El vampiro más tenebroso de todos los tiempos busca regresar.
Su única oportunidad es un corazón puro que posee una chica, la misma de la que su hijo se enamoró...
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Capitulo 17. INTRANQUILO
Historia desarrollada en la escuela de los Santos.
Airet estaba muy inquieto. Durante todo el día no pudo recobrar su tranquilidad que había perdido cuando corrió de manera grosera a Eliz. Se sentía cada vez más extraño en su compañía, quería estar con ella y eso le golpeaba aún más su orgullo.
La miró a cada minuto de las clases. Por primera vez no puso atención ni en su materia favorita que era la historia.
Sus pensamientos estaban enfocados en la chica que le ponía loca la mente.
Ella se había sentado dos filas adelante y en ningún momento miró atrás. Consideró que era mejor así.
El vampiro no resistió más y decidió lanzarle un papel. Había estado pensando en que decirle y al final dijo lo que le nació.
"Perdóname por favor"
La chica recibió el papel, lo leyó y de nuevo lo hizo bolita. No volteó ni en esa circunstancia a verlo.
Airet miró con desesperación aquella acción, pensó que sería suficiente el haberse tragado su orgullo para hablar con ella pero no fue así.
Pasó el resto del día lamentándose y culpandose por aquello, pero al final su orgullo ganó y no le dijo nada más.
Al final del día Airet quería tomar rumbo a su casa pero se cruzó a Eliz justo en el pasillo que conducía a la salida.
Ella no estaba sola, Darinka la acompañaba.
El joven las miró reír y el remordimiento regresó. Deseoso por recuperar su conexión, se dirigió a ellas caminando lentamente.
—¿Leíste el papel que te envié?—Le preguntó con voz tímida.
Eliz se sorprendió al verlo ahí pero se halago porque le hablara.
—Si, lo leí...
—¿Por qué no me respondiste?—Insistió acercándose más.
—Solo decía "Perdóname" No había una pregunta que responder.
Eliz se está a divirtiendo en aquel juego con su compañero. Disfrutaba verlo intentando hablar con ella, en verdad le daba mucho gusto.
—Pudiste decir un si o un no...
—No tengo nada que perdonarte.—Le respondió mirándolo a los ojos.—Todos tenemos malos ratos. No pasa nada
Eliz le mostró una gran sonrisa cuando lo miró. Esa combinación era muy poderosa, el vampiro podía quedarse sumergido en ella por varios días. Estaba muy atrapado.
—Venga par de tortolos.—Interrumpió Darinka al ver la escena.—Si se gustan solo tienen que decirlo.
Ambos se sonrojaron al escuchar eso. Les había sorprendido el comentario aunque ninguno negó lo que se les acusaba.
Tampoco tuvieron el valor de mirarse a los ojos, solo se dejaron llevar por el momento mágico.
Dicho momento no duró mucho. Mientras ellos dos miraban al suelo y al cielo respectivamente, un suceso estaba llamando la atención de todos.
En la entrada de la escuela había varios hombres vestidos de negros que estaban entrando a la fuerza. Se enfocaban en las chicas, las forzaban a enseñar su rostro, estaban buscando a alguien.
—¿Qué les pasa a esos tipos?—Preguntó Darinka un poco asustada.
Airet y Eliz miraron para saber de qué se trataba. Ambos reconocieron a aquellos hombres aunque ninguno lo dijo en voz alta.
Los tres se quedaron viendo las acciones tan violentas de aquellos hombres. Darinka y Eliz comenzaron a retroceder al igual que muchos compañeros. Lo hicieron con la intención de entrar nuevamente a la escuela.
Airet no tenía miedo, sabía que eran hombres de su padre y que podía tener autoridad sobre ellos aunque no quería mostrarlo abiertamente.
Giró y vió que sus compañeras caminaban hacia atrás y las siguió con la intención de darles protección.
Los hombres de negro siguieron avanzando examinado los rostros de todas las chicas. Cuando alguna reunía las características físicas que buscaban las colocaban en un sector para preguntarles sus nombres y familiares. Estaban desesperados por encontrar a Eliz.
De pronto uno de ellos miró hacia donde ella intentaba refugiarse y la reconoció.
—¡Ahi está!—Gritó para que sus compañeros le escucharan.
Todos los hombres se centraron en ella y corrieron en su dirección.
Eliz jaló del brazo a su amiga para correr hacia adentro.
El vampiro las siguió pues no quería alejarse de ellas.
—¿Qué sucede?—Preguntó Darinka mientras corría de la mano con Eliz.
—Esos hombres son malos, quieren capturarme.
—¿Por qué?, ¿qué hiciste?
—Porque me escapé de mi antiguo hogar.—Le dijo muy agitada.—¿Recuerdas lo que te conté?
Darinka asintió con la cabeza.
Las dos jóvenes no dejaron de correr por el pasillo. Varios compañeros hacían lo mismo al darse cuenta de los invasores, asi que se generó un caos total.
Airet corría detrás de ellas, no las perdía de vista pero tampoco podía alcanzarlas.
Mientras lo hacía susurraba. "¿Qué están haciendo esos idiotas? En cuanto mi padre lo sepa, los castigará."
Eliz y Darinka corrieron hasta el final del pasillo mientras los maestros intentaban detener a los persecutores pero poco pudieron hacer.
Al final del pasillo solo se encontraban un par de salones y la dirección, decidieron correr a este último sitio pero la puerta estaba cerrada.
—¿Qué hacemos?—Preguntó Eliz desesperada.
—Tenemos que salir de aquí como de lugar.—Darinka levantó la cabeza para buscar opciones.
Después de meditar un poco ideó un plan. Tomó a su amiga de la mano y la jaló para correr a la parte central del pasillo para que llegar a un salón.
Lograron llegar y encerrarse mientras los hombres de negro luchaban por hacerse paso entre el caos.
—En este laboratorio hay una coladera que nos llevará a la parte de atrás de la escuela.— Dijo muy nerviosa.—Ahi podemos salir por la puerta trasera.
Eliz entendió el plan y comenzó a mover las sillas para que el espacio quedará libre. Necesitaban quitar la rejilla por la que los líquidos corrían hacia el drenaje. Estaba muy duro y lo intentaron con fuerza, mientras lo hacían, algo llamó su atención; alguien estaba intentando abrir la puerta del laboratorio y se asustaron al creer que eran los hombres de los que huían.
La puerta se abrió y Airet entró.
—¡Eres tú!—Gritó Darinka muy ansiosa.
—Si, la seguí hasta aquí.—Le respondió muy tranquilo.
—Ven aquí y ayudános a quitar esto.
El vampiro se acercó y con gran facilidad logró quitar la rejilla. Las chicas no tuvieron tiempo para sorprenderse, bajaron por ahí seguidas de Airet quien se veía molesto por hacerlo.
Después de unos minutos lograron salir a la parte trasera de la escuela tal y como Darinka lo había planeado.
Al hacerlo se dieron cuenta que había más hombres custodiando esa salida así que no pudieron seguir con es plan.
—Vamos a brincar esa cerca.—Sugirió Eliz señalando hacia la derecha.
—Pero esa reja nos lleva al manicomio.—Le respondió su amiga muy dudosa.
—¿Qué es eso del manicomio?—Preguntó la inocente Eliz.
—¡Un lugar donde hay locos!
—Creo que será mejor. —Dijo Eliz motivada.—Al menos lograremos escapar o alguien nos podrá ayudar.
Sin mucho tiempo para pensarlo, decidieron brincar la cerca para salir de la escuela y llegar a ese otro lugar.