La Maldición Del Lobo

...En los cimientos del pasado yacen las semillas del futuro, listas para florecer con la pasión y determinación de aquellos que se atreven a escribir su propia historia....

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Bellatrix:

Salí de la opulenta mansión de Ezekiel, sumida en mis pensamientos.

«¿Por qué, si a él no le gustan las mujeres, está con Sabina?» __Es una contradicción demasiado evidente.

O tal vez sea simplemente su odio hacia las brujas. Aunque, siendo sincera, las brujas somos tremendamente increíbles, pensé con una sonrisa mientras caminaba elegantemente hacia mi hotel.Subí las escaleras con rapidez y entré en mi suite.

  __Zoe, ¿estás aquí?, __pregunté al tocar la puerta y luego abrí__. Sí, estoy aquí, Trix. ¿Todo bien?, __respondió ella con dulzura, mirándome con curiosidad.Le sonreí y señalé su armario.

__Debes estar lista pronto, nos vamos a la universidad y te dejaré allí, __le informé con una sonrisa mientras ella se acercaba al armario, encontrando su uniforme escolar.

__En serio, muchas gracias, Trix. Lo aprecio mucho, __me dijo con gratitud mientras me abrazaba. Correspondí al abrazo

 y luego la dejé para que se cambiara.Me dirigí hacia mi bañera, sintiendo el peso del día sobre mis hombros.

Me quité la ropa con lentitud y luego entré en el agua caliente, dejando que el calor aliviara la tensión de mis músculos cansados.

Sumergí mi cuerpo en la espuma perfumada, disfrutando de la sensación reconfortante del agua alrededor de mí.

Me sumergí en mis pensamientos, dejando que mi mente se alejara de las preocupaciones del día.

Tomé el jabón de lavanda, dejando que su aroma calmante llenara el aire.

Mis dedos se deslizaron suavemente sobre mi piel, eliminando la suciedad y el cansancio del día.

 Luego, apliqué el champú de aceite de coco en mi cabello, masajeando mi cuero cabelludo con movimientos circulares mientras el aroma tropical llenaba la habitación.

El agua caliente me envolvía, creando un oasis de calma en medio del caos de mi vida.

 Cerré los ojos y dejé que mis pensamientos se desvanecieran, centrada solo en el presente y en la sensación reconfortante del agua alrededor de mí.

Después de un tiempo, salí de la bañera, sintiéndome renovada y rejuvenecida.

Me envolví en una suave toalla y me dirigí al vestidor para elegir mi atuendo para el día.

Hoy, decidí vestirme con un estilo que reflejara mi personalidad audaz y moderna.

Me deslicé en mis jeans azules oscuros favoritos, que se ajustaban perfectamente a mi figura, como una segunda piel.

 Los combiné con un top negro sin mangas, simple pero elegante, que resaltaba mi silueta sin esfuerzo.

Para añadir un toque distintivo, opté por una manga negra que llegaba hasta el codo en mi brazo izquierdo, dándome un aire de misterio y vanguardia.

Mis zapatos de tacón negros, de piel suave y brillante, completaban el conjunto con un toque de sofisticación.

Mi cabello largo y azul, que ondeaba con la brisa, complementaba mi atuendo con su vibrante color.

Foto del vestuario de bellatrix:

 Antes de salir del baño, me rocié con mi perfume favorito, una mezcla exquisita de notas florales y amaderadas que dejaba una estela de elegancia y misterio a mi paso.

Una vez lista, salí del baño y toqué la puerta de Zoe. __Pase, __dijo ella, y abrí la puerta para encontrarme con su figura sentada, vistiendo su uniforme escolar.

Una blusa blanca impecable se ajustaba cómodamente a su cuerpo, adornada con un lazo rojo que colgaba con gracia en el centro de su cuello.

Su falda plisada azul oscuro caía en pliegues suaves alrededor de sus muslos, y una banda negra ceñía su cintura, delineando su figura con elegancia.

 Sobre sus hombros, un cárdigan verde oscuro con intrincados bordados dorados la envolvía en una calidez acogedora.

Sus medias negras se extendían hasta los muslos, completando el conjunto con una elegancia sutil.

Ella estaba sentada en su habitación, sobre la cama, con una expresión tranquila en su rostro.

Foto del uniforme de zoe:

 Sonreí al verla y le di un beso en la mejilla con ternura, admirando su belleza y elegancia natural.

Observé su bolso, un exquisito diseño de cuero negro adornado con detalles dorados.

Era espacioso y lujoso, perfecto para contener todas sus pertenencias con estilo y elegancia.

Una vez preparadas, nos dirigimos afuera.

Cerré la puerta detrás de mí con elegancia, bajando las escaleras con determinación.

 Salimos del hotel y me encaminé hacia el garaje.

 Agarré mi troca y abrí la puerta para que Zoe se subiera.

Foto de la trocá de bellatrix:

Una vez dentro, cerré la puerta con cuidado y me coloqué el cinturón de seguridad antes de arrancar el vehículo y dirigirme hacia la universidad.

Mientras conducía, noté que mi celular vibraba.

 Lo tomé y lo acerqué a mi oreja, era mi secretaria del cuartel de espías.

__¿Qué pasa?, __pregunté, manteniendo la vista en el camino.

__Señorita, el segundo líder ha llegado y está preguntando por usted, __informó mi secretaria.

Fruncí el ceño. No me habían dicho que vendría. __Está bien, dile que estaré allí en unos minutos, __respondí antes de cortar la llamada.

Continué conduciendo hacia la universidad, pero noté que mis guardaespaldas nos seguían de cerca.

 Decidí detenerme y abrir la puerta para hablar con Zoe.

La universidad era un lugar impresionante, como sacado de un cuento de hadas.

Las columnas de mármol blanco se alzaban majestuosamente hacia el techo adornado con oro.

Entre ellas, estatuas parecían cobrar vida bajo la suave luz que se filtraba desde arriba.

El suelo estaba cubierto con un tapiz de mosaicos, creando un baile de sombras y luces que jugaban entre sí.

En el centro, una fuente dorada y majestuosa era el corazón del salón, su agua murmurando historias de tiempos antiguos.

 Cada detalle, desde los patrones geométricos hasta el tragaluz que invitaba al cielo a ser parte del escenario, hablaba de un legado de grandeza y belleza incomparable.

Foto de la universidad de zoe:

__Chiara y Elena pueden cuidarla mientras termina, __le dije a mis guardaespaldas, quienes asintieron con seriedad.

__Mucha suerte, princesa, __le deseé a Zoe, dándole un beso en la mejilla antes de que se fuera con mis guardaespaldas.

Ellas la escoltaron con expresiones serias, dejándome a mí sola en el vehículo.

Sonreí ante su determinación y me subí nuevamente a mi troca.

Arranqué el motor y continué mi camino hacia la siguiente parada, mientras mis otras dos guardaespaldas seguían de cerca, listas para cualquier eventualidad que pudiera surgir.

Llegué al cuartel y estacioné mi troca, seguida de cerca por mis guardaespaldas.

Entramos juntos, y mi secretaria me indicó que el jefe se encontraba en su despacho.

 Nos dirigimos hacia allí, atravesando los pasillos de la imponente estructura que albergaba nuestro cuartel.

El despacho del segundo jefe llamado Simone era una estancia amplia y bien iluminada, con paredes revestidas de madera oscura que le conferían una atmósfera de autoridad y elegancia.

Un escritorio de caoba ocupaba el centro de la habitación, flanqueado por estantes llenos de libros y documentos.

Un gran ventanal permitía la entrada de luz natural, ofreciendo una vista panorámica de la ciudad.

El ambiente estaba impregnado con el aroma de cuero y papel, creando una sensación de seriedad y profesionalismo.

Foto del despacho de simone:

Toqué la puerta y recibí un __pase __antes de entrar.

 Al hacerlo, me encontré con una escena inesperada: Ezekiel y Sabina estaban presentes en el despacho.

Mis guardaespaldas se mantuvieron alerta a mi alrededor mientras nos uníamos a la reunión.

Simone, un hombre imponente con una mirada penetrante y una presencia dominante, nos recibió con calma.

Foto de simone:

Extendió una mano hacia mí, y la estreché con cortesía.

__Es un gusto volver a verte, Bellatrix, __dijo con una sonrisa.

El saludo cortés no pudo ocultar mi sorpresa ante la presencia de Ezekiel y Sabina en la sala.

 Mi mente trabajaba a toda velocidad, tratando de comprender la situación.

__El gusto es mío, jefe, __respondí, manteniendo mi compostura a pesar del desconcierto__. Pero dígame, ¿por qué tanta prisa?

Simone parecía tranquilo mientras explicaba la situación. __Ezekiel se puso en contacto conmigo, tuvimos una conversación y, bueno, ahora él es el nuevo dueño del cuartel, __anunció, señalando a Ezekiel.

Mis ojos se abrieron con incredulidad, y levanté una ceja en señal de interrogación. __¿Cómo es posible? Él ni siquiera conoce este lugar, jefe. ¿Por qué le otorgaría esa responsabilidad?

__Tengo mis razones, Bellatrix, __respondió Simone, manteniendo la calma ante mi evidente incredulidad.

__No me vengas con eso, ¿acaso lo amenazó?, __repliqué, cruzando los brazos con frustración. No podía creer que Ezekiel, alguien tan ajeno a nuestro mundo, pudiera llegar a tener el control sobre nuestro cuartel.

Era una situación inaudita y peligrosa.

El despacho resonaba con la tensión que llenaba el aire mientras el jefe explicaba la situación.

Mis pensamientos corrían salvajemente mientras intentaba procesar lo que estaba escuchando.

 Ezekiel, el hombre que había traído amargura a mi vida desde el momento en que nos conocimos, ahora se erigía como el nuevo dueño del cuartel.

Simone, con una serenidad que me irritaba, afirmó que Ezekiel había adquirido el cuartel con una buena suma de dinero.

La incredulidad me inundó.

«¿Dinero? ¿Eso era todo lo que necesitaba para usurpar el control de un lugar tan importante?»

Mis ojos se posaron en Ezekiel, quien me miraba con arrogancia.

 Su actitud desafiante solo avivó las llamas de mi furia.

«¿Cómo podía ser tan insensible ante la gravedad de la situación?»

__No pelees, Bellatrix, __intervino Simone, intentando calmar los ánimos__. Ezekiel no me amenazó, simplemente ofreció una buena oferta por el cuartel.

Mis labios se curvaron en una mueca de desprecio mientras clavaba mi mirada en Ezekiel. __Así que todo esto se reduce al dinero, __murmuré con amargura__. ¿Realmente crees que eres digno de este lugar?

Ezekiel respondió con una sonrisa cínica. __Oh, bruja, creo que me subestimas demasiado, __dijo con confianza.

Mi paciencia se agotaba rápidamente. __Basta de juegos, __estallé, mi voz resonando en la habitación__. ¿A quién dejarás a cargo de este lugar?

Ezekiel consideró la pregunta por un momento antes de responder. __Sabina es competente en trabajos como este, además está preparada para llevar a cabo experimentos, __propuso con seguridad.

Mis labios se torcieron en una mueca de desprecio. __Como si no supiera lo que estás tramando, Ezekiel, __espeté con furia__. Esto es tu venganza, ¿verdad?

Antes de que pudiera recibir una respuesta, tomé una decisión. Con determinación, alcé mi mano y chasqueé los dedos, como si estuviera marcando el final de una era. Rápidamente redacté una carta de renuncia y la firmé con un gesto firme.

__Desde este momento, termina mi trabajo en este cuartel, __anuncié, entregando el documento al jefe.

Para mi sorpresa, Simone se aferró a mi brazo con fuerza. __Debes continuar trabajando aquí, __insistió con firmeza.

Pero mi determinación era inquebrantable. __Ya no. Ahora no trabajo ni para usted ni para esta víbora, __declaré, señalando a Sabina con desdén.

Era hora de dejar atrás este lugar de traición y manipulación.

El silencio tenso llenó el despacho mientras mis palabras colmaban el aire, resonando con la firmeza de mi decisión.

Me acerqué al oído de mi jefe, transmitiendo mis últimas palabras antes de despedirme de este lugar de traiciones y manipulaciones.

__Todo era increíble con usted, jefe, pero su error fue confiar en este don nadie, __susurré con desdén, señalando a Ezekiel con desprecio.

Me enderecé con determinación, enfrentándome a la incertidumbre del futuro.

__De todas formas, Ezekiel, vas a tener que encontrar gente para que trabaje con tu víbora, __agregué, señalando a Sabina con desprecio.

La confusión brillaba en los ojos de Ezekiel cuando me acerqué a su oído para transmitirle mi última provocación. __¿De qué hablas, Bellatrix?, __preguntó con incredulidad.

__Porque todos los que trabajan aquí me prefieren a mí. Así que, de todas formas, gané, Ezekiel. ¿Quieres confirmarlo?, __desafié, clavando mi mirada en sus ojos.

__Eso es lo que crees, __murmuró con arrogancia.

__Bien, entonces ven y compruébalo, __desafié, antes de dar media vuelta y salir del despacho, flanqueada por mis fieles guardaespaldas.

Caminamos por el pasillo principal, atrayendo las miradas de todos los presentes. Mi corazón latía con fuerza, lleno de determinación mientras me preparaba para el próximo paso en mi camino.

__Muy bien, desde ahora él será el dueño de este lugar, __anunció mi jefe, señalando a Ezekiel con solemnidad__. Y su acompañante liderará el grupo de espías. Digo 'será líder' porque Bellatrix renunció, __continuó, con un tono de voz que intentaba ocultar su pesar.

Una sonrisa de satisfacción se dibujó en el rostro de Ezekiel, creyendo haber asegurado su victoria. Pero aún quedaba un último desafío por delante.

__Elevad la mano los que estén de acuerdo en trabajar para Sabina, __ordenó Ezekiel, buscando consolidar su posición.

Murmullos y susurros llenaron la habitación, pero ninguno de los presentes levantó la mano.

 En cambio, todas las miradas se dirigieron hacia mí, y mis guardaespaldas se burlaron abiertamente de la situación.

__Lo sentimos, pero si Bellatrix no trabaja en este lugar, nosotros tampoco, __declararon en unísono, respaldando mi liderazgo con determinación.

Una sensación de triunfo inundó mi ser cuando observé la incredulidad en el rostro de Ezekiel. __Te lo dije, __murmuré con un toque de ego, saboreando la dulce victoria sobre mi enemigo.

El enfrentamiento por el poder acababa de comenzar, y estaba decidida a luchar con uñas y dientes por lo que era mío.

Una sonrisa de triunfo curvó mis labios mientras me acerqué a Ezekiel, disfrutando cada momento de su derrota. __Te dije, Ezekiel, me prefieren a mí. Has perdido. Ve y busca a tu gente, __le espeté con suficiencia, saboreando la dulce victoria.

Mis socios se congregaron a mi alrededor, esperando ansiosamente mis palabras. __Tranquilos, nadie se quedará sin trabajo. Yo misma construiré un nuevo cuartel y le daremos mucha más vida que este, __anuncié con confianza, dejando claro que mi determinación no conocía límites.

Dirigí una mirada desafiante a mi exjefe y a Ezekiel, deleitándome en su incomodidad. __Hasta pronto, __les dije con una sonrisa burlona, antes de apartarme con gracia y pedir a mis dos guardaespaldas que llevaran a mis socios a mi hotel.

Una vez a solas en mi troca, aceleré a toda velocidad, dirigiéndome hacia un lugar específico en la ciudad que había llamado mi atención.

Era un área un poco apartada y tranquila, perfecta para lo que tenía en mente.

Finalmente, llegué a mi destino: un edificio antiguo que estaba en venta.

Foto del edificio:

 Lo examiné con detenimiento, visualizando el potencial que tenía para convertirse en mi nuevo cuartel.

Marcé el número de teléfono del agente inmobiliario y esperé ansiosa.

__Buenas, ¿cuánto piden por el edificio?, __pregunté con entusiasmo, anticipando el próximo paso en mi plan.

__€1,044, señorita, __respondió la voz al otro lado de la línea.

Una sonrisa se extendió por mi rostro ante la confirmación. __Perfecto, lo compro. Hagamos los arreglos hoy mismo para adquirir este edificio, __declaré con determinación, decidida a asegurar este lugar como mi nuevo territorio.

__Está bien, señorita. Nos vemos en el restaurante La Trattoria, __respondió la voz.

__Así será. Allí estaré, __confirmé antes de colgar, sintiendo una mezcla de emoción y anticipación por el nuevo capítulo que estaba a punto de comenzar en mi vida.

Con la determinación latiendo en mi pecho, aceleré rápidamente hacia el restaurante de trattoria donde acordamos encontrarnos. El lugar era un remanso de elegancia y encanto, con una fachada de ladrillo antiguo y ventanas adornadas con enredaderas.

Foto del restaurante:

Al entrar, el aroma tentador de la comida italiana me envolvió, añadiendo una capa de calidez al ambiente.

Me dirigí hacia una mesa en un rincón apartado y pedí un café mientras esperaba al dueño del edificio.

La mesera me sirvió la bebida humeante, y tomé un sorbo mientras mantenía mi mirada fija en la puerta, esperando la llegada del anciano propietario.

Finalmente, la campana de la puerta sonó, anunciando su llegada.

El señor, de avanzada edad pero con una mirada astuta y vivaz, se acercó a mi mesa con una sonrisa gentil.

Sus arrugas mostraban la historia que había vivido, pero sus ojos brillaban con energía y determinación.

Foto de Francesco:

_Buenas, señorita me llamo Francesco. ¿Usted quería el edificio, cierto?, __preguntó, un tanto dubitativo, mientras tomaba asiento frente a mí.

Asentí con decisión y pedí un café para él, queriendo asegurarme de que estuviera cómodo antes de abordar el negocio. __Sí, así es. ¿El precio es el que acordamos?, __inquirí, esperando confirmar los detalles finales de nuestra transacción.

Francesco asintió con una sonrisa, y entonces, como un acto de magia, hice aparecer una maleta plateada bajo la mesa, conteniendo la cantidad exacta de dinero que habíamos acordado.

La deslizé hacia él con un gesto elegante, permitiéndole que verificara el contenido a su propio ritmo.

Con manos expertas, Francesco comenzó a contar el dinero mientras yo lo observaba con atención, sintiendo la anticipación crecer en mi interior.

 Después de unos minutos que parecieron una eternidad, él finalmente terminó de contar y confirmó el acuerdo.

__Perfecto, señorita. El edificio es todo suyo. Aquí están los papeles que debe firmar, __anunció, entregándome los documentos que sellarían nuestro trato.

Tomé los papeles y los examiné detenidamente, asegurándome de que no hubiera ningún truco oculto.

Una vez satisfecha, firmé los documentos con una pluma elegante y estreché la mano de Francesco.

__Fue un placer hacer negocios con usted, __le dije con una sonrisa sincera, reconociendo la importancia de este momento en mi nueva empresa.

Francesco, con su voz serena y pausada, comenzó a compartir historias sobre el edificio que ahora pasaría a formar parte de mi propiedad.

Sus palabras resonaban con un aire de nostalgia y orgullo, como si estuviera revelando los secretos de un viejo amigo.

__Este edificio tiene una historia rica y fascinante, __comentó, sus ojos brillando con emoción contenida__. Fue construido hace más de cien años por un visionario arquitecto italiano. Desde entonces, ha sido testigo de innumerables eventos y transformaciones, siempre manteniendo su aura de misterio y grandeza.

Mientras él hablaba, yo lo escuchaba atentamente, absorbiendo cada detalle con fascinación.

 Sus palabras evocaban imágenes vívidas en mi mente, transportándome a través del tiempo y del espacio hasta los momentos más significativos de la historia del edificio.

__Hubo una época en la que este lugar era el centro de la actividad cultural de la ciudad, __continuó el señor, su voz llena de reverencia__. Aquí se celebraban bailes de máscaras, conciertos de música clásica y exposiciones de arte que atraían a personas de todas partes. Era un símbolo de prosperidad y sofisticación.

Sus relatos estaban impregnados de detalles fascinantes, desde las extravagantes fiestas que una vez llenaron sus salones hasta las historias de amor y tragedia que se tejieron entre sus paredes. Cada palabra era como un hilo que tejía una tela de intriga y encanto alrededor del edificio.

__Sin embargo, con el paso de los años, el edificio cayó en decadencia, __continuó el señor con un suspiro__. Las generaciones más jóvenes perdieron interés en su historia, y poco a poco, fue quedando en el olvido. Pero ahora, con usted como su nueva propietaria, estoy seguro de que volverá a brillar con todo su esplendor.

Asentí con gratitud, agradecida por las historias que compartía el anciano y por la oportunidad de darle una nueva vida al edificio.

Sus palabras me inspiraron y fortalecieron mi determinación de hacer de este lugar un hogar para la innovación y la excelencia.

Con una sonrisa en los labios, nos sumergimos en una conversación animada, compartiendo visiones y sueños para el futuro del edificio.

En ese momento, me di cuenta de que esta no era solo una transacción comercial, sino el comienzo de una nueva era llena de posibilidades y aventuras.