"UN AMOR PROHIBIDO QUE NO MUERE
Kostas conoce a Athina, la hijastra de su hermana, en una boda. Es amor a primera vista, pero la edad y la relación familiar lo convierten en un tabú.
Cinco años después, Athina es secuestrada y Kostas se convierte en su héroe. El amor sigue vivo, pero el pasado y los prejuicios amenazan con separarlos.
¿Podrán superar las barreras y luchar por su amor?
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Capítulo Dieciocho
Constantin ya está viviendo en Londres, pues al cumplir los 25 años, heredó la empresa de su padre en esta ciudad. Así que mantiene en el penthouse de Athina, aunque tiene uno propio, pues él e Ivet aún son novios y ella cuida al gordito mientras Athina estudia.
—Gracias, chicos, por este hermoso detalle. —Athina está feliz, esa es su pequeña familia.
Recordó su cumpleaños número 19. Ese día Athina regresó a Atenas, pero fue sola. Andreas era un bebé de apenas tres meses y no lo iba a someter a ese viaje. Así que Ivet se quedó con él.
Entendió el punto de su papá y de Constantin: Kostas debía saber la verdad, tenía derecho a ser el padre de Andreas, así con ella no quisiera tener nada, su mayor deseo era tener un hijo.
No le avisó a nadie; los únicos que sabían de su viaje eran Ivet y Constantin. Luego de un vuelo de casi cuatro horas, Athina llegó a Atenas. No llevaba equipaje, por lo que del aeropuerto se dirigió directamente a la empresa Hygieia Kostas Silas. Una vez allí, saludó a la recepcionista y subió a la oficina del papá de su hijo.
Estaba parada al frente de la oficina; Karol, la secretaria de Kostas, le informó que allí estaba y que podía pasar. Athina titubeó un poco antes de tocar. Pero se armó de valor hasta que escuchó la autorización de pasar, pero nada la preparó para lo que encontró adentro.
Estaba Kostas en su silla ejecutiva con su esposa sentada en sus piernas y este le daba besos en su cuello.
—Ah, hola, Athina. —La saludó con desdén—. Siéntate. —Le señaló una de las sillas que se encuentran frente al escritorio—. Ali, espérame en el lobby que ya salgo para ir al restaurante donde hiciste la reservación. Creo que no me demoro mucho con Athina.
La mujer se levantó de su regazo, le dejó un beso en los labios a Kostas y se dirigió hasta Athina qué no se había movido del mismo lugar.
—Por fin conozco a la hija de Silas. Mucho gusto, Athina, soy Alicia, la esposa de Kostas. —Esta la mira con aires de superioridad y pasa por el lado de Athina para salir de la oficina.
—El gusto es mío, señora —Athina responde por cortesía, antes de que Alicia saliera.
—Ahora sí Athina, habla. ¿A qué has venido? Se me hacía raro no volver a saber de ti, pero ¿venir justo un año después? ¿Acaso querés repetir lo que pasó esa noche? Déjame decirte que ya no caeré. —¿Athina no lo podía creer? ¿Ese era el Kostas de quien ella se enamoró? Se sintió tan tonta.
—Jamás repetiría con un tipo como tú que me trató de lo peor. A estas alturas ya debes saber que no te drogue, ¿o no has investigado con todo el poder que tienes? —Kostas se acomodó bien en la silla. Athina está más hermosa que hace un año. Se ve más apetecible, pero rápidamente alejo esos pensamientos de su cabeza. Debe alejarla de nuevo y no sabe como hacerlo sin dañarla. Sin que la dañen.
—Sí, ya investigué y te debo una disculpa. Pero jamás esperes más de mí. Te pedí que no te volvieras a cruzar por mi camino y no lo has cumplido. Entonces, ¿a qué has venido? Entiende que lo que pasó fue un error y yo no quiero nada que venga de ti, pues jamás, óyeme bien, jamás lo aceptaré y caeré de nuevo. —Con esto, Athina entendió que Kostas no merece saber nada de su gordito. Así que giró en sus talones y salió de esa oficina para toparse con Alicia, que estaba detrás de la puerta, lo más seguro escuchándola. Athina no le prestó atención y siguió de largo y Alicia entró de nuevo a la oficina.
—Así que esa es la famosa Athina. Está bonita, con razón perdiste la cabeza por ella. —Kostas la miró con furia.
—¡Ya, déjala en paz! Athina se fue decepcionada como querías.
Desde ese día, Athina se prometió enfocarse solamente en su bebé y en estudiar. Fue una alumna ejemplar y, después de terminar su carrera de Administración y Negocios, hizo un MBA en economía en Cambridge. Ya estaba lista para liderar una empresa, pero no estaba muy segura de volver a Atenas. No quería, pues a pesar de desear odiar a Kostas, aún lo amaba. Así que decidió trabajar con Constantin en su empresa.
Vespa's Wind Systems es una empresa que se dedica a las energías renovables, y el papá de Constantin era el encargado de la sede del Reino Unido, pero su origen es de Dinamarca, donde la familia Italiana Vespa hizo crecer su fortuna.
Lo que no sabía Constantin es que, al heredar esta gran empresa, heredaría también la envidia y la ambición de muchas personas.
Desde el día que Athina se presentó en su oficina, Kostas se convirtió en un ser huraño, amargado, nada lo motivaba.
Athanasiau estuvo muchas veces tentado a decirle a Kostas de la existencia de Andreas, pero se lo prometió a Athina. Él también investigó por su lado lo que pasó en esa discoteca, pero no encontró nada; no sabía si era porque había pasado mucho tiempo o si alguien deliberadamente había borrado los videos de la cámara de seguridad del lugar. Así que dejo las cosas quietas, aunque la amistad con Kostas no volvió a ser la misma. Él jamás le reclamó lo que pasó con su hija, así que Kostas asume que su amigo Athanasiau no sabe nada y que el distanciamiento es porque él nunca ha tolerado a Alicia, su esposa. .
Lo que nadie sabe es que Kostas todo este tiempo ha estado siendo sobornado por lo que paso esa noche por su esposa, Alicia del Castillo. Sí, él investigó quién los drogó y fue ella la que, mientras él bailaba con Athina, se acercó a la mesa y les vertió la droga al cóctel que había allí.
Cuando la confronto, ella le mostró un video donde él se estaba besando muy apasionadamente con Athina, y se veía claramente como él le tocaba un seno, y también tocaba su muslo para luego salir tomados de la mano hasta el hotel frente a la discoteca. Con este video ella lo obligó a volver con ella, y cada vez que intenta dejarla, le recuerda que también tiene un video de lo que pasó en esa habitación del hotel.
Kostas está entre la espada y la pared, pero pronto tendrá que decidir si deja que todos se enteren de lo que pasó esa noche o sigue siendo víctima de las amenazas de Alicia. Por eso trata de permanecer más tiempo en México, pero hasta allá lo persigue esa mujer.
Kostas tiene en su memoria el día que fue Athina a su oficina; deseaba tanto darle un abrazo, lo necesitaba tanto, sentir su calor y su aroma, pero al menos le pudo dar una escueta disculpa. No era la que merecia, pero quería al menos qué supiera que esa arrepentido de haberla culpado. Estaba justamente sumido en los recuerdos de Athina, cuando Athanasiau entró abruptamente a su oficina.
—¡Kostas, ayúdame! secuestraron a Athina en Londres.