Siempre nos hemos preguntado qué sucede después de la muerte. No sé qué le ocurre a los demás, pero para mí fue una oportunidad única: regresar y hacer justicia. Mi muerte no fue un accidente; alguien acabó con mi vida, y ahora he vuelto para descubrir la verdad detrás de ese secreto. He regresado para reclamar lo que es mío y para enfrentar a aquellos que me hicieron daño.
¿Lograré cumplir con mi misión? Acompáñame en esta emocionante historia y descubramos juntos lo que el más allá tiene reservado
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Capitulo XV Encuentro con su padre
Los días seguían pasando y Elena cada día se fortalecía más en este nuevo cuerpo, manteniendo las habilidades adquiridas por su antigua dueña. Se encontraba trabajando cuando escucho los gritos de Diego desde su oficina, respirando profundo, se armó de valor y entro con su jefe.
“¿Ocurre algo, señor?”, Elena pregunto mostrándose serena.
“Aquí todo lo tengo que hacer yo, pedí un traductor para los chinos y en este momento me informan que no lo consiguieron, será que me quieren volver loco”. Exclamó Diego, visiblemente enojado.
“Trataré de buscar a alguien lo más pronto posible”, indico Elena buscando en su agenda.
“No tenemos tiempo, la reunión con ellos será en un minuto”, dijo Diego furioso.
La videoconferencia había empezado y el ordenador de Diego estaba avisando, sin tener más remedio contesto la llamada. El hombre del otro lado empezó saludando en su idioma, Diego quedó de piedra y no sabía qué contestar. Pero por extraño que le parecía Elena entendió a la perfección lo que decía, se acercó a Diego y le respondió al chino. Con sorpresa su jefe la observaba y como ella tenía conocimiento del proyecto no se le complicó responder a las preguntas del hombre al otro lado de la línea.
Al terminar la videollamada, Diego le pregunto en un tono frío. “¿Quién le enseño a hablar tan perfectamente el mandarín?”.
“Tome algunas clases en la universidad, nada del otro mundo”, Elena estaba nerviosa y sus manos la delataban.
“Estuvo muy bien, salvo el día”. Diego estaba empezando a ver a su secretaria con otros ojos, su parecido con el amor de su vida era muy notorio y eso lo desconcertaba.
“No fue para tanto, apenas fueron unas cuantas palabras. Si no hay nada más que hacer, me retiro”, Elena se disponía a salir cuando Diego la detuvo.
“Es casi hora del almuerzo, ¿me podría acompañar?”, por primera vez no sonaba como una orden, Elena sonrió y asintió con la cabeza.
Algo en ella no podía rechazar a su jefe, quería saber que le pasaba con ese hombre, tenerlo cerca le hacía recordar momentos íntimos que había vivido en su vida pasada, esos recuerdos llenaban su corazón, si tan solo pudiera ver la cara del chico le sería más fácil encontrarlo.
Fueron a un restaurante muy elegante, Elena no sé sintió fuera de lugar, le resultaba familiar estar ahí, era un restaurante francés. El mesero se acercó para registrar su orden, ella con mucha delicadeza tomo el menú y con fluidez pidió lo que le pareció agradable.
“Veo que también habla francés”, Diego estaba sorprendido, mostrando una sonrisa.
“¡Creo que si!”, exclamó Elena confundida.
“Has resultado ser una caja de sorpresas”, el halago de Diego sonó genuino.
Elena empezó a comer una vez que les trajeron su comida, lo hacía con mucha elegancia, ella no parecía ser una muchacha humilde, algo estaba ocultando, pensó Diego mirándola como cortada las verduras con delicadeza, hasta en eso se le parecía a su Elena.
Estaban conversando, disfrutando de su almuerzo, cuando un señor algo mayor los interrumpió, este hombre venía acompañado de una mujer de la edad de Diego.
“Diego, hijo tiempo sin verte”, la voz del señor le resultó familiar a Elena obligándola a mirar a la persona.
Un sentimiento de felicidad se adueñó de ella, ese señor le transmitía confianza y seguridad. No entendía este nuevo sentimiento, Elena se sentía frente a su padre.
“Augusto, tiempo sin verte, Amelia estás igual que siempre, pero por favor acompañemos a almorzar”, Diego estaba notoriamente feliz de ver a esas dos personas y eso se reflejaba en su sonrisa.
“No queremos interrumpir, sigan almorzando tranquilos”, indico Augusto mirando a Elena.
Amelia también noto a la mujer que acompañaba a Diego. Su manera de sentarse y la mirada que tenía le recordaba mucho a su prima, pero era imposible, sus tíos no tenían más hijos.
“Les presento a mi secretaria. No se vayan a asustar, solo es una coincidencia. Ella se llama Elena”, Diego se puso nervioso al presentar a su secretaria, él sabía lo difícil que había sido para todos superar la muerte de Elena Del Castillo.
“¿Te llamas Elena?”, pregunto Augusto con los ojos entristecidos.
“Si, señor. Un gusto conocerlo”, sintiendo una emoción en el pecho, Elena extendió su mano para saludar al hombre frente a ella.
Augusto tomo la mano de la joven y un recuerdo llegó a cabeza de Elena.
POV
“Papa deja de pensar que yo no puedo, sé que querías un hijo varón, pero para tu desgracia soy mujer. Pero no por eso no podré hacerme cargo de tus empresas”, decía Elena casi al borde de las lágrimas.
“No es así, te falta mucho para llegar a hacerte cargo de exportación e importaciones Del Castillo. Mejor sigue aprendiendo idiomas, así cuando le entregué las empresas a tu esposo lo podrás ayudar a comunicarse con los extranjeros”, Augusto estaba irritado, y eso se notaba cuando hablaba con desprecio a su hija.
“Te demostraré lo capaz que soy, verás que te arrepentirás de tratarme así.
Elena salió de la oficina de su padre con los ojos llenos de lágrimas. Él la había ofendido nuevamente, pero esta vez ella no se quedó callada.
Fin del recuerdo.
“¿Elena te sientes bien?", pregunto Diego al ver que ella estaba pálida.
“Si, perdón solo me gano la emoción”, Elena no podía creer que estaba frente a su padre, porque ese señor frente a ella era su padre y de eso no tenía dudas.
Con los ojos cristalizados, Elena contuvo la respiración, estaba actuando como una desquiciada y no podía dar esa impresión.
“Creo que tu secretaria está enferma, deberías llevarla a una clínica o algo así”, Amelia intervino mirando a Elena con altivez.
“No necesito ir a ninguna clínica, me encuentro bien, de todas maneras gracias por su observación”, a Elena no le agrado esa mujer y en sus palabras se hizo notar.
Algo le dijo a Elena que se alejara de esa tal Amelia, ella no era alguien en quien confiar, además era más que obvio que le gustaba Diego, pues su mirada la delató.
Te felicito y deseo que coseches éxito tras éxito 👍💐
Algo no me cuadra en este misterio sin resolver🤔🤔🤔