Luca, un omega que ha ocultado su identidad en las sombras del crimen de Verona, es descubierto por Alessandro Moretti, el implacable capo de la mafia. Mientras Luca es arrastrado a un mundo lleno de peligro, traiciones y poder, la atracción entre ambos crece, desatando un juego mortal donde el deseo y la protección se entrelazan. En un entorno donde nadie es lo que parece, Luca y Alessandro deberán decidir si su conexión es una fortaleza o una debilidad que los destruirá.
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capitulo 18 : EL PRECIO DEL DESTINO
El disparo rompió la calma de la fortaleza subterránea, haciendo que Luca se estremeciera. Alessandro reaccionó al instante, agarrando su mano y tirando de él hacia una habitación lateral antes de que Luca pudiera procesar lo que acababa de suceder.
-¡Aquí no estaremos a salvo por mucho tiempo! -dijo Alessandro con un tono cortante, su mirada enfurecida, pero también concentrada-. Ellos ya están aquí. Los Destinados no van a retroceder.
Luca pudo sentir la gravedad de la situación, pero también la fuerza implacable de Alessandro. Era como si cada desafío lo volviera más decidido, más temible. Sin embargo, por primera vez, Luca notaba algo diferente: había un brillo de vulnerabilidad en los ojos de Alessandro. No solo estaba protegiendo su territorio, estaba protegiendo algo mucho más valioso. A él Dentro de la sala, Alessandro se inclinó hacia una mesa oculta bajo una estantería y sacó un mapa detallado del complejo. Luca se dio cuenta de lo bien preparado que estaba Alessandro para cada eventualidad, pero al mismo tiempo, sabía que esto era diferente. Los Destinados no eran una amenaza común; eran algo mucho más oscuro.
-Hay una salida secreta en la parte trasera del complejo -dijo Alessandro, señalando un túnel marcado en el mapa-. Te llevaré hasta ahí. Mientras mis hombres distraen a los Destinados, tú saldrás.
-No-interrumpió Luca, con una firmeza que lo sorprendió incluso a él mismo-. No voy a huir mientras tú te quedas a pelear. Si estamos destinados a esto, lo enfrentamos juntos.
Alessandro lo miró, claramente sorprendido por la determinación en la voz de Luca. Hubo un largo silencio, roto solo por los ecos de los disparos que se escuchaban desde los pasillos exteriores. Finalmente, Alessandro suspiró, su máscara de frialdad tambaleándose por un momento.
-No puedo perderte, Luca -susurró, acercándose más, su mano rozando la mejilla del omega con una suavidad inusitada. Eres más importante de lo que imaginas, no solo para mí, sino para todo lo que está en juego.
Luca sintió cómo su corazón aceleraba al contacto de Alessandro, y algo en su interior cedió ante esa fuerza incontrolable que siempre había sentido. La tensión entre ellos había crecido, pero ahora, con el peligro tan cerca, esa conexión era lo único que mantenía a Luca firme. Estaban destinados a estar juntos, pero también a enfrentar el caos que los rodeaba.
-No me perderás -respondió Luca, casi sin darse cuenta de las palabras que salían de sus labios-. No dejaré que el miedo nos consuma.
Antes de que pudieran hablar más, el sonido de pasos apresurados resonó en el corredor fuera de la habitación. Alessandro reaccionó rápidamente, sacando una pistola que llevaba oculta en su chaqueta, apuntando hacia la puerta.
-¡Quédate detrás de mí! -ordenó, su voz volviendo a ser la del capo implacable que Luca conocía.
La puerta se abrió de golpe, y tres hombres vestidos de negro, con el símbolo de los Destinados en sus chaquetas, entraron. El enfrentamiento fue inmediato. Alessandro disparó, hiriendo a uno de los atacantes, mientras los otros dos se lanzaban hacia él.
Luca, sin pensarlo, tomó un objeto pesado de la mesa y lo lanzó hacia uno de los hombres, distrayéndolo el tiempo suficiente para que Alessandro pudiera derribarlo con un golpe rápido. Pero el tercero, más ágil, se acercó a Luca, y por un segundo, todo pareció detenerse. El hombre lo sujetó por el cuello, tirándolo al suelo con fuerza. Luca sintió el impacto en su espalda, el aire escapando de sus pulmones.
Alessandro gritó el nombre de Luca y, con una fuerza arrolladora, se lanzó sobre el atacante, inmovilizando al hombre en el suelo con un movimiento brusco. El sonido del hueso roto resonó en la habitación mientras el capo lo neutralizaba sin piedad.
-¡Luca! -Alessandro se arrodilló a su lado, su mirada oscura llena de preocupación. ¿Estás bien?
Luca asintió, aunque aún sentía el dolor punzante en su costado. Alessandro lo ayudó a levantarse, y por un momento, ambos se quedaron en silencio, respirando agitadamente.
-No puedo arriesgarme a que te pase algo -dijo Alessandro, su voz quebrándose un poco-. Si algo te ocurre, ellos ganarán. No solo perderé mi poder... te perderé a ti.
Luca miró a Alessandro, sintiendo cómo esa conexión entre ellos se hacía más intensa, más profunda. Ya no era solo el miedo lo que los mantenía juntos, sino algo mucho más fuerte.
-No estamos destinados a perder respondió Luca, su mano rozando la de Alessandro-. Vamos a enfrentarlos, juntos.
El caos seguía rugiendo en el exterior. Pero en ese instante, en esa habitación oscura y rodeados por enemigos, Luca y Alessandro sabían que el verdadero desafío no era solo sobrevivir, sino entender lo que significaba ser destinados.
Sin más palabras, Alessandro asintió, reconociendo la verdad en las palabras de Luca. El destino los había puesto en ese camino, y ahora debían recorrerlo hasta el final, sin importar lo que les aguardara.