Mauricio Silva, un exitoso empresario de 38 años, se encontraba en una posición inesperada. Conocido en la alta sociedad por su inteligencia, carisma y atractivo, Mauricio había disfrutado de la vida de soltero por muchos años. Las cenas de gala, los eventos benéficos y las reuniones de negocios eran su hábitat natural. Sin embargo, su vida dio un giro radical cuando se convirtió en el tutor legal de Samanta Santos, la hija de su mejor amigo fallecido.Samanta, de 20 años, era todo un desafío. Conocida entre sus amigos y conocidos como el "demonio", no por maldad, sino por su espíritu indomable y travieso.
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Capítulo 18 : Revelaciones y Primer Beso
El día comenzó como cualquier otro en la mansión de Mauricio. La rutina habitual se desarrollaba sin sobresaltos, pero un aire de tensión flotaba en el ambiente. Mauricio no podía dejar de pensar en Samanta y en cómo sus sentimientos por ella se habían intensificado en las últimas semanas. Su mente vagaba constantemente hacia su tutelada, recordando cada sonrisa, cada mirada furtiva, cada momento compartido.
Mientras tanto, Samanta estaba en el jardín hablando con Alejandro. Alejandro era un joven encantador, de modales impecables y muy atento con Samanta. Mauricio, desde su despacho, podía verlos a través de la ventana. Cada risa y cada gesto afectuoso entre ellos aumentaban su malestar. Decidido a no permitir que otro hombre se acercara tanto a Samanta, Mauricio se levantó de su silla y se dirigió al jardín.
Confrontación en el Jardín
Cuando Mauricio llegó al jardín, vio a Alejandro sosteniendo la mano de Samanta mientras hablaban. La escena le resultaba insoportable.
—Alejandro, ¿podrías darnos un momento? Necesito hablar con Samanta en privado —dijo Mauricio, tratando de mantener la calma.
Alejandro, sorprendido pero respetuoso, asintió y se retiró, dejando a Mauricio y Samanta a solas.
—¿Qué sucede, Mauricio? —preguntó Samanta, notando la seriedad en su rostro.
—Samanta, necesito hablar contigo sobre algo importante —respondió Mauricio, acercándose más a ella.
Confesión y Primer Beso
Mauricio tomó aire y decidió hablar con franqueza. —Samanta, no puedo seguir ignorando lo que siento por ti. He estado luchando contra estos sentimientos, pero no puedo seguir pretendiendo que no existen. Te amo, y no soporto la idea de que estés con alguien más.
Samanta se quedó en silencio, sorprendida por la confesión de Mauricio. Antes de que pudiera responder, Mauricio se inclinó y la besó apasionadamente. Fue un beso que dejó a Samanta sin aliento, lleno de emoción y deseo. Sintió una oleada de sensaciones que nunca había experimentado antes, tal como le había descrito su madre. Su corazón latía con fuerza y su cuerpo se estremecía con cada caricia de los labios de Mauricio.
Cuando finalmente se separaron, Mauricio la miró fijamente a los ojos. —Eres mía, Samanta. Ningún otro hombre tiene derecho a tocarte, ni siquiera a mirarte de la manera en que yo lo hago.
Reacciones y Confusión
Samanta se sentía abrumada por lo que acababa de suceder. Su mente era un torbellino de emociones. Por un lado, se sentía atraída por Mauricio y ese beso había despertado algo profundo en ella. Por otro lado, se sentía confundida y un poco asustada por la intensidad de sus sentimientos.
—Mauricio, no sé qué decir. Esto es... es demasiado —balbuceó Samanta, tratando de ordenar sus pensamientos.
—No tienes que decir nada ahora. Solo quiero que sepas lo que siento por ti. No puedo seguir ocultándolo —dijo Mauricio, tomando su mano y apretándola suavemente.
Interrupción de Alejandro
De repente, Alejandro apareció nuevamente en el jardín, interrumpiendo el momento. Había visto la escena desde lejos y no podía quedarse callado.
—Mauricio, ¿qué demonios crees que estás haciendo? —gritó Alejandro, su rostro enrojecido de furia.
—Esto no es asunto tuyo, Alejandro. Samanta y yo estamos hablando de algo importante —respondió Mauricio con frialdad.
Alejandro dio un paso adelante, desafiando a Mauricio. —Eres un hombre viejo para ella. ¿Qué futuro le puedes ofrecer? Tienes 38 años y ella solo tiene 20. No es justo para ella.
Confrontación Física
Las palabras de Alejandro encendieron la ira de Mauricio. Sin pensarlo dos veces, Mauricio le lanzó un golpe a Alejandro. Alejandro, sorprendido, trató de defenderse, y pronto ambos hombres estaban en una pelea. Los golpes volaban y ambos hombres se encontraban envueltos en una lucha encarnizada.
—¡Basta! ¿Qué están haciendo? —gritó Daniel, el primo de Mauricio, llegando justo a tiempo para separarlos.
Samanta, horrorizada por la escena, gritó —¡Déjenme en paz! No quiero ver a ninguno de los dos. Esto es demasiado.
Mauricio y Alejandro, respirando con dificultad, se miraron con resentimiento, pero finalmente se separaron. Daniel llevó a Alejandro fuera de la casa, mientras Mauricio intentaba calmarse.
Declaración de Posesión
Mauricio volvió a acercarse a Samanta, su respiración aún agitada por la pelea. —Samanta, necesito que entiendas algo. No puedo permitir que otro hombre se acerque a ti. Te deseo, te amo, y haré todo lo posible para que seas feliz. Pero debes saber que nadie, absolutamente nadie, tiene derecho a estar contigo excepto yo.
Samanta sintió una mezcla de miedo y excitación ante la intensidad de las palabras de Mauricio. —Mauricio, esto es... no sé si puedo manejarlo. Todo esto es nuevo para mí.
—Lo sé, y lo entiendo. Pero no puedo evitar lo que siento. Solo quiero que me des una oportunidad para demostrarte cuánto te amo —dijo Mauricio, acercándose más y acariciando suavemente su mejilla.