digo? ¿Qué le digo? No sé qué decir. ¿Para qué quiere buscarla?” Toma valor y le dice:
Beatriz: Con todo respeto, Edward, ¿para qué quieres hablar con mi amiga?
Edward se toma la cabeza, un síntoma de desesperación.
Edward: Por favor, dime si se fue. Voy a enloquecer.
Beatriz: No, no se fue.
Edward: Entonces me quedaré hasta que llegue hoy.
Beatriz no tuvo más remedio que decirle que Gabriela ya no vivía allí. Edward, sorprendido, pregunta:
Edward: ¿Dónde está? Dímelo, por favor, Beatriz. Necesito verla.
Beatriz piensa: “Nunca había visto a Edward salirse de su cabal, estar así tan desesperado. Primera vez desde que lo conozco. Él siempre tan serio, tan ecuánime, y verlo así es extraño.” Piensa: “¿Será que realmente está enamorado de Gabriela? Yo creo que siempre le gustó desde el principio.”
Beatriz: Edward, alquilamos un apartamento para nosotras. Estoy esperando a que la señora Julia regrese para marcharme.
Edward: ¿Marcharte? ¿Qué dice mi madre de esto?
Beatriz: Está feliz porque tenemos un proyecto entre las dos y queremos luchar por nuestro sueño.
Edward piensa por un momento: “Tengo que tomar una decisión. No puedo seguir así. Quiero verla, quiero verla, no me importa nada.”
Edward: Beatriz, dame la dirección, por favor. ¿Dónde está Gabriela?
Beatriz duda un momento.
Beatriz: No sé, Edward…
Edward: Por favor, Beatriz, me conoces. Sabes que no voy a hacerle nada malo.
Beatriz: Edward, ¿estás enamorado?
Edward, caminando de un lado a otro.
Edward: Creo que sí, pero necesito verla, por favor.
Beatriz no lo piensa más y le da la dirección.
Beatriz: Sabes que Gabriela puede que no me lo perdone.
Edward sale corriendo, se monta en su auto y se dirige hacia el apartamento.