Lina es una mujer de 30 años, ella muere en un atentado después de su divorcio y enterarse de algunas cosas, sin embargo, ella transmigra a un mundo antiguo, donde la dueña anterior de su cuerpo es una concubina de bajo rango, muy jovencita y terriblemente tímida, ella es acosada dúrate toda su estadía en palacio y su final es aún más macabro, Lina quien ahora es Tomara, debe sobrevivir y cambian su terrorífico destino, pero las trampas la rodean y acorralan.
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Cap. 23 Esto es un malentendido
Mora se levantó de su asiento y con una mirada amenazante se acercó a Mirko el marqués vence levantó la mano y…
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Cayó una tremenda bofetada dejándolo totalmente libido, todos se sorprendieron y algunos retrocedieron un poco, no es poco el mal carácter de la emperatriz madre, ya la han conocido antes y saben que ella es despiadada.
Tamara se sobresaltó de inmediato, aunque quería matarse de risa, solamente pudo poner su mano delicadamente en su pecho y poner una cara de asombro, sin embargo, Liliana estaba tan tranquila como agua de pozo, nada la conmovía, era de esperarse que Mora reaccione así ante lo que había pasado con Tamara en esa época, sin embargo, Jocelyn, la marquesa de Benz se acercó y se arrodilló ante Mora para poder calmar la situación.
—Emperatriz madre, por favor, déjeme explicarle, esto es un malentendido, yo… —Jocelyn trató de hablar y apaciguar.
Todos inmediatamente se arrodillaron temerosos de las represalias de la emperatriz madre, sin embargo, Mora miró a Jocelyn, la marquesa con altivez y una cara de burla, esa mujer realmente creyó que se iba a salir con la suya. Levantó la mano y le acertó una tremenda afectada haciendo que la mujer termine de desvanecerse en el suelo y escupió un bocado de sangre, le había roto la boca literalmente.
Las hijas de los marqueses inmediatamente se pusieron a llorar, era un hecho de que mora era una mujer que no tenía piedad y es una de las razones por las cuales el emperador hasta ahora no puede tomar decisiones importantes sin contar con su aprobación.
Tamara, por otro lado, levantaba las cejas asombrada, la emperatriz madre realmente tenía mucho poder, esa gente, ahí mismo, prácticamente se estaban desmayando del miedo.
Los sirvientes, aparte de arrodillarse, retrocedieron notablemente, ellos habían sido encargados de lastimar a Tamara durante todo ese tiempo, por lo cual estaban ya viendo frente a sus ojos una posible muerte de lo más dolorosa.
Liliana, por otro lado, se acercó a Mora y la tomó del brazo con cariño y le dio golpecitos en la espalda como una hija amorosa.
—Emperatriz madre, cálmese por favor, estoy segura de que los marqueses tienen una muy buena explicación sobre este tema —dijo Liliana llevando nuevamente a Mora hacia su asiento, consolándola y consintiéndola con cariño.
Los marqueses temblaban y Jocelyn no sabía exactamente cómo sobrellevar esta situación, era obvio el favoritismo que tiene Mora hacia Tamara, pero lo que escucharon de Mora después los dejó petrificados
—Oh, que mal, que mal, Mirko, realmente no esperaba que seas tan despiadado con tu propia hija, ¿acaso has olvidado que Lavinia es una sobrina segunda de mi familia? ¿Olvidaste los antecedentes familiares de la mujer que traicionaste?
—No puedo creer que seas una persona con tan poca moral. Nunca me imaginé que hagas algo tan despreciable contra ella, bueno, ¿qué puedo esperar de ti después de lo que hiciste con mi pobre sobrina? No tengo nada más que decir, sus padres fallecieron en las garras de esta podredumbre que llamas familia y esas bastardas que exhibes como si fueran hijas legítimas y señoritas virtuosas, no son nada más que unas hijas ilegítimas que nacieron fuera del matrimonio, que ahora les hayas puesto moños y rosones para disimular, no significa que sean mejores que mi Tamara.
—Quiero dejarte algo en claro, todo lo que está aquí es de Tamara. Tú lo sabes muy bien, la sangre de los marqueses corre por sus venas, el resto solo son advenedizos al igual que tú, un pobre hijo de comendador que se atreve a levantar la cabeza y a querer humillar a la verdadera familia Benz, tú, un pobre yerno mantenido, solo eso fuiste y da gracias al cielo que yo estaba muy ocupada en esa época que no pude defender a Lavinia en su momento, pero esta vez, ¿adivina qué estimado Mirko? Estoy con mucho tiempo libre y esto me lo voy a cobrar —casi gruñó la emperatriz madre mientras lo decía.
Mora se puso de pie e inmediatamente sacó un edicto imperial haciendo que todos se queden paralizados e inmediatamente se pongan alertas.
—Por orden del emperador, se ha designado a lady Tamara Benz, única hija y heredera del marquesado Benz, como prometida del segundo príncipe, Darko Tous, Comandante general del ejército imperial, espada y escudo del imperio.
Mora, después de decir eso, entregó el edicto a Mirko quien todavía temblaba por la situación que acababan de pasar.
Tamara, por otro lado, se puso de pie y se acercó a la marquesa mientras ambos levantaron sus miradas para ver los ojos feroces de la niña.
—Padre, hoy solo quiero darte un aviso y un anuncio, en cuanto me case, quiero que salgas de mi casa, de mi marquesado, de mi propiedad inmediatamente, no te quiero ver a ti, ni a esta cualquiera que trajiste para reemplazar a mi madre, ni a las zorras de tus hijas, no quiero a nadie que tú aprecies delante de mí, espero que me estés entendiendo, de lo contrario, no creo que mi esposo sea piadoso como yo, sabes lo que dicen de él ¿verdad? —dijo Tamara entre cerrando los ojos de una forma amenazante.
Mirko bajó la cabeza y temblaba de ira, odio y resentimiento, no podía creer que después de todo lo que había hecho, sea una mocosa de 16 años quien lo termine derribando de semejante manera.
Lola, quien se encontraba a un costado, miraba la situación con expectativa y preocupación, era claro que las cosas estaban poniendo mal para su familia, sin embargo, cuando Tamara pasó por su lado para retirarse, estiró su mano y acarició su pequeña cabecita, si hay algo que Tamara iba a hacer, era arrebatarles a Lola.
La madre de Lola es la segunda concubina, entro por recomendación y para bajar aún más el estatus de Lavinia degradándola en la tercera concubina, pero la mujer no se la pasaba bien en el marquesado, sin embargo, Lola era bien tratada por su padre, ya que era una niña muy linda y despierta, pero si hay algo que está segura Tamara, es que al Márquez le dolería mucho perder a esa niña.