En un mundo donde los Alphas están arriba de todo y los Omegas abajo, Aria Vance una trabajadora de un club exclusivo para Alphas dominantes, donde se ofrecen servicios para ayudarlos a liberar la carga de sus feromonas, siendo que todos los empleados de la servidumbre estrictamente son Betas, por lo cual ella tuvo que mentir en su sub genero para poder trabajar allí, escondida en la cocina como ayudante. Todo iba bien hasta que un día de trabajo una serie de eventos inesperados la pusieron frente a Liam Vidal, un Alpha dominante, que llevado por sus instintos se abalanza sobre ella. Después de allí comienzan a ocurrir sucesos que la obligan a correr lejos de la vida de aquel hombre, entre ellas es el hijo que ahora llevaba en su vientre.
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Capitulo 22. Dos caras de una misma moneda
En los cortos instantes de claridad mental, Aria solo lograba escuchar sus propios gemidos, mientras todo su cuerpo temblaba ante cada embestida, el calor que la envolvía y la sensación de sentirlo en su interior.
- Es… pe…- no podía hablar si quiera
- Oh, ¿ya estás consiente? – le dice Liam al oído – Es sorprendente que puedas resistirte incluso en este estado – le dice lamiendo la nuca de Aria, provocando espasmos que la recorrían
- ¡Ah!, no – dice gimiendo
- ¿Por qué?, ¿sientes más placer aquí? – le dice volviéndola a lamer antes de morderla
Aria sintió una corriente desde la punta de sus pies hasta su cabeza, no podía contener sus gemidos, mucho menos tomar el control de su propio cuerpo, teniendo que escuchar su respiración agitada, los fuertes latidos de su corazón y tratar de resistir la carga de feromonas de ese hombre. Algo que no duro mucho tiempo, dado que volvió a perder los sentidos cayendo nuevamente por sus instintos.
El sonido de los pájaros revoloteando afuera, la fresca brisa que se colaba, las cortinas batiéndose, la suavidad de la cama y las sedosas sabanas que rosaban su piel. Su cuerpo se sentía pesado, pero aun así estaba cómoda, no quería abrir sus ojos, pero debía despertar, Killian debía ir a la escuela, aún quedaban muchas cosas por hacer en la pastelería y también quería ir a visitar a su madre en el hospital.
Pero a pesar de que sabía todo lo que debía hacer, todo su ser pedía a gritos el quedarse allí, acostada, disfrutando de aquella suavidad, el calor que la calentaba y el aroma que la envolvía.
En ese momento todos los recuerdos volvieron a su mente, el miedo, los nervios, la agitación, sentirlo nuevamente y estar en sus brazos.
Abrió los ojos de golpe, sentándose y cubriendo su cara.
- ¿Ah?, ¿Dónde? – dice Aria al percatarse de la ropa que llevaba puesta, además, se encontraba acostada sobre una cama y esa habitación, nunca había visto aquel lugar
Después, escuchó una respiración a su lado, al voltear, vio a Liam Vidal acostado, dormido profundamente, su brazo se encontraba sobre la cintura de Aria.
Enseguida se apartó de un salto, cayendo al suelo de espaldas.
- ¡Auch! – dice al caer de espaldas
Se levantó sobando su cabeza por el golpe, vio hacia la cama y notó que el hombre seguía dormido. El verlo de esa forma le hizo darse cuenta de enorme parecido que ese hombre tenía con su hijo Killian. Siempre supo que su hijo no tenía mucho parecido con ella, era algo que todos le decían, pero era impresionante lo mucho que se asemejaba a ese hombre, dicen que la sangre es algo que no se puede negar.
- ¿Qué estoy haciendo?, debo salir de aquí – dice llamándose a espabilar
La ropa que llevaba puesta era de hombre, así que lo más seguro era que le pertenecía a ese hombre, vio rápidamente por todo el lugar, sin logran conseguir sus partencias. Sin perder más tiempo allí camino sigilosamente hacia la puerta, abrió y salió de allí, consiguiéndose con un pasillo que iba en ambas direcciones.
¿Hacia dónde debía ir?
Sin pensarlo mucho, corrió hacia la izquierda, el pasillo parecía interminable, un sinfín de puertas blancas a ambos lados, ¿Dónde estaba la salida de ese sitio?, en ese momento vio a un hombre salir de una de las habitaciones, de inmediato se detuvo y se escondió tras un florero grande.
El hombre volteo hacia donde ella se encontraba y camino hasta estar frente a ella. Por alguna razón, su rostro se le hacía muy familiar, como si ya lo hubiera visto en otro sitio, pero ¿Dónde?
- Salga de allí – le dice agachándose para estar a la misma altura – se puede ver claramente, no tiene caso que se esconda – le dice en tono tranquilo
- Qui… Qui… ¿Quién es usted? ¿Dónde es este lugar? – le dice Aria nerviosa pero aun a la defensiva
- Yo soy Ethan Vidal y esta es la mansión Vidal – le dice extendiéndole la mano para ayudarla a ponerse en pie
- ¡La mansión Vidal! – dice sorprendida mientras acepta la ayuda del hombre - ¿Cómo llegue aquí? – dice confundida, lo último que recordaba era haber estado con ese hombre en la sala de espera de su empresa.
- Está impregnada del aroma de Liam, así que, imagino que él fue quien la trajo hasta aquí – le dice en tono relajado – no le hare nada, así que puede estar tranquila – le dice suspirando
- Yo, quiero irme de aquí – le dice viéndose indefensa
- ¿En ese estado? – le dice viéndola de arriba hacia abajo, la mujer se encontraba con ropa ancha de dormir, además era de hombre y para rematar se encontraba descalza y no parecía llevar nada de dinero.
Aria se vio los pies y la ropa, parecía una locura el querer salir de esa forma, pero no se le ocurría nada más en ese momento.
- ¿Quiere que la ayude? – le dice en tono amable
- ¿Puede hacerlo? – le dice Aria
- NO, no puede – le dice una voz a espaldas de Aria
- ¿Por qué? – dice Ethan al hombre
- ¿Quieres sufrir la ira de Liam? - le dice el hombre
Aria se voltea y mira al hombre
- Hola, nos volvemos a ver – le dice sonriéndole de forma descarada.
En ese momento Aria entendió porque el rostro de Ethan le había parecido haberlo visto en otro sitio. Aquel hombre era idéntico a él y, además, también era el que irrumpió en la oficina de Liam dándole la oportunidad de escapar.
- Pareces haber visto un espanto – le dice el hombre riendo – Soy Cyrus, y como puedes ver, este tipo y yo somos gemelos – dice haciendo un ademan para señalar a Ethan.
Era como ver las dos caras de una misma moneda, Ethan era un hombre tranquilo, apacible y amable. Mientras que Cyrus, era descarado, malicioso, calculador y con muy poca empatía. Dos seres tan iguales externamente, pero totalmente diferentes en el interior.
- Así que, al final Liam si fue quien la marco – dice Cyrus acercándose a Aria – es extraño ver a una Omega impregnada por ese tipo – dice riendo de forma maliciosa.
Aria daba pasos hacia atrás hasta quedar contra la pared.
- ¿Qué habrá visto en ti? – le dice atrapándola interponiéndose con sus manos en la pared
- ¿Quién dijo sobre la ira de Liam? – le dice Ethan
- A mí no me importa eso – dice riendo – además, quiero saber si es verdad la sensación de rechazo al probar un Omega marcado – se acerca a Aria y esta no tenía lugar al cual escapar, el hombre la superaba en fuerza y tamaño.
En ese momento, Aria comenzó a sentir el aroma de las feromonas de Liam. Lo siguiente que sucedió fue tan rápido que casi no le dio tiempo de reaccionar.
Liam tomó a Cyrus por el cuello de la camisa, obligándolo a separarse de Aria, después se escuchó el fuerte golpe de la espalda de Cyrus pegando de la pared, sumado a eso, el quejido del hombre al recibir un puñetazo en el estómago por parte de Liam, quien lo alzaba con una mano apretando su cuello.