bienvenidos a la quinta parte de los decendientes YANKELEVICH.
Vamos a conocer la historia de Los hijos del pequeño Max: David, Hanna, willmar Alexander y Chantal.
también conoceremos a los hijas de Claudia y Kilian: Dolores, Lupita y Aurora.
tendremos también las historias de los hijos de Aisha y Bruno: Leo y Leonardo.
cada uno tendrá que enfrentar nuevos enemigos y también conocerán el amor, nuevas aventuras tendremos en esta quinta parte y tendrán que hacer uso de sus enseñanzas para poder mantenerse con vida.
espero les guste está quinta parte.
NovelToon tiene autorización de Karina Garcia para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
CAPÍTULO 18
Los primero en llegar al lugar fueron Hanna, Leonardo y Aurora, llegaron observado, viendo la mejor forma de entrar, Hanna miro la puerta trasera y por medio de la radio dijo. – Entrare por la parte trasera, ustedes dos aseguren el frente, Leo ordena la entrada cuando estén listos.
Hanna preparo a los 5 hombres que iban con ella y a uno de ellos le pidió una bomba pequeña, perfecta para tumbar una puerta sin hacer más daños; estaba lista y sabia como entrar para cuando Leonardo diera la orden.
El frente era de cristal, hasta la puerta, lo malo era que aún no habrían y estaba la reja abajo; los dos miraron un poco y Aurora dijo. – Usemos una bomba, explotemos todo el frente.
Leonardo estuvo de acuerdo y una vez que le dijo a Hanna que empezara, ella misma coloco la bomba en la puerta, como cosa de chiste las dos explosiones se dieron al mismo tiempo, un estallido que se escuchó en casi media ciudad y el suelo tembló.
Hanna entro con el arma corta en la mano, fue la primera y los 5 hombres la siguieron; la cocina estaba sola fue algo bueno, nadie inocente salió dañado, pero apenas se acercó a la puerta mira que se abra.
Tuvo que ser rápida, esos eran sus enemigos y el arma en sus manos lo hacía evidente; mato a todo el que iba entrando, ni siquiera dejo que los 5 hombres que iban con ella reaccionaran.
Una vez que termino con los 8 hombres que entraron, voltea a ver a su gente y les dice. – Tranquilos la diversión aún no termina, abra para que ustedes tambien se diviertan.
Ellos se rieron, pero estaban felices de seguirla, era una digna descendiente, a pesar de que en Rusia no lo demostró, ahí estaba siendo una fiera; mientras que Leonardo y Aurora no pudieron entrar, los hombres empezaron atacarlos des de adentro, tuvieron que cubrirse y responder el ataque.
Cuando Hanna salió de la cocina, llego al área grande de la cafetería, mira a los hombres que les disparaban a sus primos, que estaban cubiertas entre las mesas y las maceteras, rápido se voltea a ver a su gente, con el dedo índice de la mano derecha les hace una señal de silencio, no los deja disparar, en un susurro le dice al más cercano. - Vamos a movernos en silencio, vamos a la segunda planta, dejemos que mis primos se encarguen de ellos.
El hombre se le quedo mirando, no estaba de acuerdo, sabía que estaban en buena posición y que podían acabarlos rápidos, pero ella no los dejo, les indico que la siguieran.
Caminaron por detrás de la barra que estaba aún lado de la puerta de la cocina, se agacharon y empezaron a moverse sin que nadie los viera; llegaron a las escaleras que estaban a dos metros de la barra, por el ruido de los disparos y las ganas de matar a los que estaban afuera ni cuenta se dieron de la presencia de Hanna y su gente.
Estaba por subir las escaleras, cuando mira algo extraño; empezó a ver todo el lugar, como siempre demostrando esa despreocupación, algo que estaba poniendo nerviosos a su gente, miraba afuera, arriba, las escaleras, estaba checando las dimensiones del lugar y algo le molestaba.
Estaba parada a un paso del primer escalón, pero no entendía, tuvo que dar como tres pasos atrás, termino chocando con uno de los hombres que disparaba a los de afuera; molesta lo mira a los ojos y le dijo. – No me estorbes.
Al mismo tiempo que dijo eso saco el Kunai y corto su cuello; los 5 hombres que iban con ella se le quedaron mirando, había hecho todo lo contrario de lo que les dijo, pero no hubo ni tiempo de quejarse, ella rápido les dijo. – Que esperan maten a todos o van a dejar que nos maten.
Apenas dijo eso escucharon el grito de uno de ellos diciendo. – Están adentro disparen.
Tuvieron que reaccionar rápido, Hanna mato a los más cercanos a ella y al ver que uno de los pilares la cubría se quedó parada viendo a todos lados, tratando de entender la estructura.
Los 5 hombres tuvieron que cubrirse, pero les preocupaba ella que seguía parada, sin miedo a que una de esas balas le diera, no entendían lo que le pasaba y una vez que terminaron con todos los que estaban abajo uno de ellos se acercó y casi gritando, exaltado le dijo. - ¿Acaso esta loca? ¡joven maestra! Con todo respeto, pero sabe en el peligro que estuvo, si algo le hubiera pasado la maestra Maritza, nos hubiera torturado y hubiera alimentado a los cocodrilos con nuestros restos.
Hanna voltea y lo mira, en ese momento le dice. – Creo que algo está mal con la estructura, mira los primeros escalones son grandes, hasta mi altura luego se hacen pequeños, pero abajo la pared se mira como si siguiera con las mismas medidas, eso significa que aquí hay algo raro, creo que debe haber una puerta, hay que buscarla.
El hombre estaba molesto, pero no era el único los cuatros que iban con ellos, estaban igual de alterados, pero antes de que uno de ellos dijera algo más, Leonardo que ya había entrado y estaba parado a su lado les dijo. – No tienen que enojarse, ella sabía muy bien que no corría peligro, este pilar la estuvo cubriendo y confiaba en que ustedes se harían cargo del resto.
Solo hagan lo que les pide y nosotros iremos a la planta alta; traten de tenerle paciencia, es algo difícil trabajar con ella, más cuando no la conocen, pero no hace las cosas sin antes pensarlas, solo confíen de la misma manera que Hanna ya confía en ustedes.
Aurora y Leonardo se movieron con su gente al segundo piso, ahí encontraron unos 13 hombres que apenas los vieron empezaron a disparar, pero rápido lograron cubrirse, Aurora detrás del pilar que estaba a unos dos metros de las escaleras y Leonardo detrás de una gran macetera que estaba al lado de las escaleras.
Sus hombres tuvieron que quedarse atrás, pero a como ellos avanzaban, iban saliendo apoyarlos; terminaron con todos, Leonardo abre la puerta y entra con el arma al frente, pero un hombre a dentro escondido aun lado de la puerta logra golpearlo en la mano haciendo que soltara su pistola.
Tubo que reaccionar rápido al ver que ese hombre levantaba su pistola y teniéndolo tan cerca se gira dándole la espalda dejando su brazo sobre su hombro y la pistola al frente, al mismo tiempo con su codo golpea su pecho con mucha fuerza.
Fue algo muy rápido y Aurora tuvo que entrar rápido, para matar a otros dos hombres que ya estaban por disparar sus armas; todo se dio en cuestión de segundos, pero lograron controlar la situación y dieron con el jefe de ese lugar, era un hombre joven de 26 años, lo encontraron en posición fetal en la esquina a un lado del archivero y del escritorio que estaba a unos 5 pasos.
Lo amarraron bien, querían saber dónde estaban las víctimas, pero él decía que ahí no había nadie, pero en ese momento Hanna entro enfurecida, le dio varios golpes con los puños de sus manos y cortes en el rostro.
Había encontrado a las víctimas debajo de las escaleras, en un cuarto escondido, insonoro, ahí encontró entre mujeres y hombres, entre los 16 años y los 25 años, todos completamente desnudos, drogados, pero lo que la molesto que algunos estaban golpeados, hasta tenían marcas de violación.
Ella estaba furiosa quería matarlo a golpes, torturarlo, pero Leonardo tuvo que detenerla y recordarle que esa misión solo era para capturarlo; no dijo nada, solo salió molesta y subió al carro, para tranquilizarse.
La misión de Dolores, David y Chantal fue más rápida, entraron por el frente, aunque no eran mucho del estilo de Adal y Dasha en esta ocasión les pareció lo mejor solo que no fueron nada discretos, empezaron disparando, para tumbare el vidrio que era la mitad de la pared, eso hizo que los hombres que estaban dentro salieran disparando, se cubrieron y desde adentro empezaron a disparar
Aprovecharon que esos hombres, aunque se cubrían estaban cerca del límite del restaurante y tambien usaron bombas, aunque más potentes; tumbaron la pared de enfrente, las mesas quedaron destruidas, los objetos que estaban como decoración y mataron a todos los hombres que les estaban disparando.
Si eran bombas que provocaban daño, pero era controlado, no servían para tumbar un edificio, solo destruyo la parte de abajo y mato a los hombres, dejando los pilares cuarteados (dañados), pero sin tumbarlos.
Lograron entrar, la parte de abajo quedo limpia y cuando iban a subir a la segunda planta ya venían bajando unos hombres, reaccionaron rápido mataron a todo el que miraban; la parte de arriba servía solo para los reservados, los que querían comer sin más gente, eran cuartos y había bastantes, los revisaron todos, pero no había nadie, hasta el final encontró la oficina, que estaba sola.
Al parecer el jefe no había llegado y no sabían dónde estaban las víctimas, pero lo peor era que habían matado a todos, ahora les tocaba buscar en todo el lugar, hasta encontrarlas.
Chantal se sentó en una de las sillas y molesta dijo. – El tío Adal siempre, dice, deja uno solo herido sin posibilidades de moverse, siempre déjalo hasta el final por cualquier cosa.
Yo pensaba que era una locura, que solo servía para torturar, pero ahora lo estoy entendiendo, si hubiéramos dejado uno medio muerto, lo estaríamos interrogando y no estaríamos batallando.
David le puso mala cara y le dijo. – Esos comentarios se dicen antes de pensar no cuando tenemos el problema encima; será mejor que te pares y ayudes a buscar, no creas que nos dejaras todo el trabajo a nosotros.
Dolores los ignoro y empezó a buscar toda la planta de abajo, entro a la cocina, movió todo lo que había ahí, hasta hizo que le ayudaran a sacarlos, pero no había nada en el piso; paso al almacén que estaba atrás de recepción, tambien sacaron todo, pero igual no había nada, ni en el refrigerador que era un cuarto bastante grande.
Lo último que le quedaba era el baño, eso no le gustaba mucho, era bastante asquerosa; respiro profundamente, entro primero al de las mujeres, le gusto ver que eran limpios y no olían tan mal, eso le dio más confianza de moverse de un lado a otro.
En el baño de mujeres había 5 cubículos y todos individuales, casi personales, trato de mover las tasas, pero todas estaban pegas al suelo; salió del baño de mujeres y fue al de hombres, miro los orinales, pero no quiso tocarlos, hizo que dos de los hombres que estaba bajos sus órdenes intentaran moverlos, pero igual estaban bien pegados.
Tambien estaban 5 cubículos, entro al primero, luego al segundo, al tercero y cuando iba a entrar al cuarto, miro en la puerta del quinto un letrero que decía fuera de servicio.
Paso al quinto baño, no pudo abrir la puerta estaba con llave, estaba por golpearla con su cuerpo, cuando se paró al primer paso, voltea a ver a uno de sus hombres y le dice. – No vas a dejar que una mujer tan delicada como yo se lastime con esa puerta ¿verdad?
El hombre negó la cabeza y le dijo. – Joven maestra, con todo respeto, sé que usted es hermosa, adorable y hasta tiene un rostro de angelito, pero de eso a pensar que es delicada, creo que eso sería una mentira muy grande y la familia del maestro nunca miente.
Dolores le hizo una mueca de disgusto, se voltea para no verlo y le dice. – solo ábrela.
El hombre negó con la cabeza y le dice. – solo dispare su pistola y la podrá abrir.
Dolores no había pensado en eso, voltea a verlo, le sonríe y le dice. – Eres un hombre muy listo le diré al tío Harry que no te castigue por lo que me dijiste.
Saca su pistola y le dispara a la puerta, al abrirla, se encuentra con escaleras que daban un enorme sótano; era del tamaño de la propiedad y había celdas eran muchas, todas tenían de 3 a 5 víctimas, entre hombres y mujeres.
Las víctimas estaban solo en ropa interior, pero estaban bien cuidados, ni un solo golpe, hasta se miraban bien alimentados; al fondo del lugar se encontraron con un quirófano, eso solo significaba que ese lugar era para trasplante de órganos y los jóvenes que estaban ahí estaban bien cuidados para conservarlos en buen estado.
Una vez que encontraron las victimas empezaron a revisar los documentos, tenían que saber quién era el jefe de ese lugar; revisaron papel tras papel, pero no encontraban nada, hasta que David encontró una caja de seguridad, lo bueno que era digital y solo tuvieron que esperar 40 minutos a que Chantal fuera a donde estaba Paola, para que le diera un aparato que podía abrirla.
En toda la ciudad se estaban dando enfrentamientos, Kim y Jones, tuvieron que enfrentar a los que trataban de llegar al hotel, cada uno estaba en partes diferentes, pero intentar pasarlos fue buscar su muerte, uno a uno fue quedando sin vida en las calles de la ciudad.
Lo bueno que Chantal iba a la salida de la ciudad, aunque si se encontró con una camioneta, que trataban de llegar al hotel; esos hombres empezaron a dispararle, reconocieron la camioneta donde iba ella, camionetas de su familia eran reconocidas donde sean.
Chantal le ordeno al que iba manejado que no parara y ella respondió al ataque, no pensaba pararse; tenía buena puntería, logro darle a las llantas y rápido los dejaron atrás.
Al llegar con Paola uno de los hombres que estaba con ella le dio el aparato y regreso al restaurante; abrieron la caja fuerte, encontrar un documento con el nombre del dueño, Dolores sabía que Paola estaba ocupado ayudando a los demás con los ataques, por eso sugirió hablarle a Joshua para que investigara quien era y donde vivía.
Joshua estaba al pendiente del ataque, con la computadora en la mano por si era necesario y en el momento que David le hablo contesto; en cuanto le dieron el nombre se puso a investigar, pero lo que encontró no fue nada bueno, el dueño del restaurante era el esposo de la encargada de la asociación que tenían en Rusia.
Tanto la esposa como el hombre era amigos de Maritza, que al enterarse se llenó de coraje, tanto que ordeno que alistaran el avión, al mismo tiempo hablo con David y le dijo. – Tienes que detenerlo con vida y van a esperar a que yo llegue.
Dejaron a dos de sus hombres en el restaurante y los demás fueron con ellos tres a la casa de los traidores amigos de Maritza; para su suerte la casa estaba en una de las colonias tranquila de buen estatus económico, la dirección se las dio Joshua.
Su vigilancia eran soldados de la familia y en el momento que los vieron llegar, todos los recibieron con alegría; les abrieron las puertas, pero ellos accionaron sus armas y David les grito. – todos bajen sus armas, si no tienen nada que ver con la traición de estos dos no tienen nada que temer, pero si no lo hacen entenderemos que están con ellos y tendremos que matarlos.
Los soldados no entendían que pasaban, pero todos conocían a los tres jóvenes maestros, habían estado con ellos en el cuartel cuando Max y Agramon los llevaban, eran inolvidables.
El que estaba al mando ordeno tirar las armas al frente y tirarse al suelo, a otro le ordeno esposarlos; él hizo lo mismo se tiro al suelo y solo se esposo las manos en la espalda.
David salió detrás de una de las camionetas y fue a revisar a cada soldado para asegurarse que estuvieran bien esposados, hizo que sentaran recargados a la barda que era el límite de la propiedad; si eran inocentes no iban a dejar que nada les pasaran, una vez que los dejaron seguros a dos de los hombres que iban con ellos, le ordenaron que recogieran las armas y ellos tres fueron a buscar a la pareja de traidores.
Entraron a la casa tumbando puertas, la mujer no estaba, solo encontraron al esposo con sus tres hijos desayunando en el comedor; uno de los hijos era un joven de 18 años, que al verlos entrar empezó a discutir con ellos, hasta tomo el tenedor con el que estaba comiendo y trato de encajárselo a Dolores en el cuello.
Ella reacciona rápido y lo somete tirándolo al suelo, pero a pesar de ya tenerlo controlado, le encaja el tenedor en el brazo izquierdo, mientras que el derecho lo tenía doblado en su espalda.
En el momento que le encajo el tenedor, le dijo. – Esto es lo que se siente cuando lastimas a alguien con un tenedor, te lo estoy haciendo para que lo recuerde muy bien y en el futuro pienses dos veces antes de tratar de herir a alguien.
El padre trata de detenerla, pero David se le metió en medio y le dijo que no se moviera; mientras que el hermano y la hermana, tratan de acercarse para ayudarlo, pero Chantal los tomo de la mano, al mismo tiempo que les dijo. – si se acercan les pasara lo mismo.
La pequeña de 9 años y el pequeño de 7 años se quedaron quietos, gritando que lo dejaran, estaban llorando, pero no se les miraba miedo, si no coraje; Dolores era observadora y al ver la forma de actuar de los tres hijos, le demostró que esa familia si eran unos traidores.
Ataron bien al hombre y a sus hijos, metieron a los soldados a la casa, ya solo tenían que vigilarlos, esperar a que todo terminara, que la tía Maritza llegara.
La pequeña Zuria y el pequeño Brandas JEAN como siempre estaban teniendo problemas para ponerse de acuerdo, estaban en pleno ataque; ellos no sabían hacer equipo, siempre se alteraban cuando estaban juntos, los dos querían tener el control de todo y estando juntos eran un peligro, más que nada para ellos mismo.
Kira estaba que no los aguantaba, más de una vez tuve que salvarlos de una muerte segura, ya no cuidaba las calles, si no a ellos y en ese momento Nashira le habla por la radio, le pide que vaya a ayudarle a la pequeña Neylane y a la pequeña Maritza.
Que le pidiera eso fue algo raro, pero no le prestó atención, más bien pensó que lo mejor era que la pequeña Zuria fuera y ella se quedaba con el pequeño Brandas JEAN, los dos trabajaban bien, de esta manera iba a evitar una desgracia.
Rápido le dijo a la pequeña Zuria, la hizo subir a una de las camionetas y fue al palacio de gobierno, al llegar, todo estaba controlado, la entrada fue rápida.
El presidente no tenía nada que ver simplemente ordeno que las dejaran pasar, pero aun así necesitaban que alguien las cuidara y la pequeña Zuria, pensó en preguntar que pasaba, pero apenas llego Nashira le dijo. – quédate a cuidarlas, yo tengo que ir a otro lado, ellos ocupan de mi ayuda, estoy segura.