Maldita Sea Mi Suerte

Aquella habitación estaba cargada de frustraciones por una parte Fátima se negaba a darle el divorcio, pues a ella le habían enseñado que el matrimonio era para toda la vida, además ella lo amaba y no podía dejar escapar el amor que le tenía.

—Lo siento Fátima pero no puedo darte más, incluso no sé si podré amarte como te mereces —.

—Yo solo quiero estar a tu lado, me haces tan feliz, con lo que me das me conformo, porque yo te amo, se que no soy la mujer que esperabas —.

—Fátima precisamente porque siento algo por ti necesito que tú seas feliz, tu no mereces estar recibiendo migajas cuando te mereces todo, eres una mujer muy bella, créeme cuando te digo que cualquier hombre estaría deseoso de estar contigo —

—menos tú —

—Entiende Fátima, lo que estoy haciendo es por tu bien, mereces vivir una buena vida —.

—Y si yo no quiero esa vida, si yo quiero estar a tu lado —. Fátima ya no continuo hablando, salió de aquel despacho desconsolada jamás se imaginó que esto sucedería todavía algunos meses atrás estaban bien, parecía que había avanzado, Fátima sabía que Julio estaba herido, ella sabía que en este tiempo que han convivido juntos el le había demostrado cariño a lo mejor no era Amir pero por lo menos si le tenía aprecio, por más vueltas que daba no encontraba la razón de su cambio es como si después de ese viaje lo volviera amargado, como si quisiera desquitarse con alguien.

Julio se quedó en su despacho llorando en secreto pues ante los demás siempre se mostraba como un hombre frío, fuerte siempre reprimía sus emisiones desgraciadamente así lo habían enseñado, los hombres no debían llorar y menos mostrarse débiles, pero está vez tuvo la necesidad de llorar, de sacar todo lo que sentía, ¿Cómo iba a poder seguir viviendo atado a una silla de ruedas?, Se preguntaba, él quería vivir de otra forma, volver a caminar ofrecerle una vida completa.

Por la tarde Adrián regreso pues quería proponerle que se realizará una nueva cirugía pues el estaba convencido de que volverá a caminar, pero Julio se negó no quería otra desilusión, sin embargo Adrián no se iba rendir tan fácil, convenció a Julio para que siguiera con las terapias, Adrián pensó que sería cuestión de tiempo para convencerlo después de todo aún era muy pronto. Los siguientes días fueron pasando y Julio no había vuelto hablar con Fátima por su parte ella y Mari hablaban de lo mal que les iba en el amor tal vez en sus vidas pasadas hicieron algo muy malo pensó Mari y Fátima le decía que ella no creía en esas cosas, las dos hablaron por largas horas.

Nadia guardaba un secreto el cual su hijo no sabía, ella tenía miedo que si hijo no entendiera el porque le había ocultado esa información, pero desde que Nadia descubrió que Mari era hija del abuelo paterno de Julio no supo cómo decirlo, Mari fue un hija no planeada, el abuelo de Julio desconocía la existencia ya que la madre de Mari nunca se lo dejó saber fue antes de su muerte que encontró una carta de ella en la cual le decía sobre su embarazo y los motivos que tubo para escapar.