Dilata reencarna en su primera vida, con recuerdos de la segunda. Hará de todo para poder tener una mejor vida y ser feliz junto a su hijo.
NovelToon tiene autorización de Lotus JD para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Plan de construcción 1.
Despierto un poco desorientada, miró alrededor para ver mi ropa tirada en el piso junto con ropas de hombre.
Siento un peso en mi cintura, de a poco me doy vuelta para ver el hermoso rostro de Raymond, con suavidad paso mis dedos por su mejilla.
Después de estar un rato contemplandolo me levanto con cuidado para que no se despierte, necesito pensar en todo lo que sucedió.
Salgo de la habitación sin hacer ruido para ir a la mía y tomar una ducha.
Pronto tiene que ser la hora de la cena, lo que me hace pensar que hemos dormido mucho, lo bueno es que mis hijos tienen una nana que los cuida por la tarde.
Ya en la ducha pienso en todo lo que me hizo sentir Raymond y todo fue maravilloso.
Es un hombre serio y de pocas palabras, pero a mi me trato como la más delicada de las flores, me acarició con tanto cuidado y cariño, que las lágrimas estuvieron a punto de salir de mis ojos, me dijo tantas cosas bonitas, lo mejor de todo fue que al final me abrazo y acaricio mi cabello hasta que me quede dormida.
Estoy terminando de vestirme cuando suenan unos golpes en la puerta.
–Señora la cena está lista.
–Ya voy.
Termino de arreglarme y salgo de la habitación.
Al entrar estaban mis hijos y el Archiduque en sus lugares.
–Buenas noches.
–Buenas noches mami.
–Buenas noches Condesa.
Me siento en la cabecera de la mesa y los empleados comienzan a servir la comida.
–Espero todo sea de su agrado su Gracia.
–Todo está muy bueno.
El resto de la cena conversamos de diversas cosas, también escuchamos a Drystan contarnos de su día.
Al finalizar la cena mis hijos se van con la nana y yo me dirijo a mi oficina para terminar los planos de una plaza con juegos infantiles que tengo planeado hacer en el pueblo, cada vez que voy al pueblo veo a los niños jugando por las calles con cosas creadas por ellos mismos, por lo que me he planteado durante mucho tiempo este proyecto, lo he estado aplazando por los trabajos que tuve en la capital, pero llegó el momento de ponerse manos a la obra.
–¿Se arrepiente?
Pego un pequeño salto del susto que me provoca escuchar la voz de Raymond al creer que estaba sola.
–No entiendo de lo que me habla.
Abrí la puerta y lo invité a pasar.
–Se fue sin decirme nada luego de lo que hicimos ¿Se arrepiente?
–No lo hago, tenía que prepararme para la cena y estaba un poco avergonzada.
–¿Se avergüenza de lo que pasó?
–Tampoco, pero yo nunca había hecho algo así. No con otro hombre siendo una mujer casada.
–¿Planea seguir casada?
–Claramente quiero acabar con ese matrimonio, pero al mismo tiempo tengo miedo de lo que pueda hacer ese hombre.
Sin esperarlo el Archiduque se acerca para abrazarme, aún no lo entiendo por completo pero en sus brazos me siento segura y me hacen creer que nada pasará.
–Te ayudaré, lo prometo y nada les pasará.
–No quiero ser una molestia para usted.
–Ni tú ni tus hijos serán una molestia jamás.
Raymond sujeta mi cara con sus manos con dulzura, me mira fijamente a los ojos.
–No se que sucede conmigo, pero lo que me haces sentir no es normal, nunca la había sentido, pero tengo la necesidad de protegerte al igual que a los niños, no quiero que nada les pase.
–Archiduque…
–Dime Raymond.
–Raymond…
No termino de hablar cuando siento sus labios cubrir los míos, con mis brazos agarró su ropa en la cintura, de inmediato siento un hormigueo recorrer mi cuerpo. Levantó mis brazos para rodear su cuello y acercar más su rostro al mío, él coloca sus manos en mi cintura acercando nuestros cuerpos hasta que ya no puede pasar ni un poco de aire entre nosotros.
Caminamos hasta que llegamos al escritorio y con una mano muevo las cosas que allí había para sentarme, Raymond se acomoda entre mis piernas y sus manos levantaron mi vestido para posar sus manos en mis muslos.
Este hombre me vuelve loca.
Con un poco de desesperación comienzo a sacar su ropa hasta dejarlo desnudo de la parte superior, me separo un poco para apreciarlo bien mientras con mis manos acaricio su pecho, lo miró un segundo antes de comenzar a repartir besos en su cuello y pecho.
Siento como aprieta mi cintura y suelta unos pequeños gemidos.
Levantó la cabeza para mirarlo a los ojos, me regala una sonrisa antes de volver a besarme, comienza a besarme en la mejilla para ir bajando hasta mi cuello.
Es una sensación tan placentera que no puedo evitar soltar gemidos de placer.
Me baja del escritorio para darme la vuelta y bajar la cremallera de mi vestido dejando besos a su paso.
Me vuelve a dar la vuelta y subirme al escritorio, veo cómo desabrocha su pantalón para bajarlo mostrando su virilidad.
Me recuesta en el escritorio mientras me acaricia y besa.
Con su boca llega a mis partes íntimas y las comienza a besar, pasa su lengua por mis labios menores hasta llegar al clitor*s, arqueo la espalda por el placer que me está dando, los jadeos y suspiros llenan la habitación. Siento un estremecimiento recorrer mi cuerpo cuando llego al clímax.
Raymond se pone de pie y coloca su mi*mbro en mi entrada.
–Eres hermosa Dilara.
Me siento un poco para rodear su cuello con mis brazos y poder besarle, de un empujón entra en mi. Suelto un gemido fuerte por las sensaciones que me hace sentir, me tomó de la cintura para comenzar a moverse.
Con cada segundo la pasión sube y las estocadas de Raymond son más rápidas y fuertes, cosa que me hace gemir más fuerte, el escritorio en el que estoy sentada se sacude un poco tirando algunos papeles al piso.
Vuelvo a sentir la llegada del orgasmo, me abrazo fuerte a la espalda de Raymond. Él apoya su cabeza en mi hombro soltando gemidos al llegar al clímax también.
no se arrepiente solo es su marido el dilema debería acabar con esa farsa ya que tiene apoyo así no va sola no le hará nada y este Raymond de todo por ella ya que puede ser que pronto haya bebe a bordo