Dos personas, que por destino se unen, un amor destinado a no ser, traición y venganza, muerte y pasión, desencadenado por El Desencuentro.
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Cap. 10 Bibi, mi Bibi, está sana y salva
Esa noche, Bianca se despertó después de dormir casi toda la tarde, estaba muy cansada, y fue un gruñido de su estómago que la había despertado, al principio estaba desconcertada, sentía que estaba perdida; sin embargo, recordó que había vuelto a la ciudad, con pereza se dirigió al baño, se dio una refrescante ducha de agua caliente, se puso cuanto hidratante y exfoliante pilo en el baño de su amiga, no quería ser abusiva, pero lo necesitaba mucho, una limpieza fuerte y profunda.
Salió del baño y vio que Silvia le había dejado varias prendas, era verano y ella andaba muy abrigada para ese clima, Bianca se puso la ropa con alegría, se sentía que hacía más calor, recordando que ella siempre traía vestidos y ropa muy femenina, sin embargo, ahora no le parecía tan emocionante, atribuyendo esa falta de interés a su estado de ánimo.
Mientras ella se cambiaba, sus amigas entraron al escuchar la bulla y fue cuando Sara vio a su amiga querida.
—Bibi, mi Bibi, está sana y salva —lloraba mientras Bianca la abrazaba, podía sentir su auténtico dolor y ahora alegría.
—Sari, mi amiga linda, no llores, no quería preocuparte así, solo que no podía volver aún, pero ya estamos juntas, es hora de retomar mi vida — dijo ella sonriente mientras que sus amigas asienten entre lágrimas.
Hablaron las tres juntas de muchas cosas, Bianca había contado de nuevo todo lo que pasó dejando a su amiga Sara con la boca abierta y deseos de venganza.
—Bibi, esos infames tuvieron hoy una conferencia de prensa, insinuando que el fin de semana habrá un compromiso entre Fátima y Ariel, amiga, debes ir y arruinarles su compromiso — dijo Sara furiosa, mientras que Bianca solo negó con la cabeza.
—Sari, eso no me importa, por mí pueden revolcarse juntos por toda la ciudad, lo que yo quiero es la herencia de mí, madre, lo que me corresponde por derecho y nacimiento, pero aún no daré ningún paso, primero debo saber bien donde me estoy metiendo. No vaya a ser que me asesinen, no te olvides que no puedes matar dos veces a una misma persona. Según la ley, estoy muerta, no tengo cómo restablecer mis documentos, si no me declaro viva oficialmente, y serían ellos los primeros en ser notificados, ahora solo quiero ordenar mi caótica vida —dijo Bianca tranquila dejando a sus amigas con la boca abierta. Bianca era arrebatada y habría ido a escupirles en la cara de cada una de su familia por lo que hicieron, sin embargo, parecía tomarse las cosas con más calma, era más racional y se la veía hermosa.
—Bibi, ese ermitaño realmente debió estar muy encandilado contigo, mira nada más ese cuerpazo, estás tan en forma, solo que parece que comiste algo que te causo un poco de hinchazón — dijo Sara mirando el bajo vientre de Bianca, la cual frunció el ceño y se fue al espejo.
Miro detenidamente y se veía como siempre con excepción de…
Cuando ella se puso de costado, ahí andaba una pancita tímida que descompaginaba con el resto.
—Su…, supongo que me hinche al comer algo — dijo desconcertada, pero sus amigas la miraban con un poco de preocupación.
—Bibi, tú y el ermitaño…, tuvieron mucho sexo, no creo que haya tenido condones y no sé si tu inyectable anticonceptivo duraría tanto —dijo Silvia sabiendo que su amiga se cuidaba con inyectables.
—Bueno, suponiendo que vendría mi supuesta noche de bodas, me puse uno, unos días antes de ser casi asesinada, entonces, debería haberme cuidado por 6 meses — dijo Bianca un poco desconcertada.
—Ok, no entremos en pánico, debería haber durado unos dos a tres meses de eliminación del anticonceptivo, eso daría los 9 meses, así que después de eso deberías estar embarazada, Bibi, ¿estás embarazada? —dijo Silvia, mientras que Sara miraba a Bianca con asombro dejando a la castaña muy impresionada y casi paralizada.
Silvia y Sara se miraron y salieron corriendo directo a la farmacia, esto si era una novedad y más aún de su resucitada amiga, no estaba muerta, andaba de parranda y que parranda la que se dio, que volvió hasta con bendición.
Bianca caminaba como león enjaulado, de a momentos se miraba esa pancita tímida, ella se sobresaltaba al verla, le dijeron que después de dejar las inyectables la menstruación sigue siendo ausente en algunos casos y escasa en otros, pero ella apenas había tenido unos días de menstruación hace 4 meses y no le dio importancia.
Cuando sus amigas volvieron, Bianca entró al baño como un rayo, hasta el hambre se le había quitado de los nervios.
Cinco minutos más tarde y con tres pruebas de diferentes marcas, Salió Bianca Lizorty con la cara más blanca que habían visto en su vida.
—Son…, son posi…, positivos, estoy embarazada de ese gato malo, ese gato desgraciado — dijo mientras se ponía a llorar con amargura, mucha amargura.
Sara la abrazó y Silvia se fue a traer algo de comer, su amiga se veía realmente débil.
Bianca cuando percibió el olor de la comida se sintió mejor, quería comer, tenía hambre, y mucha. Ella comía como un tiranosaurio bebé mientras sus amigas la miraban con temor, temían meter la mano y ser arrancadas por esa devoradora de comida.
*_*
Mientras esto pasaba, Ariel, estaba en su oficina viendo como entraba Fátima con cara de alegría; sin embargo, no le duraría mucho.
—Ariel, mi amor, vine para que vayamos a cenar, es hora de que la gente nos vea juntos, ya que no vamos a comprometer —dijo Fátima como si eso fuera un hecho.
—No gracias, ya bastante tengo con seguir con esa farsa, no necesito actuar por tanto tiempo, ahora sal de mi oficina que tengo cosas que hacer más importantes — dijo el hombre mientras Fátima frunce el ceño y se cruza de brazos.
— ¿Sigues lloriqueando por esa idiota?, no te olvides que ella ya sabía lo nuestro, así que te dejaría de todas formas, deja de ser estúpido — dijo Fátima provocando la furia del rubio.
—Cállate, no te atrevas a insultar a Bianca, ella siempre fue mejor que tú, siempre, hasta muerta, Bianca es mejor que tú, si no fuera por esa maldita trampa, esa maldita noche, si no fuera por mi estúpido miedo de que le cuentes y tuerzas la situación, no te habría vuelto a ver en mi vida. Cada vez que me chantajeaste para estar en la cama me daba asco, tenía que imaginar que era a ella a quien hacía el amor. Ni siquiera podía tocarla, ya que no quería contaminar su inmaculado cuerpo con los restos del asqueroso cuerpo tuyo, si no fuera por mi estupidez de no contarle lo que hiciste, como me drogaste y chantajeadas con videos, ella jamás se hubiera ido al más allá odiándome tanto.
—Lo único bueno de su partida, es que ya no puedes hacer nada, así que prepárate para un matrimonio lleno de frío y soledad, si quieres tener un hijo. Tendrás que buscarte un amante y claro que pediré una prueba de ADN. Claro que me voy a encargar de que te mueras seca y sin que nadie te vuelva a mirar cuando estés vieja y acabada —dijo el joven gritando a voz en cuello para dejar a la mujer parada en medio de su oficina, mientras ella aprieta los diente con odio puro.