Camila es obligada a casarse en lugar de su hermanastra, con un hombre que se encuentra en estado de coma. Acepta con el único fin de poder cubrir los costos médicos del tratamiento de su abuelo materno.
Pero...¿Qué pasará con ella y el contrato cuando su esposo despierte?
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Un agradecimiento
Luego de aquellos masajes y la huida de Camila, Adrián y ella no volvieron a cruzarse. Él había comenzado a ir a la empresa con mayor frecuencia, no cenaba en la casa, generalmente lo hacía con Jackson. Así que la muchacha estaba prácticamente sola todo el tiempo, además de leer los libros de rehabilitación, esperando que su esposo le diera la oportunidad de poner aquellos masajes en practica, además siguiendo el consejo de Jackson decidio retomar sus clases en la universidad, a la vez que había comenzado a ocuparse del bello jardín de la mansión, si bien era la esposa de Adrián, no quería que la gente pensara que era una inútil, buena para nada.
Pasaron dos días desde que ella había huido y tenía sus dudas con respecto a poder ayudar a su esposo. No se habían vuelto a ver absolutamente para nada, eso de alguna manera le afligía.
Adrián por su parte, mientras volvía a hacerse cargo de sus empresas, se ponía al día con todo lo que había ocurrido y estaba ocurriendo en cada una de ellas, pero siempre había una milésima de segundo en el que el recuerdo de Camila llegaba a su mente, robándole una sonrisa.
Cada una de esas noches él llegaba a la casa cuando todos estaban durmiendo, luego de su accidente y el tiempo que estuvo en coma tenía muchas cosas que resolver, así como también debía averiguar quien lo quería muerto. Para su mala suerte había noches en las que tenía sueños demasiado recurrentes en los cuales veía pequeños pantallazos de la noche en que todo ocurrió.
Precisamente se hallaba durmiendo cuando algunas imágenes comenzaron a llegar a sus sueños, eran imágenes para nada buenas, se veía a sí mismo con la cabeza sobre el volante del coche, inconsciente y ensangrentado. Despertó sobresaltado, intentó volver a dormir y como le fue imposible conciliar nuevamente el sueño se levantó de la cama, se sentó en su silla de ruedas y se dirigió a la cocina en busca de un vaso de leche tibia para beber. De camino paso frente a la puerta de la habitación de Camila, vio la puerta entre abierta, se acercó empujándola suavemente y notó que la muchacha no estaba allí.
-¿Dónde podrá estar a esta hora?- se preguntó al ver la cama vacía y bien ordenada.
Continuó su camino hacia la cocina, cuando iba pasando por la sala, su atención fue a parar hacia el enorme sofá. Allí recostada y dormida se encontraba Camila, sosteniendo sobre su pecho uno de los libros que estaba leyendo.
-¿Se desveló leyendo esto?- pensó Adrián mientras se acercaba a ella, detuvo el andar de la silla de ruedas y con mucho cuidado se puso de pie.
Se acercó a la joven, tomó el libro, lo observó, luego buscó una manta, la colocó sobre el cuerpo de la muchacha, la observó detenidamente, sus pestañas espesas, sus cejas perfiladas, su cabello tan llamativo, parecía un ángel. Emitió un leve suspiro para luego dejándose llevar por la tentación le dejó un beso sobre la frente. Luego regresó a la habitación, sin ganas de llegar a la cocina por la leche.
Se tiró en la cama, llevó sus manos a la cabeza y comenzó a pensar y recordar. El hecho de que pudiera caminar y lo ocultara era solamente para evitar otro atentado en su contra y para que quien fuera su detractor no se sintiera amenazado. Finalmente, luego de un buen rato de pensar se durmió, no sin antes reconocer que no le importaría dormir hasta tarde pues al día siguiente no debía de trabajar.
Adrián se hallaba dormido, cuando se despertó sobresaltado una vez más. Pudo distinguir los rayos del sol introduciéndose por la ventana, y quedó absolutamente sorprendido al ver a Camila sentada a los pies de su cama
-Lo siento, ¿te desperté?-decía mientras le masajeaba las piernas siguiendo los consejos de su libro- Es que como sé que no tienes sensibilidad aquí y no quería despertarte- Leí por ahí que si haces masajes...
-Buenos días, mi bella esposa- dijo Adrián interrumpiendo las palabras de la joven, mientras se ha enderezado sobre sus codos-
-"¿Acaso me dijo esposa?", pensó Camila algo incómoda-" debes estar de buenas"- volvió a pensar arqueando una ceja y observándolo con cierta incredulidad.
- Como mi bella esposa que eres- le dijo Adrián-¿Por qué no me ayudas a vestirme?- le pidió sorprendiéndola con su pedido.
-Esteee...yo...yo no sé como- balbuceó ella con nerviosismo.
-¿No sabes cómo?- indagó él- ¿o no quieres?
Ella lo observó sin saber qué decir.
- Entonces si no sabes, creo que vas a aprender hoy- agregó lleno de autosuficiencia-¿Sí?- dijo acercando su torso más cerca de Camila, ella por instinto también se acercó, él hizo el ademán de quitarse la playera que llevaba puesta y al hacerlo ella comprendió lo que su esposo quería decir y sin demorarse lo ayudó a quitársela. Le indico donde se hallaba su ropa, Camila se levantó y fue por ella, volvió a sentarse a un lado de él, tomó la camisa pasó uno de sus brazos por detrás de la espalda masculina luego la muchacha pasó el otro brazo para poder tomar la prenda. Se estaba dedicando de lleno a hacerlo sintiendo que su pobre corazón no aguantaría los latidos desenfrenado que estaba emitiendo cuando el movimiento de Adrián la desconcertó al ser sujetada por él.
-¿Hice algo mal?- preguntó Camila con temor y contrario a lo que ella pudiera esperar y sin previo aviso Adrián le dio un suave pero urgido jalón hasta tenerla sentada sobre su regazo.
La muchacha emitió un pequeño jadeo de sorpresa al encontrarse en aquella posición, y cuando estaba a punto de preguntarle al hombre por qué hacía aquello, este la sorprendió apoderándose de sus labios en un beso lleno de ansiedad y necesidad por parte de ambos.
Al finalizar aquel beso, la muchacha se quedó observándolo sin entender la razón para el beso.
-Solo agradezco lo que hiciste- le dijo él una vez que cortó el beso, ella tenía sus manos sobre el pecho de Adrián, agachó la cabeza llena de vergüenza, entonces Adrián le tomó el mentón alzándole el rostro mientras sus ojos iban de los labios a los ojos de Camila.
FELICIDADES. ASTA LA PROXIMA.