El Rey Dragón Y La Sirena

Esa noche, Lara llegaba al departamento de Alex, ella está descontenta con esta situación, pero sabe que esto es mejor que perder el control y terminar en su cama.

Cuando Lara entró el delicioso olor a comida la envolvió, Lara se quedó petrificada, pero decidió avanzar al escuchar unos ruidos, cuando encontró el lugar era la cocina y Alexandro estaba con un mandil cocinando distraído, cuidaba cada detalle, mirada su horno regularmente para que no se queme nada, era un marido devoto esperando a su linda esposa que llegue de trabajar.

Lara parpadeó un par de veces, quiere asesinarlo, pero él lo hace difícil, se ve encantador y tierno además de arrebatadoramente sexi ya que para ella Alex debería usar una camiseta debajo de ese delantal o ella se va a babear siempre que llegue a comer y no va a ser por la comida precisamente.

Lara carraspeo un poco, ella no va a hablar con él, no quiere dirigirle la palabra, Alex la vio y sonrió tímidamente, sabe que él se portó como un rufián pervertido y hasta ahora no entiende cómo ha estado en esas, pero lo hecho ya este hecho así que no tiene más que avanzar en su conquista.

< Lara, pasa por favor, siéntate que ya sirvo la comida y además que es bueno comerla caliente ya sabes por la gestación, estaba leyendo que las mujeres embarazadas es mejor que coman a tiempo y comidas no muy frías ya que la digestión se desacelera por las hormonas _ Alex ponía los cubiertos mientras Lara se sentaba y lo miraba desconcertada.

< Preparé alimentos sin condimentos para que no te hagan daño, pero son tus favoritos estoy seguro, el postre es igual de bueno, aunque no creas va a estar de acuerdo a tus expectativas. _ Alex sonrió orgulloso mientras Lara no esperaba el momento de despreciar su comida y bajarle ese orgullo que tiene.

Alexandro sirvió la comida y Lara solo miraba los exquisitos platillos frente a ella, se veían deliciosos, olían deliciosos y se le hizo agua la boca.

Lara hizo una mueca de desagrado y tomó un pedazo de carne al horno que se derritió en su boca, las pupilas de Lara se dilataron por la sensación, era lo más delicioso que había probado en su vida, estaba fascinada con el sabor, Lara no había comido bien esos meses por el embarazo y ahora que estaba mejor tampoco tenía mucho apetito pero después de probar ese manjar Lara solo siguió comiendo, el suave y agradable arroz que era tan satisfactorio, las verduras salteadas sabían a gloria.

Es así como Lara olvidó despreciar a Alexandro, estaba enamorada de esa comida como nadie, cuando terminó se sintió llena pero ligera, no había pesadez, aunque no le entrara un arroz más mientras el hombre frente a ella sonreía satisfecho, él quería que ella disfrute estando en su compañía a pesar de todo lo malo que él había hecho y lo había logrado.

Lara se dio cuenta de la cara de boba que tenía por la satisfacción de comer tan bien y recobro la compostura así que se levantó de la mesa para sentarse en el sillón, aún falta una hora para que estén juntos y Alex retiro la mesa mientras ella lo miraba con odio desde su trinchera, no podía negar que era un hombre guapo pero no merecería que ella lo perdone, y el verlo lavar los platos la relajo hasta que se quedó dormida en el sofá, Alex sonrió, alguien que no confía para nada en ti no se quedaría dormido a solas nunca así que está contento con el hecho de ella se quede dormida cerca de él.

Alex se acercó con una manta y la tapó para luego llevarla a su cama para que descanse cómoda, Lara estaba muerta, Alexandro pensaba que tal vez debería comprar un respirador artificial si ella se dormiría así de pesado.

Petra fue a buscarla al ver que no volvía y Alex le mostró a la glotona bella durmiente, Petra está feliz que su primer encuentro a solas no haya sido una guerra campal así que Alexandro cargó de nuevo a Lara para llevarla a su departamento.

Lara despertó al día siguiente en su cama un poco confundida, su último recuerdo era de ver a Alexandro lavando los platos así que no entendía lo que hacía en su habitación.

< Nana, ¿cómo llegué aquí? _ Lara entró en el comedor adormilada con su pijama.

< Cariño, te dormiste en el sillón y Alexandro te trajo para que duermas, fue muy bueno al ayudarme ya que sola no hubiera podido ponerte tu pijama, estabas como muerta _ Petra habló y se ponía mantequilla en el pan mientras la niña abrió y cerró la boca sin saber qué decir.

< Na…, nana, ¿cómo dejaste que ese pervertido haga eso?, ¿cómo dejaste que me vea en paños menores? _ Lara estaba indignada pero jamás esperó la respuesta que recibió.

< Lara, no hagas dramas, no hay nada de ti que Alexandro no haya visto antes, hablas como una mojigata que nadie la ha visto en calzones _ Petra siguió comiendo su desayuno sin darle atención a sus reclamos mientras Lara frunció los labios molesta, quiere reclamarle a Alexandro por ser tan desvergonzado, pero no le habla así que está empezando a arrepentirse de su decisión de no hablarle.

*_*

Mientras Alexandro y Lara están en un tira y afloje, al otro lado de la ciudad Eber Brow acaba de recibir una grata noticia.

< Mónica, ¿estás segura de que esa es la forma para que se rompa el lazo entre ellos? _ Eber preguntó alegre por la noticia.

< Claro que sí, somos pitonisas y mi clan es ancestral, aunque hayamos sido destruidos hace tiempo los dones prevalecen, solo si el dragón siente que su amor lo ha traicionado él dejará de amarla y romperá el lazo, pero no es cualquier traición, debe ser una traición de sangre, ella debe asesinar a su hijo que esperan y el Dragón la odiará por siempre, nunca perdonará eso pero deberás llevártela y esconderla porque puede incluso querer asesinarla ¿entiendes? _ la mujer habló risueña, sabe lo que va a pasar y que ese niño tonto esta buscando su muerte y una catástrofe de proporciones bíblicas, pero ella no lo detendrá, a veces el destino tiene que cumplirse para que las cosas pasen como tiene que pasar.