REENCARNE EN UNA SALVAJE

Jeinnys: gracias, escóndete bien, no me confió mucho (me obligue a empezar, me metí en el agua, llegue a una piedra lisa que hay y me senté con una pose de yoga, lo primero fue cerrar los ojos, controlar la respiración, recordaba el entrenamiento en la CIA: resistencia a la tortura, control de impulsos, soportar el dolor sin gritar.

“Inhala cuatro tiempos, mantén, exhala en seis.”

Lo repetía una y otra vez, como un mantra.

Extendí la mano hacia una hoja húmeda que flotaba dentro del agua, tenía unas gotas de rocío, la fijé en mi mente, el frío empezó a acumularse en mi palma, el aire vibró, pero en cuanto la emoción de triunfo se coló en mi pecho, la gota se congeló de golpe y estalló en fragmentos diminutos) maldición

Náhu: Otra vez…¡Explosión en miniatura! Admito que es entretenido.

Jeinnys: No es gracioso (gruñí apretando la nariz cuando sentí la sangre tibia caer)

Náhu: no te asustes, ¿Siempre terminas así cuando lo intentas?

Jeinnys: Siempre, esta magia es… salvaje, se alimenta de mis emociones más feas: miedo, ira, desesperación, no puedo obligarla a obedecer

Náhu: Entonces no la obligues, cuando cazamos en la tribu, no obligamos al fuego a arder, solo lo cuidamos para que no se apague ni se descontrole, quizás tu hielo funciona igual

Jeinnys: (la mire sorprendida, esa niña, sin entrenamiento militar, había resumido lo que mis instructores en la CIA no hubieran logrado explicar, es inteligente la condenada; los días siguientes fueron de pruebas y errores, intentó nuevamente con gotas de agua: no congelarlas en un arrebato, sino mantenerlas firmes, intactas, como pequeños cristales suspendidos en mi palma, al principio, todas estallaban, luego, logre sostener una, apenas un segundo, antes de que se agrietara.

Náhu celebró como si hubieramos encontrado un tesoro)

Náhu: ¡La tuviste! ¡Aunque solo fue un instante, la tuviste!

Jeinnys: (bufé, pero en el fondo sentí algo distinto: esperanza, después vinieron intentos más grandes: charcos en la arena, ramas húmedas, cada esfuerzo me dejaba exhausta, con jaquecas insoportables y escalofríos que me recorrían los huesos, una noche incluso colapsé y desperté con Náhu golpeándome la cara)

Náhu: ¡Si mueres, te mato!

Jeinnys: Eso es… contradictorio, solo sigue apoyándome, en algún momento lo lograre

Náhu: está bien, tu puedes

Jeinnys: (Pasaron semanas, el entrenamiento se volvió rutina: respiración, concentración, prueba, fallo, repetir, recordaba cada tortura de mi pasado en la CIA, no como cicatriz, sino como guía, resistir el dolor, controlar la mente, dominar el cuerpo.

Una tarde, frente al mar, lo logre.

Congelé una gota de agua y esta vez no estalló, la sostuve en mi palma como un diamante azul, estable, sereno, una pequeña chispa de triunfo brilló en mi pecho) Náhu míralo…

Náhu: ¡Lo hiciste! ¡Por fin lo hiciste! (El cristal se quebró un segundo después, pero eso no importó, porque por primera vez, el hielo no la había dominado a ella)

Jeinnys: (me quede un momento mirando mis manos heridas, temblorosas, y deje escapar una sonrisa cansada) No es mucho… pero es un comienzo.

Náhu: Y pensar que cuando te conocí eras solo una “salvaje” perdida en la isla, ahora resultaste ser una salvaje con poderes.

Jeinnys: JAJJAJAJJAJAJAJJAJAJA estas mal Náhu, una salvaje no le puede decir eso a otra salvaje

Náhu: ¿de qué hablas?, yo no soy salvaje, tu si

Jeinnys: eso ni tú te lo crees, te recuerdo que eres de una tribu

Náhu: ¿y que tiene?, se leer, escribir y tengo magia, no soy ninguna salvaje, oh si, hablo varios idiomas

Jeinnys: gracias a mí, por si lo olvidas, te lo recuerdo, yo soy tu súper maestra

Náhu: son solo detalles

Jeinnys: pero son detalles importantes hay que darlos, no puedes robarme créditos

Náhu: umm lo pensare, aun no estoy convencida

Jeinnys: eres de lo peorcito sabes

Náhu: jajjajajajjaja es que tuve una buena maestra

Jeinnys: estoy perdida ajajjajajajajajja (el entrenamiento ya no era solo un intento desesperado por no morir, con cada día que pasaba, sentía cómo la conexión con mi poder se volvía más clara, más tangible, no era fácil: cada sesión terminaba con jaquecas, escalofríos o incluso sangre en la nariz, pero los avances son reales, y eso me bastaba para seguir.

Una tarde, frente al mar embravecido, decidí ir más allá)

Jeinnys: Las gotas ya no son suficientes (murmure, observando cómo el agua lamía la arena)

Náhu: (los entrenamientos son entretenidos, arqueó una ceja, al escuchar lo que quiere hacer ahora) ¿Y qué vas a congelar ahora, el océano entero?

Jeinnys: (sonreí con ironía) Todavía no, pero puedo empezar con algo más útil

Náhu: bien, estoy lista para mirar el espectáculo (se concentró en una rama húmeda que había recogido, cerró los ojos, reguló su respiración y dejó que el frío fluyera, la humedad de la corteza respondió de inmediato, endureciéndose hasta que una delgada capa de hielo la cubrió, con cuidado, Jei la moldeó, afilando los bordes.

Cuando terminó, sostenía en la mano una cuchilla transparente, brillante bajo la luz del sol, di un paso atrás, con la boca bien abierta) Eso… parece un arma de verdad