Villana, Sé Mi Salvación.

Roderick le avisa a Aleksandra sobre la llegada de Rusbel y que debido a eso, deben de tener cuidado cuando hablan, ella debe de ser cuidadosa cuando se reúne con sus caballeros, debido a que Rusbel forma parte de la guardia real y por lo tanto, es leal al emperador, justamente como el duque.

— si escucha algo, solo debo callarlo.— sonríe con malicia.

— no sería justo, quiero que primero sufra un poco junto a su madre.—

Porque a final de cuentas, Rusbel tampoco fue buena persona, de serlo, jamás se habría metido con la chica que su hermano amaba, aunque ahora no podrá, para Roderick Rusbel es solo un estorbo al igual que la concubina.

El mayordomo de la mansión llama a la puerta de la sala para decirle a Roderick que Rusbel ha llegado, así que se dirige a la entrada para hablar con él. Al llegar, el chico le pedía a los sirvientes llevar su equipaje a la segunda planta y que fuera la habitación más grande, pero Roderick les detiene.

— el equipaje va al área secundaria de invitados.—

El mayordomo les dice a los sirvientes seguir la orden de Roderick, cosa que no le gusta para nada a Rusbel.

—¿por qué a esa área? Es la más alejada, soy parte de la familia aunque no te guste, hermano.—

— de los Ravenmoon, pero esta villa y esta mansión le pertenece a los Blanmond, es decir a mi madre.— responde Roderick.

— aún así, somos familia, ¿por qué me envías al área mas alejada?, no es justo, al menos dame una habitación en la zona principal de invitados.— pide.

— esa zona esta ocupada, tengo una importante invitada. Así que, aceptas o regresas a la capital.— asegura.

— no puedo volver y no puedes desobedecer a padre. Si esa zona esta ocupada, dame al menos una habitación en la segunda planta.— se queja.

— ya sabes, tomas el área secundaria o te vas.—

— veo que sigues siendo muy rencoroso, por esa actitud es que padre no te toma en cuenta y ten por seguro que le diré esto.— amenaza.

— ¿crees que me importa si me da o no atención?, no te preocupes, quéjate con él, es lo único que sabes hacer, no puedes siquiera resolver tus propios asuntos.— se burla Roderick.

Rusbel no responde, solo se marcha hacía el área secundaria, aunque estaba molesto porque su hermano menor siempre lo intenta hacer sentir menos por ser el hijo de concubina.

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Más tarde, durante la cena, Rusbel llego al comedor, pero los guardias fuera de este no le permitieron entrar y le informan que su comida será enviada a su habitación. Rusbel no comprende porque le evitan pasar si él también es de la familia, pero, el guardia le responde que aunque sea un Ravenmoon, ahí quien manda es la duquesa y su hijo, por lo tanto, el hijo de la concubina no tiene autoridad en esa mansión.

Ya en su habitación, después de cenar sale a la terraza de este, ya que esta en el primer piso, pero al menos es cómoda, mientras observa la vista nocturna, puede escuchar voces, así que toma su espada y camina rumbo hacía de donde vienen, encontrándose en el invernadero con Roderick, hablando con Aleksandra, Rusbel la observa, era sin duda una mujer hermosa, aquel cabello rubio brillaba como oro gracias a las luces de los cristales. Rusbel rápidamente se acerca.

— buenas noches hermano, veo que tienes compañía, una muy hermosa compañía.— sonríe con coquetería.

— parece que tu madre no te enseño a no interrumpir una reunión. Debería darte vergüenza.— mira a Aleksandra.— me disculpo por la falta de modales de mi nuevo inquilino.

— no se preocupe, mientras no entre así a mi habitación, estoy bien.— responde sin mirar a Rusbel.

—¿que?, no jamás lo haría señorita, me disculpo por mi falta de modales, es solo que no pude evitar acercarme al verla, quede fascinado con su belleza.— Rusbel habla con amabilidad.

Roderick rueda los ojos por esa palabras tan estúpidas de parte de Rusbel, probablemente esas se las habrá dicho a Emilia y ella cayó fácilmente, pero con Aleksandra, es tema aparte. Aunque por lo visto, a Rusbel solo le gusta ser el centro de atención y quiere que Aleksandra lo mire a él.

— suelo causar ese efecto en los hombres, pero los hombres, no causan ningún efecto en mí.— mira a Roderick.— excepto por uno.

Rusbel ve como Aleksandra coloca la mano sobre la de Roderick y este la mira con una sonrisa coqueta, ambos parecen mirarse fijamente a los ojos olvidando la presencia de aquel chico extra.

— h-hermano...así que, tú y la señorita...¿tienen una relación?— pregunta curioso.

— ¿por qué?, ¿la quieres para ti?, si nisiquiera sabes su nombre.— se burla.

Al parecer esta vez, quien ha llamado su atención es Aleksandra. Tal vez al Rusbel no le gusto Emilia solo por tener mucho en común, si no, porque era la prometida de Roderick.

— claro que no, no digas eso para hacerme quedar.— mira a Aleksandra.— me disculpo, Roderick suele decir cosas fuera de lugar.

— ¿es así?, pero si justamente hace unos segundos quería coquetear conmigo, ¿no tiene razón entonces?— Aleksandra le mira con cierta molestia.

— no es así señorita, yo solo quería ser amable, pero, veo que a mi hermano le incomoda mi presencia.— se queja mostrándose decepcionado.

— pobre hermano mío, es la víctima en esto.— se burla Roderick.

Rusbel solo mira con enojo a Roderick, pero antes de decir algo más, se despide de ambos y va de regreso a su habitación, mientras que, siente enojado al ver que Roderick esta en compañía de una hermosa chica.

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Al día siguiente, Rusbel busca a aquella chica y al preguntar, una de las doncellas le dice que es la invitada de Roderick y es quien se esta quedando en el área principal de invitados. Así que, va hacía ese lugar, donde los guardias de Aleksandra le detienen, pero la chica ya estaba saliendo y se acerca a Rusbel.

— buen día señorita.— hace una reverencia.— solo venía que disculparme por el mal momento que paso anoche, mi hermano suele un poco hostil conmigo debido a mi origen.— expresa con tristeza.

— comprendo al joven duque, por eso los hombres no deben de tener concubinas, son solo zorras que buscan escalar a costa del sufrimiento de otra mujer.—

Karina que camina atrás de Aleksandra se aguanta la risa, la princesa acaba de darle un perfecto golpe bajo a ese chico, aunque se lo merece porque se nota que solo busca quedar bien. Rusbel se había quedado en silencio por un momento, pues se sintió ofendido por las palabras de Aleksandra.

— e-eso...bueno...quizás, pero, la situación de mi familia es diferente, quien se interpuso es la madre de Roderick...— comenta con preocupación.

— ¿acaso no obligaron al duque y a la duquesa casarse?, si el duque amaba tanto a su concubina, debió solo renunciar a su título y vivir feliz junto a su amor.—

— no es tan fácil, sin el título, mis padres no tendrían una buena vida. Además el duque no trata mal a la duquesa.—

— ¿y que?, la duquesa es la perjudicada, la obligaron a casarse y su esposo no la respeto, aún si no había amor pudo haber respeto.— le irrita la insistencia del chico.

— ¿acaso su padre no tiene concubinas?, ¿es por eso que las odia?, ¿le han hecho daño?—

— no, mi padre ama a mi madre, jamás metería a otra a mujer a su cama y si alguna intenta meterse, mi propio padre acabaría con ella.—

— eso es bueno, porque sus padres se casaron amándose, los míos también serían felices si no los hubieran querido separar.— asegura.

— eso no cambia el hecho de que el duque es un tonto, si una mujer acepta ser concubina, es porque quiere la vida fácil y llena se lujos, seguramente se embarazo para no perder su oportunidad.— Aleksandra habla con seriedad. — y ahora, ella y su hijo, no solo quieren el ducado, también son un par de adictos.

Rusbel se queda callado y detiene sus pasos mientras Aleksandra se aleja, jamás había sido tan humillado como lo ha hecho esa chica, expresandose tan cruelmente y además, ella sabe sobre las falsas acusaciones hacia su madre. No cabe duda que Roderick ha estado hablando mal de él, no puede creer que su hermano menor sea tan nefasto al punto de hacer que aquella joven lo odie. Quizás anoche le lleno la cabeza de mentiras porque vio que él se intereso en ella.

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— el mundo no deja de sorprenderme, siempre hay una persona más estúpida que otros.— menciona Karina.

— para ser el hermano mayor, es demasiado infantil. Pero ya que está aquí...— Aleksandra sonríe mientras lleva en su mano una pequeña bolsita de tela en su mano.— Karina, tengo otro trabajo para ti.

— por supuesto alteza, estaré encantada de cumplir.—

Aleksandra le entrega aquella bolsita, mientras le instruye en lo que debe de hacer, Karina asiente y se retira para ir en busca de cumplir la misión que le han dado.

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