La Venganza De La Esposa Traicionada

Ellos con una mirada discreta, se hicieron señas y los dos pidieron permiso para irse, alegando que tenían que ir a la empresa a trabajar.

Sin más, salen de allí en silencio y se van al carro de Ricardo para hablar del tema.

—¿Qué se supone que haremos si esa mujer toma su puesto en la empresa?— pregunta Alicia con preocupación.

—Ella no puede quitarme mi puesto, no ahora que estoy a un paso de hacerme poderoso dentro de la empresa — dice él con molestia.

—No sé qué haremos, Pero ella no puede volver a la empresa, todo el mundo menos el viejo Ayala sabe que tú y yo somos amantes, sería una tragedia que ella se entere de que tú y yo desde hace años nos entendemos— dice está con preocupación.

—Fernanda es muy tonta para darse cuenta de eso, nadie en la empresa se atreve a ser tan idiota, como para irse en mi contra, nadie quiere perder su trabajo — le dice dicho hombre muy confiado de sus palabras.

Acto seguido, pone en marcha su vehículo y los dos infelices se van de allí con dirección a la empresa principal.

En la habitación en donde está Fernanda, ella sostiene una conversación con su papá, quien estaba sentado en la cama al lado de su hija.

—Padre, quiero decirte algo, pero tienes que prometerme no decir, o hacer nada— dice ella y su padre se preocupa.

—¿Qué está pasando hija, me está preocupando? Soy tu padre, puedes confiar en mí— dice el mayor y ella al ver su semblante nota que dicho hombre es de confianza.

Por lo que fue directo al grano.

—Ricardo tiene una amante desde hace años, es Alicia su secretaria y mi supuesta amiga, ambos me han visto la cara de idiota todos estos años— dice ella y su padre quien estaba en la cama sentado, se levanta de dicha cama y maldice a ese par de amantes desvergonzados.

—Gusano infeliz, ¿cómo se atreve a tener de amante a una desvergonzada como esa mujer?, deja que le dé un balazo en la cabeza, así te quedas viuda y te ahorras el divorcio— dice el hombre muy enojado y ella se levanta de la cama y al hacerlo se marea, su padre va a su encuentro y la sostiene antes de que se caiga al piso y se dé un golpe.

—Prometiste que no harás nada, quiero desenmascarar a ese par de infelices, me voy a vengar, no puedes intervenir— dice ella con desprecio y su padre aunque no muy convencido decide ayudarle.

—¿Qué puedo hacer por ti, dime en qué este viejo puede ayudar?— pregunta él y Fernanda sonríe con malicia.

—Padre, solo quiero que te cuides mucho, vete de la ciudad si es posible, tengo planes de acabar con ese par, y no quiero que nada te pase— dice ella y su padre la mira con pena.

—Hija, no te metas en problemas por culpa de personas como esas, no vale la pena, eres lo más valioso que tengo en la vida, y debes de cuidarte— le pide su padre y ella lo reconforta.

—Tranquilo papá, no me meteré en problemas, ellos son los que no van a encontrar donde meter la cabeza — le asegura ella.

—Bueno, voy a confiar en ti, me iré del país después del aniversario de la empresa ¿me gustaría saber qué hará con ese par de zopencos?— le pregunta su padre con cierta burla y ella sonríe también.

Ella le fue relatando su plan y el hombre estaba divertido por la imaginación de su hija, no sabía que ella fuera toda una villana.

Padre e hija hablaron por largo rato, hasta que llegó un doctor para avisarle que ya se puede ir, el ama de llaves venía con el doctor, y tenía lágrimas en los ojos.

Al parecer fue ella quien llamó la ambulancia y vino con Fernanda para estar a su lado.

El doctor tenía un informe médico detallado en las manos, y le decía que el golpe aunque fue fuerte, no causó más que una herida leve, la cual en unos días estará curada.

Fernanda y su padre agradecen al doctor, quien también le dio el alta a la paciente.

Por lo que con ayuda de su padre y el ama de llaves, Fernanda se preparó para irse.

Ellos con delicadeza toman cada uno una mano de Fernanda, como si ella se fuera a desvanecer.

Fernanda no dijo nada, y solo se dejó guiar por dónde ellos querían llevarla.

Al poco tiempo, todos llegaron fuera del hospital y un auto elegante y otros tantos la esperaban, esos eran los guardias del señor Ayala.

La puerta fue abierta por el padre de Fernanda, quien se mantenía en silencio mirando todo.

Ni en sus sueños más salvajes llegaría a pensar que viviría en un mundo lleno de cosas tan diferentes, dónde la tecnología está en todas partes.

Ya no existían los carruajes tirados por caballos, y en su lugar estaba algo que se llama autos moviles.

Lo más sorprendente de todos es, que no necesitan la magia para nada, ya que hasta usan unos pequeños aparatos para comunicarse en ellos y hacer muchas funciones, esos aparatos son llamados teléfono.

Por suerte tiene los recuerdos de la memoria de ese cuerpo, o no sabría cómo sobrevivir en ese mundo tan diferente.

**

Al poco tiempo el auto se puso en movimiento, y comenzó a avanzar por las calles.

Con discreción Fernanda miraba todo, y se sorprende en su interior por lo diferente que se ve ese nuevo mundo.

Casi no se ve vegetación, y las calles estaban bien cuidadas. Se puede ver además, muchas edificaciones y eso la emociona.

Cuando por fin llegaron a donde se quedaría Fernanda, su padre en persona le abre la puerta y ella se baja con normalidad, ella conoce el lugar, porque en ese lugar es que tiene más recuerdos de los últimos días de vida de aquella chica.

Algunos sirvientes salieron a recibir a los recién llegados, y todos estaban preocupados, parece ser que ella era muy querida por todos allí.

Lástima que terminara de una forma tan desafortunada.