Rey Clifford, un joven maestro que una vez fue desterrado de su familia, vivió como un vagabundo hasta que el destino lo llevó a convertirse en parte del ejército.
¿Quién habría pensado que en el ejército su destino cambiaría drásticamente? De ser inepto en el uso de armas, pasó a convertirse en el dios de la guerra más joven de su país.
Terminada la guerra, regresó de la frontera y aquí comienza su historia.
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Capítulo 12
...Capítulo 12...
Su suposición estaba muy lejos de lo que pensaban. Ahora, había remordimiento en sus corazones por haber tomado una decisión demasiado apresurada.
"Sr. Baskara", dijo uno de ellos, como descargando todo sobre el hombre. Porque estaban seguros de que el Sr. Baskara aún debía tener un as bajo la manga como último recurso.
"Joven amo. ¿Está seguro de que quiere despedirnos? ¿Por qué no le pregunta primero al director financiero si la empresa tiene fondos suficientes para pagar nuestros salarios y prestaciones por despido?", preguntó el Sr. Baskara con una sonrisa. No le preocupaba demasiado la amenaza de Rey. Todavía confiaba en que no lo despedirían fácilmente, dado lo grande que era su influencia en la empresa.
Al oír las palabras del Sr. Baskara, Rey dirigió su mirada al director financiero, que en ese momento parecía haber cometido un error.
Comprendiendo la mirada, el director financiero, con el corazón en un puño, le contó a Rey la situación financiera actual de la empresa. Para él, era cierto que la empresa tenía un valor de mercado de miles de millones de dólares. Pero eso era en su conjunto, con diferentes formas. Por ejemplo, de los activos y propiedades que poseía la empresa. Que una empresa tuviera un patrimonio de diez mil millones no significaba que todo fuera dinero en efectivo. Era el valor del conjunto de la empresa. De hecho, una empresa con un valor de mercado de cinco mil millones de dólares no necesariamente podía desembolsar quinientos millones de dólares de una sola vez. Si pudiera, la empresa quedaría paralizada porque sus operaciones se verían afectadas. ¿Cómo se puede hacer funcionar una empresa cuando los fondos están congelados?
"¿Así que eso es todo?", dijo Rey, escuchando a medias la explicación del director financiero. Entonces se metió la mano en el bolsillo, sacó una tarjeta negra al azar y la tiró sobre la mesa. "Usa esta tarjeta. Te doy dos horas para que resuelvas este asunto. Si no, también puedes hacer las maletas y dejar esta empresa. No necesito a gente incompetente, prefiero la calidad a la cantidad."
"Sí..., sí, joven amo", dijo el director financiero. Cogió la tarjeta y salió de la sala de reuniones para ocuparse de transferir una suma de dinero a la cuenta de la empresa para pagar los salarios y las indemnizaciones de los directivos despedidos por su jefe.
"Joven amo. ¿Está seguro de que quiere despedirnos a todos los que estamos aquí?", preguntó el Sr. Baskara con la misma sonrisa de siempre. Es decir, una sonrisa llena de confianza en sí mismo.
Rey no quería seguir hablando. Estaba harto de ver a esos gusanos. Por lo tanto, dijo directamente. "Si todavía tienes un as bajo la manga que no has sacado, será mejor que lo saques antes de que sea demasiado tarde. No me gusta decir demasiadas tonterías sin sentido."
"Muy bien. Si quieres despedirme, hay una cosa que debes tener en cuenta. Yo, Baskara, no trabajo aquí sin un propósito. Si fuera tan fácil despedirme, es probable que el Sr. Marlon ya me hubiera despedido hace tiempo. ¿Sabes que más de la mitad de los empleados de esta empresa están bajo mi protección? Desde el departamento de marketing, el departamento de relaciones, el departamento de publicidad, hasta el departamento que se ocupa de la inversión y los préstamos están bajo mi jurisdicción. Una cosa que puedo decir es que la empresa quedará totalmente paralizada si se me despide. Todos los empleados que están bajo mi jurisdicción dimitirán masivamente al saber que ya no trabajo en esta empresa como su superior. Imagínate que la empresa estuviera paralizada durante unos meses porque no funcionara. ¿A cuánto ascenderían las pérdidas de la empresa? ¿No has pensado en eso, joven y sabio amo? Por poner un ejemplo. Si el empleado que ha firmado un acuerdo de cooperación con otra empresa dimite, sin ese empleado, ¿cómo vas a seguir cooperando? Ni siquiera sabes con quién firmó el contrato. Y una cosa más, algunas empresas que tienen deudas con Sky Provider, ¿cómo vas a saber qué empresas tienen deudas con Sky Provider si no es por la persona que dimite? Por lo tanto, ¿estás seguro de que puedes permitirte sufrir pérdidas despidiéndome?"
El Sr. Baskara parecía muy engreído con sus palabras. Era su as bajo la manga, del que siempre había dependido. De hecho, era también por esa razón por la que el Sr. Marlon no se atrevía a despedir al Sr. Baskara a pesar de las muchas infracciones que había cometido. Pero esta vez se había equivocado al comparar al loco de Rey con el Sr. Marlon. Porque el dinero para Rey no era más que un número y la existencia o no de Sky Provider no le afectaba en absoluto. Si no fuera por su difunto abuelo, ni siquiera se habría fijado en Sky Provider.
"¿Has terminado de parlotear?", preguntó Rey, haciendo que la sonrisa del Sr. Baskara se desvaneciera.
Pensaba que las palabras que había pronunciado influirían en la decisión de Rey. Pero todo estaba muy lejos de lo que esperaba. Rey no se vio afectado en absoluto. Esto hizo que se sintiera un poco incómodo.
"Debes de estar bromeando. No podrías soportar las pérdidas si te atrevieras a despedirme".
"Oh..., ¿de verdad? Entonces, veamos quién sigue tus pasos", se burló Rey. Luego pidió al Sr. Marlon que reuniera a todo el personal de la empresa para celebrar una junta general. Incluso los guardias de seguridad y los aparcacoches asistieron a la junta general, sin excepción.
Se actuó con rapidez. Y en poco tiempo, todos los empleados de la empresa estaban reunidos en la azotea del edificio de oficinas. Se les agrupó por departamentos.
Tanto Rey como el Sr. Marlon estaban en primera fila, cada uno con un megáfono en la mano.
Era la primera vez que se celebraba una reunión de este tipo, en la que participaban todos los niveles de empleados. Podían ver las caras de sus jefes de cerca.
"Atención, todos. Dejen de cuchichear y cotillear entre ustedes. Estamos en una reunión, no en una lonja de pescado. Porque esta reunión va a determinar el futuro de todos ustedes que trabajan en Sky Provider. Con esto, doy paso al propietario de la empresa para que pronuncie su discurso", dijo el Sr. Marlon, haciendo que la atmósfera, que antes parecía una lonja de pescado, se volviera silenciosa.
Las miradas de todos los empleados se dirigieron en una sola dirección: a Rey Clifford. Si no estuvieran allí, jurarían que no creerían que Rey, tan modesto, era el dueño del gigante empresarial llamado Sky Provider.
Rey dio tres pasos al frente y acercó el micrófono a sus labios. "Buenos días a todo el personal y a todos los empleados de los distintos departamentos que no puedo nombrar uno por uno", dijo Rey, que fue recibido inmediatamente con un murmullo de todos los empleados presentes en la reunión.
"¡Buenos días, joven amo!", dijeron al unísono.
Unos días antes, el Sr. Marlon había hablado de Rey como el joven amo Clifford y de que asumiría el liderazgo de la empresa a partir de ese día. Por lo tanto, todos los empleados ya podían adivinar quién era el joven que tenían delante. Por eso se referían a él al unísono como el joven amo.
