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Compromiso Indeseado. (ABO)

Compromiso Indeseado. (ABO)

Status: Terminada
Genre:Yaoi / Completas / Amor de la infancia / Omegaverse / ABO / Dejar escapar al amor / Matrimonio arreglado
Popularitas:23.7k
Nilai: 5
nombre de autor: Wang Chao

Darre, un omega recién convertido en adulto, es obligado por sus padres a casarse con el temible, despistado, y joven Almirante de Celestia.

Darre hará todo lo posible por no contraer matrimonio con ese alfa al cual no ama, sin embargo, hay algo más que intereses monetarios detrás de ese matrimonio.

NovelToon tiene autorización de Wang Chao para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 17. Estoy aquí.

Darre no daba crédito a lo que estaba escuchando. Según los relatos de Henrik, ambos se habían conocido desde niños y pasaban mucho tiempo juntos. Henrik siempre lo cuidaba y protegía de los demás niños, era más alto y más fuerte. Henrik contó que habían prometido ir juntos a la academia militar, pero a medida que crecieron, sus cuerpos se desarrollaron de manera diferente. Mientras Henrik se volvía más alto y musculoso, Darre apenas crecía, lo que le llevó a pensar que sería un beta o un omega.

Cuando eran adolescentes y Henrik se había diferenciado como alfa, le confesó su amor bajo aquel enorme árbol que alguna vez lo llevó a visitar.

—Creí que, si te llevaba ahí, pronto recordarías las promesas que hicimos —dijo Henrik, después de terminar de narrar la historia de su pasado.

Darre se quedó en silencio, mirando el brillante lago delante de él. Su mente estaba revuelta y docenas de recuerdos llegaban como una enorme ola, derribando los muros que había construido. Un agudo dolor de cabeza lo atacó, un grito de dolor desgarró su garganta y pronto cayó en los brazos del alfa.

—¡Darre, Darre! —la voz de Henrik era desgarradora. Lo cargó sin ningún problema y regresó corriendo a la base que habían instalado. Sus ojos estaban rojos y ardían, pero no se atrevió a llorar; no era el momento.

—Almirante —un beta se puso de pie, completamente preocupado por el semblante de Henrik, era claro el miedo y la tristeza que reflejaba.

—Tuvo un colapso, atiéndelo rápido —ordenó Henrik mientras colocaba al delicado omega sobre la camilla.

El médico no perdió tiempo en preguntas. Se acercó a Darre y le hizo una revisión exhaustiva utilizando toda la tecnología militar que tenían. Henrik se limitó a observar desde una esquina, temiendo lo peor y deseando que nada malo le ocurriera por su culpa.

Después de unas horas, el médico se paró delante de Henrik.

—¿Cómo está él? —el beta se quedó mudo al escuchar la urgencia en la voz del almirante, que siempre se había mostrado frío, duro y de hierro. Henrik había visto baños de sangre en las guerras, pero parecía que iba a quebrarse en cualquier momento—. ¡Responde!

—Oh, sí, lo lamento —el beta le mostró los resultados de las radiografías—. Está bien, pero sus ondas cerebrales son un poco inestables. ¿Qué ocurrió allá afuera?

—Perdió la memoria hace unos años, se rehusó a recuperar sus recuerdos y yo fui un estúpido al contarle todos esos recuerdos que había encapsulado —Henrik agarró su cabeza con desesperación, culpándose internamente por lo ocurrido.

El padre de Darre le había hablado sobre las consecuencias de revelar sus recuerdos, pero Henrik estaba desesperado al saber que su omega pasaba las noches con otros. Anhelaba tanto ser recordado por él que terminó haciéndole daño. Lo amaba tanto que sus sentimientos egoístas lo rebasaron y terminó haciendo que Darre estuviera tendido en una camilla, conectado a una máquina.

Henrik se quedó en la esquina, observando a Darre con el corazón pesado. Cada segundo que pasaba sentía más el peso de su culpa. No podía dejar de pensar en cómo sus acciones habían llevado a esta situación. Se prometió a sí mismo que haría todo lo posible para enmendar su error, pero la angustia de haber causado ese daño era insoportable.

El médico, viendo el estado del almirante, trató de ofrecer un consuelo.

—Almirante, hay esperanza. Sus ondas cerebrales se estabilizarán con el tiempo y el cuidado adecuado, por eso debemos trasladarlo al un hospital mañana temprano. Lo importante ahora es que esté rodeado de apoyo y seguridad. —El beta miró a Henrik con comprensión—. No te culpes tanto. A veces, el corazón nos lleva a decisiones difíciles.

Henrik asintió débilmente, sabiendo que las palabras del médico tenían razón, pero sintiendo que no era suficiente. Se acercó a la camilla de Darre y tomó su mano con suavidad.

—Lo siento, Darre. Te prometo que haré todo lo posible para que te recuperes. No volveré a poner en riesgo tu bienestar. —Susurró, apretando ligeramente la mano del omega, con la esperanza de transmitirle algo de su fuerza y amor.

En ese momento, Henrik supo que tendría que ser paciente y esperar a que Darre se recuperara, apoyándolo en cada paso del camino. Había aprendido una lección dolorosa, y solo esperaba que, con el tiempo, Darre pudiera encontrar en su corazón el perdón y quizás, algún día, el amor que ambos habían compartido en el pasado.

Tal como el médico había ordenado, Darre fue transportado a la ciudad en un helicóptero especial de la milicia. Por primera vez en muchos años, Henrik dejó sus responsabilidades en manos de un suplente y regresó también. Darre fue ingresado al hospital especial militar y atendido por los mejores doctores de la milicia.

Fue puesto en una habitación especial y conectado nuevamente a una máquina para monitorear su ritmo cardiaco y respiración. Henrik observaba desde afuera mientras los médicos hacían su trabajo. Sus manos estaban apretadas en puños a sus costados; la impotencia y la culpa lo carcomían.

—Henrik, ¿qué ocurrió con mi hijo?

—Lo lamento, señor. Fue mi culpa —Henrik bajó la cabeza en señal de disculpa—. Le hablé sobre nuestro pasado, le conté absolutamente todo, y después él se desmayó.

El golpe resonó en el solitario pasillo del hospital. Henrik lo aceptó sin oponerse. Se merecía ese puñetazo y más. Quería agarrar su propio rostro y golpearse contra la pared.

—¿Cómo está mi hijo? —preguntó con voz fría.

—Los médicos están revisando su estado de salud, pero el doctor que lo atendió antes dijo que debía estar bien.

Tan pronto como terminó de hablar, el médico encargado de Darre salió de la habitación.

—Almirante, señor —saludó con educación—. Él está bien, sus signos vitales son estables, pero hay algo que no le permite despertar —dijo—. Dijeron que perdió la memoria antes; tal vez los recuerdos que tiene son demasiado duros para él, por lo que su mente creó un bloqueo temporal para no despertar.

El aire abandonó el cuerpo de Henrik con esas palabras. La culpa lo golpeó con mayor fuerza.

—Entonces, ¿no sabe cuándo va a despertar?

—No puedo decirlo con precisión; todo depende de él —el médico miró a ambas personas, completamente destrozadas—. Pero pueden hablar con él. Tal vez eso lo estimule y pueda despertar antes de lo esperado.

Henrik asintió lentamente, su mente llena de un torbellino de emociones. Miró al padre de Darre, quien también estaba devastado, pero había un entendimiento tácito entre ellos. Ambos querían lo mejor para Darre y harían lo que fuera necesario para ayudarlo a despertar.

—Lo haré, hablaré con él todos los días —dijo Henrik, su voz firme a pesar de la desesperación que sentía—. No me iré de su lado hasta que despierte.

El padre de Darre lo observó por un momento antes de asentir lentamente. Aunque aún estaba enojado y dolido, podía ver la sinceridad y el amor en los ojos de Henrik. Sabía que Henrik estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por Darre.

Henrik entró en la habitación y se sentó junto a la cama de Darre. Tomó su mano con suavidad y la sostuvo con firmeza.

—Darre, estoy aquí. Voy a estar contigo todo el tiempo que sea necesario. Te prometo que no volveré a hacer nada que pueda lastimarte. —Hizo una pausa, luchando contra las lágrimas que amenazaban con caer—. Te amo, Darre. Siempre te he amado. Por favor, despierta. Necesito que estés bien.

Cada día, Henrik repetía su ritual. Le hablaba a Darre de todo lo que habían vivido juntos, de sus esperanzas y sueños, y de lo que planeaban hacer en el futuro. Le contaba historias de su infancia, de los momentos felices y de las promesas que se habían hecho.

Poco a poco, los días se convirtieron en semanas. Henrik no perdió la esperanza ni un solo momento. La presencia constante y las palabras de amor finalmente comenzaron a tener efecto. Un día, mientras Henrik estaba sentado junto a la cama de Darre, notó un movimiento. La mano de Darre se apretó ligeramente alrededor de la suya.

—Darre... —susurró Henrik, con la esperanza brillando en sus ojos—. ¿Puedes oírme?

Los ojos de Darre se abrieron lentamente, parpadeando ante la luz. Miró a Henrik con una mezcla de confusión y reconocimiento.

—Henrik... —su voz era débil, pero llena de emoción.

Henrik sintió que su corazón se llenaba de alivio y alegría. Las lágrimas que había contenido durante tanto tiempo finalmente cayeron.

—Estoy aquí, Darre. Estoy aquí. Todo va a estar bien.

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Marysol Luciano de la cruz
cómo saber d su falta d memoria si el no habla siempre está a la ofensiva 😡
Marysol Luciano de la cruz
demasiado infantil y promiscuo para un alfa bueno y enamorado ..ya casi acaba la historia sigue estancado en lo mismo ...que es los berrinches d este loco sin memoria
Jesica Hernandez
felicidades me gusto mucho en lo personal me encantan cuando son cortas y no las enredan tanto gracias por compartir la historia
Nury Vargas Arcos
me gusto l
Maria Isabel Fernandez
quien te va a respetar? no tienes absolutamente nada que valga la pena eres menos que nada, odio este tipo de personajes y al final terminan cediendo a sus instintos....
Maria Isabel Fernandez
no es justo que lo obliguen a casarse, pero no tiene porque perder la dignidad acostarse con cualquiera, no pasa ni por prostituta, pues ellas lo hacen por necesidad y el solo por berrinche, se va a arrepentir.....
Sandra Maria Martinez
Me gustó mucho no es larga y es agradable leerlo,voy por otra de tus historias
Athalia Espinoza
corta pero bien
Malissa RGC 😊말리사💜🖤
Muchas Gracias Por Todo ,Si Me Gusto Sin Duda
Teresita Bertini
Hermosa historia. Ya empecé a leer 🙂 la nueva novela.
Wang Chao: Muchas gracias por el apoyo /Rose/
total 1 replies
Yendi Jaramillo Avila
creo y en mí gusto personal , estuvo bien , no enrredaste tanto las cosas he hiciste una historia diferente , espero que la que siga este bien
Wang Chao: Bueno, es lo que salió jsjjss te leeré en la otra si gustas leela /Smile/
total 1 replies
Cinthia Borges
muy lindo
POLA
/Sob//Sob/
POLA
Podría morir de intoxicación siempre y cuando su amado harren sea el que cocine
Wang Chao: las cosas que se hacen por amor hahahha
total 1 replies
Nidia Mojica
🥰
Nidia Mojica
Pues en lo personal me.gusto mucho.la historia sencilla y poco complea. Gracias por terminarla y vamos con la nueva.
Wang Chao: Gracias por leerla y soy feliz de saber que te gustó, estaré leyendo tus comentarios en la otra historia /Smile//Smile//Smile/
total 1 replies
Leidy Viafara Ordoñez
cierto hay no
Grasiz Venegas Beroiza
Un me gusta, tambien cuenta???😉😅💐💫
Grasiz Venegas Beroiza
Quien te entiende Darre? Desde un principio era NO, y de pronto, comienzas a sentirte ofendido de que no te den ni medio de pelotas??? Eh???😲😅😅🥹
Grasiz Venegas Beroiza
Ayayayyy... Indomable Darre, no será que te vayas a arrepentir de tu actitud? El Alfa te está teniendo paciencia hasta ahora, pero cuando se canse?😏
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