Mi Hermana Gemela

Cuando estaba en la habitación escucho que Sebastián está saliendo de la mansión sin responder nada de lo que las trabajadoras le dicen, sube a su auto y arranca pisando el acelerador a todo lo que daba.

No volví a ver a Sebastián en el resto del día, le pasé la ubicación de donde sería la boda a mi Nana, todavía teniendo en mente esa posibilidad.

Subí a la terraza donde había una barra de alcohol, me serví un chow de tequila y luego saque la botella completa, estoy decidida a tomar hasta que no pueda más y que pase lo que tenga que pasar conmigo.

Cuando ya iba por media botella prendí la música y comenzó a sonar una canción que cante a todo pulmón.

¡Cómo te enloqueces por una persona!

¡Si ya van tres veces y tú no reaccionas!

En ese momento recordé las veces que me dolió y me dió coraje escucharlo decir que amaba a María, Pero yo no soy María.

¡Y aunque la razón te advierte!

¡El corazón traiciona!

Esta canción me hace recordar las veces que me he hecho entender a mi misma que no está bien enamorarse de él, Pero cuando lo veo el corazón me traiciona.

Cuando iba a volver a cantar me tomo otro chow de tequila y miro a la entrada.

Escupí todo el tequila y luego apague la música.

Estefany: Llegaste temprano.

Sebastián: Son las dos de la mañana, pensé que estarías enojada por no regresar a casa temprano como una mujer normal, Pero resulta que te emborrachaste y perdiste la noción del tiempo.

Estefany: Sí, supongo que no soy igual que otras mujeres, no me interesa celar a una persona que sabe lo que hace.

Sebastián: ¿Por qué estás bebiendo?

Estefany: Por tu culpa, por mi culpa, por todo.

Sebastián: Cálmate quieres, yo no te he hecho nada.

Estefany: Tienes razón, tú no has hecho nada o al menos no conscientemente, Pero sigue doliendo que lo hagas.

Sebastián: Dímelo, dime en la cara que te hice.

Estefany: ¡fuiste sincero, me enamoraste ese es el maldito problema, yo necesito olvidarme de ti, Pero no puedo!

Sebastián: Tranquila, no puedes culparme por hacerte enamorado de mí.

Estefany: claro que es tu culpa.

Sebastián: Desde que te vi por primera vez supe que ese corazón frío iba a ser mío, por cierto aún no me has pedido perdón por la cachetada sin razón que me diste esta tarde.

Estefany: Sí, discúlpame por eso.

Sebastián: No puedo esperar a mañana para casarnos, María (tomándola por la cintura)

Estefany: suéltame.

Sebastián: ¿por qué?

Estefany: Ya te dije que me sueltes, no tengo que darte ninguna explicación, solo suéltame y ya.

Fui a mi habitación y le puse el pasador a la puerta, ya no puedo más con esta rabia que siento por dentro de escucharlo decir que ama tanto a mi hermana, yo sé que el no tiene la culpa de eso y que yo debí saber que las cosas pasarian así, Pero según todo era una relación por conveniencia ni ella a él ni el a ella se amaban, ahora nose que pensar