Del Odio Al Amor

Cristián

— Eres mi esposa.

— De contrato, no soy Real, no soy nada, así que déjame en paz y déjame con él.

Que haya dicho eso hace que mi furia solo aumente más.

— ¡Tú eres mía quieras o no, lo eres y…! No termino cuando Patrick se mete.

— Ella es mía y lo será de verdad una vez te divorcies de ella, dice Patrick.

— Idiota le grito, tirándolo de un puñetazo.

— Basto Cristián, no hagas un escándalo que pueda aparecer en la prensa. Habla Charlotte.

— Hazle caso a tu amante y lárgate de aquí, grita Emma.

— Ella no es...No termino de hablar cuando siento un bofetón.

— Claro que lo es, duermes con ella y tienes el descaro de salir con ella y a mí me reclamas, que patético eres.

— La sujeto del brazo, ella no es nadie, en cambio, tu, tu eres mi esposa.

— Entiende de una maldita ve, que no soy tu esposa, no soy nadie.

— Tienes razón Emma, él se acuesta con Charlotte, dice Patrick.

Charlotte lo ve con cara de te quiero matar.

— Ya ves, por qué me haces a mí un show cuando yo aún no duermo con Patrick y tú traes a tus amantes a comer y luego que ibas a hacer, llevarla a casa o a tu departamento de soltero, dime si me equivoco.

— No quieras justificar nada estando con este idiota.

— Pues este idiota me hace sentir bien y me gusta.

La veo a los ojos y esa mirada gris con verde que no me saco de la cabeza hace que todo en mí Arda por dentro, siento enojo odio e ira, todo en mí colapsa.

— La tomo del brazo, nos vamos.

— Yo no iré a ningún lado contigo.

— Suelta grita Patrick o si no...

— O si no que, me le lanzo tirándole dos puñetazos.

— Cristián, me sujeta Charlotte.

Llegan los guardias del restaurante, les voy a pedir que se calmen o si no tendré que llamar a la policía.

— Cristián, para que no es bueno que aparezcas en primera plana.

— Te vas conmigo o me importará un carajo la prensa y le parto la cara a tu noviecito.

Patrick me da dos golpes desprevenido y me le voy encima con otros dos más, cuando...

— Para, me iré contigo, pero déjalo, no quiero aparecer en la prensa, tú me importa una mi***a, pero yo no deseo salir en primera plana.

Me levanto, cuando los de seguridad llegan, ya tranquilos no llamen a nadie, ya nos vamos.

Escucho a lo lejos que Charlotte le da dinero a los del restaurante, todo esto que no salga de aquí, mientras yo voy detrás de Emma, Espero, ven para acá Emma.

Pero me ignora y sigue caminando, camina aún más rápido y está a punto de pedir un taxi.

— No me oyes, que esperes.

— Idiota, me da un bofetón, ya hice lo que quisiste, salí de ese lugar, ahora deja de joder.

— Yo te llevo.

— Me iré en Taxi.

— Dije que yo te llevo.

— Y yo te dije que me iré en taxi.

Para un taxi y yo me tomo la cabeza con ambas manos, maldición Emma, no sé en qué momento volteo y ella se está subiendo.

— Emma, a donde vas, sal de ahí... El taxi arranca, maldición digo, corriendo hacia donde se quedó mi auto.

Llego a mi auto y me subo, arranco a toda prisa y para joderme más hay tráfico, bocino y no se mueven rápido, al los veinte minutos llego a mi casa y Emma también está llegando, se baja del auto y entra a toda prisa.

— Entro junto con ella, porque huyes, por qué eres tan terca.

— Y tú por qué me jodes, ya déjame en paz, que yo quiero estar con Patrick, me gusta y...

La sujeto de ambos brazos, tú no lo amas, a ti no te gusta, tú no sientes nada por él.

— Claro que si, me gusta y hoy nos besamos como nunca, sentía amor por una vez en mi vida.

La Suelto, no sé por qué me molesta escuchar eso.

— Una vez tú y yo nos divorciemos me cansaré con él.

Estoy volteado y cuando escucho eso, escucho mi propio corazón.

— Primero muerto antes que duermas con ese idiota.

— Nadie dijo dormir con él, dije casarme, no todos pensamos solos en sexo Cristián.

— Ya dormiste con él, le digo con miedo de escuchar la respuesta.

— Con quien yo duerma es mi...

— Dime de una maldita vez, ya dormiste con ese idiota, le digo sacudiéndola los brazos.

— Me lastimas.

— ¡Dímelo!

— Aún no, que crees que soy como tus pu**as que se acuestan con alguien a los primeros días de conocer a alguien.

La suelto y me relajo por un momento y no entiendo el porqué.

— Ya déjame en paz y de hacer tus shows por favor Cristián.

— ¡No, no te quiero cerca de él!

— ¿Por qué? ¿Por qué yo no puedo y tú si?

— De que hablas, de que yo si puedo.

— Por qué tú si puedes llevar a tus amantes a cenar y porque yo no puedo salir con un pretendiente.

— Por qué tú eres mi esposa y...

— Me importa una mi***a la prensa y ser tu esposa, desde ahora me importa una mi***a el contrato, quítame todo si quieres, pero yo no dejaré a Patrick.

— lo dejarás porque yo lo ordeno.

—¡No, Ya no más, me cansé de un día amarte y ser despreciada, me cansé de ser tu contrato, me cansé sé seguir todo al pie de la letra, me cansé de escuchar los gemidos de tus zorras en nuestra casa, me cansé de no poder ser amada, te odio tanto que el amor que un día te tuve se fue! Así que no pidas algo que no te daré, o dime, después de cenar no ibas a ir a coger, ah, dímelo, lo dice con lágrimas en los ojos y gritándome.

El que diga que ya no me ama y que me odia hace que me sienta extraño, no me debe importar si me ama o no, pero el que no me ame a mí y quiera a ese idiota hace que mis… No eso no puede ser.

— Dime, maldición, no te quedes callado, ibas o no a coger con esa zorra, dímelo, grita aún más.

— Si, si iba a dormir con ella.

— Lo ves y a mí me jodes, cuando tú duermes con cualquiera y hasta comer las llevas, te odio Cristián Collins

— La sujeto de la cintura, te dije lo que querías escuchar, no te pongas así.

— Yo también ya te dije lo que querías escuchar y es que me gusta él y estaré con él.

— sobre mi cadáver.

— Entonces será sobre tu cadáver, lo dice subiendo las gradas, pero la tomo de la cintura.

— Tú no dormirás con él, no estarás con él y no te dejaré estar con él.

— ¿Por qué, por hacerme la vida una mi***a? O para...

— Por qué estoy celoso carajo, estoy celoso de que esté cerca de ti, estoy celoso de saber que pueda tocarte, estoy celoso por perde...

Maldición, miro sus ojos grises, pero que dije, este sentimiento no tenía que salir.

Ella me ve con el mismo asombro con el que yo estoy, jamás he sentido celos por una mujer.

Lo siento Cristian, pero ya es muy tarde para todo esto, lo dice alejándose de mí.

— No te quiero cerca de él.

— Lo siento, pero no deseo saber sobre qué es lo que siente por mí.

— Yo no siento nada por ti, es.. Solo son celos, de lo que es mío.

— Pues entonces si no sientes nada por mí, no me busques más y hagamos como que nunca dijiste eso, que yo soy lo que siempre he sido para ti, un paso para tus sueños, del gran CEO y olvidemos esta noche, que yo sé que no sientes nada y lo que te da miedo es que salga en la prensa, al gran CEO le fueron infiel, pero tranquilo, seré cuidadosa.

— Emma.

— Ya no me confundas más Cristián, yo no soy nada más que un contrato y entre tú y yo jamás hubo, ni habrá un nosotros, tú no puedes amar. Ni darme lo que quiero.

— Y que quieres, te doy dinero, lujos y..

— Fidelidad y amor, eso jamás me lo podrás dar, pero el sí, así que por favor, una vez en tu vida no seas egoísta y deja que alguien me ame.

No digo nada solo la dejo ir, maldición grito a todo pulmón.

Voy directo al minibar, me empino la botella de vodka, maldición Emma, por qué no puedo dejar que otros quieran estar cerca de ti, pero yo tampoco puedo estarlo.

Le doy otro sorbo más profundo, maldición no soy de sentir celos, por qué ella me hace sentir así.